Todo frente tiene su dorso.
Toda moneda tiene dos caras.
Se las conoce en la cultura oriental como yin y yang.
Si el frente es grande, el dorso será grande.
Si la ventaja es grande, la desventaja también será grande.
Si un lado es muy dulce, el otro será muy amargo.
Si tomamos diariamente azúcar y muchas frutas dulces.
La salud se resentirá.
Se debilitarán los huesos y los músculos.
El sistema inmune perderá fuerza.
Y vendrá una depresión.
Quien se complace en todo tipo de dulces y delicias dulces.
Argumentando de que la vida es corta y hay que disfrutarla.
Deberá enfrentarse con el lado amargo de la moneda.
Conquistar una salud infinita.
O una gran prosperidad económica.
Es perfectamente posible comprendiendo la naturaleza dual de la moneda.
Podemos crear una salud infinita y disfrutarla durante muchos años.
Si estamos dispuestos a amar la disciplina que la sostiene y aumenta.
Podemos tener una gran prosperidad económica.
Si estamos dispuestos a servir al mundo con pasión y excelencia.
Podemos disfrutar de una felicidad ilimitada.
Si estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros para que muchas personas sean felices.
Pretender que las dos caras de la moneda sean dulces.
Revela un pensamiento inmaduro.
Abrazar la contradicción yin – yang.
Aceptar el frío y el calor.
Lo fácil y lo difícil.
El descanso y el movimiento.
La bajada y la pendiente.
Porque hay que inhalar y exhalar para continuar con vida.
-Martín Macedo-
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