jueves, 4 de noviembre de 2021

No hay forma de estarse quieto

Hace unos treinta años leía los magníficos libros del maestro Michio Kushi, que en aquel entonces estaba en un gran momento como maestro macrobiótico.

La humanidad decía, está en un proceso yang extremo.
Un proceso de materialización, con cada vez más gente, más actividad, más contaminación, más velocidad y más tecnología centrada en la explotación de los recursos naturales.
Siempre hablaba de los espirales; en el espiral te mueves hacia afuera o te mueves hacia el centro.
Pero no hay forma de estarse quieto.
La humanidad como un todo se está moviendo hacia el centro de una gigantesca espiral centrípeta, y una señal de este yang es el aumento constante de la población mundial.
Mucha gente es mucha actividad.
Poca gente es yin; el Uruguay es un país yin porque tiene poca gente.
Pero el Brasil es un país yang porque tiene mucha gente.
Y para poder cumplir ese destino hacia la extrema materialización, el consumo de proteína animal será cada vez mayor y por lo tanto habrá más matanza de animales y más frigoríficos.
Es necesario decía Michio que la humanidad alcance el centro para que comience una nueva era de espiritualización (yin).
Pero el punto es que habrá mucho sufrimiento, mucha enfermedad y mucha desesperación al pasar por el mismo centro.
Porque es como un parto; un parto es un yang extremo que se cierra, se cierra y luego se sale hacia el espacio infinito (yin).
Si la madre está demasiado contraída por una dieta alta en alimentación yang, el parto será mucho más difícil y prolongado...o incluso hay que hacer una cesárea porque hay demasiada contracción que impide pasar por el centro de la espiral.
El feto no avanza en línea recta, sino que se desplaza en forma espiraloide rotando como un tornillo en el canal materno.
La dieta basada en carne y pollo, lácteos y jamones hace mucho más difícil el tránsito a través del centro de la espiral de materialización y por eso tanta gente sufre y toma antidepresivos.
Sólo los que conozcan el funcionamiento del espiral podrán pasar tranquilamente por el centro y renacer en la era de espiritualidad que está comenzando.
Podemos hacer que el parto sea fácil y placentero si conocemos el principio de yin y yang.
Pero hay fuerzas involutivas que insisten en evitar los cereales citando al gluten y otras sustancias como pectinas, arsénico....y recomiendan evitar los cereales y pasar a una dieta cetogénica basada en huevos, carne, aceite de coco y grasa.
Ahora mismo estamos en el bendito centro de esta gran espiral.
A través del centro ya se avizora la nueva era.
Pero muchos no han logrado pasar; han quedado atascados y no van ni para atrás ni para adelante.
Pero la espiral los sigue empujando y los presiona más y más.
Y así algunos mueren, muchos mueren.
No avanzan por exceso de yang.
Entonces buscan el yin extremo en forma de medicamentos, drogas y alcohol.
Pero así se expanden de golpe como le pasó a Kennedy.
El cáncer es una explosión, los accidentes vasculares también.
Por eso debemos enseñar la Ley del cambio espiral.
Y liberar a millones que han quedado atascados.
Por esa razón me sorprende cuántos estudiantes y simpatizantes de la macrobiótica dicen llanamente que aun no descubren su misión.
No entienden para qué y por qué están en este momento histórico.

-Martín Macedo-

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