lunes, 12 de diciembre de 2022

La práctica sin teoría es peligrosa

 Un experimentado macrobiótico, experto en Judo y levantador de pesas se encuentra en apuros y con una gran preocupación porque un cirujano quiere operarlo de una hernia inguinal y lo debe hacer sin demoras porque es una hernia grande.

Me escribe varios mensajes con gran insistencia porque debe tomar una decisión cuanto antes.
¿Se puede curar una hernia inguinal sólo con la macrobiótica?
"Yo hago macrobiótica desde hace 30 años pero no está bien equilibrada, me confiesa".
Pronto cumplirá 60 años; ha puesto su foco en la práctica.
Yo le digo que la causa está en su mente, porque en su sistema de creencias está permitido cometer desvíos de vez en cuando por razones sociales o por un simple gusto.
No hay un pacto fuerte, no hay un propósito fuerte de crear una salud infinita.
Sólo la práctica, sólo el desarrollo del aspecto yang.
Cuando la mente se afloja y concede permisos el cuerpo sigue las órdenes de la mente.
El toma vino todos los días; un vaso de vino tinto cada noche sin falta desde hace años.
Un orientador macrobiótico argentino le aconsejó hace muchos años que tomara un vaso de vino durante la noche, como parte de un régimen de salud.
La práctica sin teoría es peligrosa decía Ohsawa.
Este ejemplo lo muestra claramente; si se estudia el Orden del Universo se comprenderá claramente que el jugo de una fruta yin como la uva (violeta es el color más yin) y que luego fermenta hasta producir alcohol es un alimento muy yin para tomar a diario.
Tanto vino le abrió una ventana en el abdomen y por allí salen los intestinos.
¿El vino creó la hernia?
No, en absoluto; la hernia la creó su falta de comprensión.
Cuarenta años de práctica pero sin estudiar han creado la hernia.
Creer que tomar vino todos los días, todas las noches durante años es una buena práctica de salud revela una fisura en su forma de comprender el Orden del Universo.
"Sean transformados por la renovación de sus mentes" (Romanos 12:2).
Una mente que piensa así concede los permisos para que la práctica se relaje.
Yo le aconsejé que no se opere; que considere a su hernia como un regalo de Navidad porque lo obligará a ser prudente y sabio; a estudiar y a reflexionar profundamente.....en vez de seguir consejos dados por un orientador que no está calificado.
Otra antigua macrobiótica no tiene lágrimas; sufre la sequedad de sus ojos y debe agregar lágrimas artificiales.
Sus glándulas lacrimales no trabajan... están muy débiles.
Ella también toma vino con las comidas mientras practica su macrobiótica diligentemente desde hace muchos años.
Cocina sus alimentos durante mucho tiempo para crear yang pero luego se toma su copa de vino cada día sin falta.
Ambos ejemplos muestran personas fuertes en la práctica pero débiles en el estudio.
Y como la mente es el inicio de toda creación, quien descuida la mente, el desarrollo de la mente, el desarrollo espiritual, cae fácilmente en las inclinaciones sensorias que si no están gobernadas por una cabeza fuerte nos llevan directamente a la destrucción de la salud.
Por eso pienso que la macrobiótica no es una dieta.
Es una decisión diaria.
Y las decisiones se toman en la mente.
Y el cielo y el infierno también se inician en la mente.
Este mundo de formas surge de un mundo sin formas.
Y por esa razón la salud infinita no debe ser buscada en el mundo visible, porque allí nunca la encontraremos.
Y la medicina sólo estudia el mundo visible.
Y allí busca las soluciones pero sin éxito.

-Martín Macedo-

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