miércoles, 13 de enero de 2021

Visualicen, visualicen...

 Visualicen, visualicen....decía insistentemente Wayne Dyer.

Visualizar es como respirar....es inevitable....y lo hacemos continuamente.
Siempre imaginamos las cosas antes de hacerlas; en ese sentido todos tenemos mucha práctica.
Pero no somos conscientes de lo poderoso que es imaginar.
Le restamos importancia; valoramos más los hechos, la acción.
Es algo completamente insensato.
Es como decir que lo importante de un manzano es la cantidad de manzanas y el sabor de sus frutas.
Y que la raíz no tiene importancia porque está escondida a nuestros sentidos físicos.
Pero nuestra razón nos dice que sin una raíz fuerte y poderosa no hay manzanas ricas y jugosas.
No se pueden separar yin y yang.
Primero el relámpago y luego el trueno.
Primero el pensamiento y luego la acción.
Si la acción fue negativa, fue precedida por un pensamiento también negativo.
Por esa razón es tan poderoso visualizar.
Nuestras experiencias buenas o malas son la consecuencia inevitable de lo que hemos imaginado antes, días antes, semanas antes, meses antes.
Y lo que hoy estamos pensando e imaginando está creando nuestras experiencias de mañana, del mes próximo, del año próximo.
Hay personas que disfrutan de las películas de terror y creen que es sólo un pasatiempo.
Pero están poblando su mente creadora con esos contenidos.
No comprenden lo peligroso que es este juego, ni tampoco los que graban estos filmes.
Esto vende y eso es lo único que importa.
La gente le resta valor a la imaginación y se concentra en los resultados, los frutos, los hechos, las evidencias.
Por eso tal vez Jesús decía estas famosas palabras...."perdónalos Padre porque no saben lo que hacen".
Visualizan horrores, miserias y tragedias; una y otra vez.
Y hablan de esto y lo repasan hasta convertirse en maestros.
Porque un maestro es alguien que tiene 10.000 horas de práctica.
Nuestros estudiantes del Orden del Universo siguiendo el consejo de Dyer podrían crear mediante la visualización persistente las cosas más hermosas del mundo.
Este maestro simplemente nos recuerda nuestro poder creador.
Pero no es el único.
A nosotros nos toca practicar y practicar, domesticar este tremendo poder.
Recordarnos cada mañana que tenemos ese fantástico poder y dar gracias con total sinceridad.
Si alguien se volvió millonario se visualizó así previamente.
Y si alguien está pasando grandes carencias lo visualizó y lo temió durante mucho tiempo, hasta que él mismo lo manifestó.
¿Cuántos de nuestros estudiantes dedican al menos 10 minutos al día para visualizar sus deseos?
¿Cuántos enfermos que solicitan una consulta dedican tiempo a visualizarse saludables y felices?
La mayoría ni siquiera practican cinco minutos.
Pero hay tiempo para ver las noticias o el deporte por TV.
O para el chat por las redes sociales.
Estos grandes maestros lograron cosas fabulosas y nos dicen: es muy simple, visualicen, visualicen y a su tiempo tendrán todo lo que quieren.
Entonces ¿por qué no lo hacemos?
¿Por qué no dedicamos 10 minutos a ejercer nuestro poder divino?
Cuidamos nuestra dieta pero no cuidamos nuestra mente.
Alimentamos nuestro cuerpo pero no nuestra capacidad mental.
Sembramos y cosechamos; volvemos a sembrar y volvemos a cosechar.
Desde que nacemos hasta que morimos.
Entonces podemos cambiar la calidad de la semilla que sembramos.
Y finalmente podremos cosechar diamantes.
Porque a eso hemos venido.

-Martín Macedo-

No hay comentarios:

Publicar un comentario