La lepra nos demuestra cómo entre los órganos del cuerpo, los sexuales son los más fuertes y resistentes. Dentro de las colonias y hospitales para leprosos, los pacientes están libres de hacer lo que quieran. Hay casos documentados de leprosos en cuarentena que se casaron y tuvieron hijos saludables. Los cuerpos de los padres estaban casi completamente descompuestos, pero aún así podían producir bebés perfectamente sanos. Son realmente poderosos los órganos sexuales y fuerte la capacidad reproductora del organismo humano. Los bebés eran saludables porque de alguna manera la placenta obstaculizaba el ingreso de bacterias, mientras que no puede hacerlo en casos de ciertas enfermedades virósicas........
Los tuberculosos también tenían hijos perfectamente sanos. La tuberculosis les hacía perder tanto peso que para engordar y tener fuerzas a menudo comían grandes cantidades de carne. A su vez, la carne estimulaba sus deseos sexuales y como esta actividad los dejaba exhaustos y debilitados, comían más carne, lo que les aumentaba el deseo sexual y así sucesivamente. Pero, la verdadera raíz de su problema no era la carne, sino el azúcar. El azúcar le roba al cuerpo el calcio y la proteína junto con otros minerales y nutrientes. Entonces el cuerpo extrae proteínas y minerales de sus tejidos para compensar aquella pérdida y estabilizar la composición sanguínea. En el caso de la tuberculosis, los músculos y tejidos musculares son los que pierden más proteína, haciéndolos vulnerables a las bacterias. Esto inicia un proceso lento y degenerativo ayudado por la bacteria de la tuberculosis.
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