En mi debilidad está mi fuerza.
Esto es lo que dijo Pablo de Tarso hace casi dos milenios.
Entonces era un ser iluminado porque para Él ambas caras de la moneda tenían el mismo valor.
Cuando me siento débil encuentro mi fuerza; entonces no me preocupa la debilidad.
En las redes todos quieren los "like"....cuantos más like mayor es la alegría del que ha publicado.
Pero nadie quiere que lo califiquen como "no me gusta".
Eso no, por favor.
La filosofía de los cambios enseña lo mismo: todo frente tiene su dorso.
Nadie puede avanzar sino retrocede primero.
Nadie puede inhalar si primero no exhala.
Nadie puede tener éxito si primero no ha fracasado.
Nadie puede pararse si primero no ha caído.
Cuando alguien está en prisión tiene claro que quiere la libertad.
Cuando alguien está enfermo tiene claro que quiere la salud.
Cuando alguien no tiene dinero tiene claro que necesita recursos con urgencia.
Pero la mente no disciplinada se enfoca en la prisión, en lo terrible que es y en la cantidad de años que tendrá que pasar privado de libertad.
El enfermo que ha recibido un diagnóstico piensa todo el día sobre su problema de salud y siente que debe perseverar en la revisión de los síntomas porque así tal vez halle una salida.
Pero es al revés.
La salud se consigue enfocándose con máxima atención y entusiasmo en la obtención de la salud, en fortalecer el cuerpo y en aumentar la energía.
No se puede poner vino nuevo en odres viejos (Mt 9:14)
No puedo buscar la salud (vino nuevo) revisando los síntomas de la enfermedad y en las estadísticas de la enfermedad (odres viejos).
Si tengo un sueño debo mirar hacia el futuro, concentrar todas mis energías, voluntad, tenacidad y visión interior hacia ese sueño.
Porque si miramos hacia atrás, si revisamos el pasado, es como la mujer de Lot que cuando huían de Sodoma miró hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal.
Esta enseñanza tiene un significado místico.
La enfermedad es el pasado, y la salud infinita es el futuro.
Pero si en tu avance revisas los síntomas y recuerdas el dolor y la tristeza eres como la mujer de Lot.
Quiere avanzar con su cuerpo y retroceder con su mente.
Y eso no es posible porque son indivisibles.
- Martin Macedo-
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