Nuestros preciosos cereales.
Cómo no amarlos!
Cómo no agradecerles cada día!
Son nuestra conexión física con el universo, con la vida infinita, con la sabiduría infinita y con la inteligencia infinita.
Quienes no comen cereales pueden vivir, incluso cien años.
Pero no será la vida infinita, ni la sabiduría infinita.
Porque están desoyendo el consejo de los sabios más grandes de la humanidad.
Jesús dijo tomad y comed todos de Él.
No importa si tiene gluten; la orden es tomad, tomad todos todos todos.
Todos los que quieran avanzar espiritualmente, todos los que quieran comprender su propia divinidad, su propia inmortalidad, su propia sabiduría infinita.
Los que desprecian o temen a los cereales son seres humanos atormentados, desgraciados....están lejos de la gracia y de la salud infinita.
He venido a traer vida y vida en abundancia.
Y por eso os aconsejo comer de este pan, cada día como si fuera comer a Dios.
También Buda aconsejaba el cereal; los monjes comen arroz en todas las comidas y también los sabios de la India...ellos saben desde hace milenios que los cereales son el combustible de la evolución de la conciencia.
Pero el bajo juicio de algunos industriales llevó a alterar la calidad de los preciosos cereales para aumentar las cosechas y las ganancias económicas.
Sacrificaron la calidad por la cantidad.
Sacrificaron la felicidad por un puñado de millones.
Son los más estúpidos del universo y muchos deberán sufrir.
Entonces algunos culpan al pan y al arroz, al maíz y al centeno.
Y así la humanidad está en una gran incertidumbre asolada por plagas y ataques de virus invisibles que ponen a la humanidad de rodillas, impotentes a pesar de todos los avances médicos.
Pero cuando la gente comprenda el valor del autentico cereal natural, sagrado, natural sin degradar por técnicas agrícolas, los humanos volveremos a ser como los dioses y crearemos el mundo feliz e infinitamente sano que en el fondo todos queremos disfrutar.
-Martín Macedo-
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