Lo reconozco, ha sido mi error, es mi responsabilidad sentir este profundo vacío en mi ser por algo que no era más que una ilusión generada por mi mente. En ella eras tan perfecto, tan cercano a lo que siempre había esperado, tan mío que el solo hecho de que formaras parte de mi vida era para mí la mayor ganancia.
Te idealicé con los ojos del amor y de la esperanza, con el sueño de que alguien volviera a despertar en mí esas emociones ya dormidos, que inclusive consideraba muertos. Eras tú en mi proyección mental, solo tú, quien podía entre sus brazos hacerme olvidar todos los amargos recuerdos de mi pasado, eras tú quién podía apoderarse de mi piel mientras yo me transportaba los remotos lugares de un placer hasta ese momento desconocido.
Pero sencillamente en la vida real, la misma que me permite hoy recordarte, solo habitabas de forma perfecta en mi mente, porque la dura verdad, ésa que me sienta cada vez que intento nuevamente idealizarte y me coloca frente a frente ante ti, me dice que eso jamás existió, que ese amor profundo de dos solo fue de uno, que mientras tú jugabas yo soñaba con un nosotros sin fin.
En el amor no se debe idealizar, se requiere amar sin expectativas, sin voltearle la cara a la realidad. Se debe apreciar a quienes amas por lo que son y no por lo que quisiéramos que fuesen. Que dura lección la que me llevé, que fuerte ha sido reconocer que de no ser por lo que en mi mente eras, probablemente nunca te hubiese amado, la realidad me grita que no lo merecías, mientras yo, aún incrédula me pregunto dónde estás?
Todo lo vivido me ha hecho crecer, me ha hecho ver las cosas de forma diferente, me ha hecho darme cuenta de quién eras en realidad y la brecha tan grande que había que cruzar para llegar al sitio perfecto donde mi mente y mi corazón te ubicaban. Darme cuenta de esto, me ha hecho más fuerte de lo que nunca había sido, me ha permitido abrir los ojos y despertar de mi sueño de cuento de hadas y solo por eso te agradezco que hayas formado parte de mi vida.
Requerimos valorar cada experiencia y cada tropiezo, son ellos los que nos forman, son ellos los que nos irán haciendo más fuertes, más sabios, más selectivos. Contigo espero haber crecido lo suficiente como para que esto no vuelva a ocurrir en mi ser. Una herida tan profunda, de ésas que no se ven pero tardan mucho en curarse es lo que me dejó sacarte de mi corazón para albergar en sustitución un gran vacío… Un vacío enorme generado por la mentira.
No te responsabilizo… Yo fui quien te dio el lugar equivocado y sí, algunas veces te extraño… Pero solo como pensaba que eras.
Mujer guru
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