Yo seré sano...
Yo tendré la salud infinita algún día...
Ya encontraré el amor de mi vida...
Ya alcanzaré el bienestar económico que tanto deseo...
Es una confesión inconsciente de que no soy sano, ni tengo la salud infinita, que estoy solo como un perro y que no tengo lo necesario para cubrir mis necesidades económicas básicas.
El pensamiento positivo en esas condiciones no es útil aunque uno repita, cien, mil o un millón de veces a grandes voces y con toda la voluntad del mundo.
Todos los grandes maestros enseñan esta verdad.
Lo he comprobado personalmente.
Si no soy sano (porque lo seré más adelante), la inteligencia infinita, la consciencia infinita que todo lo crea, reproduce como una fotocopia lo que ahora yo confieso que soy.
Ahora estoy sin salud, ahora estoy enfermo, entonces mi consciencia de no estar sano es lo que se imprime en la matriz infinita.
Porque lo que se está imprimiendo ahora, es lo que pronto se expresará como un producto de la huerta.
Si ahora siembro lentejas mañana no voy a cosechar dátiles.
Si ahora siento y lamento no estar tan sano como quisiera, esa es mi siembra y ya sé lo que voy a cosechar, mañana, la semana que viene y el año que viene.
El poder creador opera únicamente en el ahora.
Por esa razón el estudiante del camino espiritual debe trabajar fuertemente para disciplinar su mente y aprender a enfocarse ahora mismo en lo que desea como si ya lo tuviera.
Al subconsciente le da igual si es verdad o es mentira.
Si visualizas un gran triunfo en tu profesión, si visualizas cada noche antes de dormir que gozas de una salud infinita y gozas en ese ejercicio de contemplación y te duermes con esa sensación de que ya es real en otro nivel mucho más grande que este de cosas densas y efímeras, ya puedes comenzar a celebrar, como cuando un atleta que entrena en el anonimato se imagina y se emociona viéndose a sí mismo ganar una medalla en los próximos juegos.
No necesita la medalla ahora para sentirse feliz y emocionado.
Puede sentirse emocionado con la simple contemplación, con la simple certeza de algo que inevitablemente se manifestará porque conoce a fondo la ley de la siembra y la cosecha.
Sabe que si pone lentejas cosechará lentejas.
Entonces no necesita ver las lentejas para saber que ya son suyas.
Cuanto más estudiemos estas leyes tan simples más rica será nuestra vida y más milagros haremos.
Esta es la única forma de hacer milagros.
Esta es la única forma en que haremos todos los milagros.
Pero antes debemos aquietar la mente y aprender a enfocarla.
Porque mientras esté indómita y salvaje nos hará la vida muy difícil.
Pero eso puede cambiar hoy mismo, si hoy mismo comenzamos a practicar.
Y con una excelente nutrición basada en cereales, el proceso de aquietar la mente será mucho más fácil y rápido.
Pero lo más importante es entender que el poder creador ahora mismo está siendo impresionado por nuestros pensamientos más recurrentes, por nuestro diálogo interno y por nuestro sistema de creencias.
Nadie es víctima de su propia mente.
Ella sólo nos devuelve lo que nosotros ponemos allí.
-Martín Macedo-
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