Muchas personas no tienen paciencia.
Quieren cosas rápidas, concretas.
Adolecen de exceso de practicidad.
Han oído que la mente es un poder ilimitado y que lo poseen como un regalo de valor infinito.
Pero este poder necesita ser domesticado y la mayor parte de las personas son demasiado yang y no pueden esperar.
Los sabios de oriente (yin) insisten en la importancia de la meditación y del cultivo espiritual.
Pero las personas occidentales en general están demasiado apuradas y prefieren los aspectos más prácticos de la vida.
Son demasiado yang, debido a su alimentación yang desde hace siglos.
Y su mente está sin cultivar, indómita, primitiva.
Es un tipo de mentalidad infantil, fácil de asustar, fácil de manipular por los medios de comunicación.
Claro que los occidentales estudian y van a las escuelas superiores.
Pero se trata de un cultivo mental orientado a técnicas o a la ciencia y tecnología.
Se cultiva la razón y se descuida la intuición, el infinito, lo intangible.
Y es precisamente lo intangible lo que hace nacer lo concreto.
Se interesan en la manzana y tiran la semilla.
Se interesan en los tratamientos médicos y le restan valor a los hábitos que crearon el problema.
Esta civilización es demasiado yang.
Está enfocada en los aspectos prácticos y tangibles porque es yang.
Y como descuida lo yin, ...se encuentra con lo que más teme, lo que más detesta, lo que más odia.
Quieren un mundo mejor pero olvidando que la belleza empieza en los pensamientos de belleza.
Y que la paz visible comienza en los pensamientos pacíficos.
Sus pensamientos sin cultivar, sus emociones sin cultivar producen muchas manifestaciones negativas.
Y luego lucha contra la realidad y trata de doblegarla con sus manos...... y dice...."así es la vida, es una lucha eterna".
-Martín Macedo-
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