viernes, 15 de abril de 2016

Sawu Bona ("te veo")


En la recordada película “Avatar”, los Na’vi se saludaban entre sí diciendo: “te veo”, estableciendo un vínculo íntimo más allá de lo visible. Este saludo cordial –de corazón a corazón– no es un invento hollywoodense sino que se basó en la tradicional filosofía africana “ubuntu”, donde existe una salutación convencional entre los zulúes: “Sawu bona”, que significa “Te veo”, ante lo cual se contesta “Sikkhona” (“estoy aquí”).


“Ubuntu” significa “Yo soy lo que soy en función de lo que todos somos” y por esto, en esta corriente filosófica sudafricana se enfatiza la idea de “Comunidad” (común unidad). Si hacemos las conexiones entre el “Sawu bona” y la filosofía que lo sustenta, el Ubuntu, podríamos concluir que el saludo quiere decir: “Te veo y me ves. Y, juntos, somos”.
Es posible realizar un paralelismo con la reverencia de los indos: “Namasté” o “Namaskar” que significa: “lo divino en mí reverencia a lo divino en ti”, donde queda patente –una vez más– la idea tradicional: “puedo verte más allá de lo evidente”. Puedo percibir tu esencia, tu verdadera naturaleza y al decírtelo, te recuerdo lo que eres (1).
Y esto se refleja en varios saludos tradicionales, que nos recuerdan lo que somos en realidad: almas espirituales peregrinando de vuelta a casa. Pero no estamos solos, porque todos constituimos una “común unidad” y somos uno.
¡Qué importante es ver! ¡Qué fundamental es despertar, sacarnos las telarañas de los ojos y reconocer que los otros no son los otros sino que todos constituimos una unidad!
La Fraternidad Universal no es una mera aspiración ni un sueño utópico sino una Ley de la Naturaleza y nosotros –inmersos en una sociedad que promueve la competencia y el extremo individualismo– no llegamos a darnos cuenta y establecemos barreras de todo tipo: raciales, sexuales, religiosas, de clase, de casta, de credo, etc. Nos hemos convencido de que el mundo es un globo con países pintaditos de colores diferentes –como el mapamundi escolar– en lugar de visualizarlo como un gigantesco ser vivo.
No obstante, ¿es posible plasmar en el mundo el ideal de la Fraternidad Universal? O, en otras palabras, ¿de qué manera la humanidad dormida comprenderá el significado último de esto? La única manera de construir un mundo nuevo y mejor cimentado en la Fraternidad Universal y la Unidad en la Diversidad es a través de una re-evolución silenciosa, de una conspiración de los nobles de corazón que deberán formar –sí o sí– “núcleos de la Fraternidad Universal”, una vanguardia de oro en una edad de hierro.
Esta idea no es nueva. El concepto original de “logia” tiene la misma connotación, pues procede del vocablo sánscrito “loka” que significa “mundo”, “universo” o “cosmos” (2), significando esto “un cosmos en miniatura”, un emplazamiento ordenado y sagrado en medio de la confusión y el caos profano.
Al fundar la Sociedad Teosófica, Helena Blavatsky priorizó la implantación de estos “núcleos”, estableciendo como el primer objetivo de su institución: “Formar un núcleo de la Fraternidad Universal de la Humanidad, sin distinción de raza, creencia, sexo, casta ni color”.
Pero, ¿qué es exactamente un núcleo? Etimológicamente la palabra “núcleo” significa “centro de la nuez” (nux, nucleus), es decir el corazón de la semilla de la cual deberá nacer un nuevo árbol. Siendo así, todo núcleo es un punto de partida (3). Y si decimos que se requiere establecer “núcleos de la fraternidad universal” estamos afirmando que se requiere plantar semillas que germinen y crezcan a fin de que se afiance el ideal iniciático, indisolublemente ligado a la Fraternidad Universal.
La piedra basal de estos núcleos sinérgicos de la Fraternidad Universal deberá ser el Amor Consciente, enunciado en todas las tradiciones en forma de la “regla de oro”, que reza: “Trata al prójimo del mismo modo en el que quisieras ser tratado” o “Ama al prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31).
Y aún, por encima de esto, es de capital importancia insistir en que el prójimo no es el prójimo y que –desde una perspectiva espiritual– no existen ni el “yo” ni el “tú” sino el “nosotros”, una Unidad ultérrima más allá de lo evidente.

Mantengamos la unidad.

Notas del texto

(1) También podemos citar aquí el saludo hawaiiano de “aloha” que significa “aliento de vida”, por lo cual al decir “Aloha” estamos enviando y recibiendo energía positiva. Esta es la esencia del “espíritu aloha” de los habitantes de Hawaii y, como tal, fue redactado en forma de ley en el año 1986. La misma señala: “Aloha significa aprecio, afecto mutuo y calidez en ser atentos con los demás sin esperar nada a cambio. Aloha es la esencia de las relaciones en las cuales cada persona es importante para la existencia colectiva”.

(2) Para algunos autores, el origen etimológico de “logia” vendría de la palabra griega “logos”.
(3) En las células, el núcleo es considerado el centro de control y lo mismo ocurre con el núcleo atómico. Por esto, en la filosofía esotérica se equipara al núcleo con el primer logos: Voluntad-Ley.

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