viernes, 27 de enero de 2023

Lo que crece lentamente permanece más tiempo en la cima.

 He descubierto un método para preparar un excelente arroz integral en sólo 20 minutos!!!!

Mi método dejará obsoletos todos los sistemas usados en la cocina natural durante muchos años.
Será adoptado universalmente porque se ahorrará mucho tiempo y combustible.
Estoy seguro de que usted se sintió atraído por el inicio de este post.
Pero se trata de una broma.
Mi intención es que reflexionemos juntos; cuando nos ofrecen cosas muy rápidas la tentación de probar el "nuevo" método es muy grande.
Para aprender inglés o un nuevo idioma se necesitan años mientras el cerebro teje las nuevas conexiones neurológicas y establece la matriz neuronal que permitirá comprender y hablar el nuevo idioma.
Pero aparecen vendedores muy simpáticos en internet diciendo que han encontrado un nuevo sistema científicamente validado que permite aprender un inglés perfecto en un tiempo increíblemente corto.
En la naturaleza los desarrollos tienen sus tiempos ideales.
Un hongo crece en 48 hs; un roble lo hace en 60 años.
Hay empresas que se expanden rápidamente gracias a un nuevo sistema de ventas.
Hay personas que se hacen millonarias antes de los 30 debido a que encontraron una "clave" que nunca antes se usó.
Y nos quieren vender su sistema.
También hay entrenadores que te ofrecen un crecimiento muscular notable en muy poco tiempo, que no necesitas años en el gimnasio ni tantos sacrificios.
Crecer rápido es yin; crecer lento es yang.
Los crecimientos rápidos no tienen la misma calidad.
En China y Japón tienen como norma los 60 años.
Para ellos nadie que alcance el éxito o la fama antes de los 60 merece ser llamado maestro .
Ellos saben debido a su sabia tradición que lo que crece y triunfa muy rápido lo hace sin la maduración necesaria para que este perdure en el tiempo.
Si los músculos crecen muy rápido eso se produce con la ayuda de químicos.
Se gana rápido masa muscular, eso da la impresión de fortaleza y poder.
Un poder que se consigue rápido y eso es muy tentador.
Ohsawa conocía esa debilidad de los occidentales y por eso ofrecía su cura en 10 días con el régimen número 7.
Es como conducir a alta velocidad para llegar antes.
Tiene sus riesgos y a Ohsawa le gustaba la velocidad.
Pero la sabiduría tradicional nos enseña la paciencia.
Si usted lee un libro muy rápidamente no comprenderá mucho.
Si usted toma su comida muy rápidamente no tendrá una buena digestión.
Las personas que tienen prisa, que quieren aprender todo rápidamente o tener resultados acelerados son demasiado inmaduras.
Les importa más llegar antes que la calidad del trabajo.
Con el tiempo aprenderán que la calidad superior es la que lleva procesos largos.
Como una casa que se construye en 45 días.
No tendrá la misma calidad que otra que llevó un año.
En este mundo denso, los procesos son lentos.
Pero si nos gusta la velocidad es mejor construir en el mundo de la mente.
Allí todo se crea instantáneamente.
Se construye instantáneamente.
Porque la imaginación es plástica y toma cualquier forma a una velocidad infinita.
Lo que crece muy rápido es yin y acabará pronto.
Así crecen los tumores malignos y acaban con el enfermo.
Así crecen algunas economías y acaban destruyendo la naturaleza.
Cuando algunos jóvenes crecen muy rápidamente en su profesión como las estrellas de fútbol que a los 20 son famosos y millonarios, pronto se ven en escándalos y adictos a las drogas.
Lo que sube rápido baja rápido.
Lo que crece lentamente permanece más tiempo en la cima.
Crecer rápido es yin y crecer lento es yang.
Pero todos crecen, todos crecemos porque es una Ley Universal.
Sin embargo algunos hacen trampa como los que toman drogas para competir o para crear grandes masas musculares.
Al final los primeros se convierten en los últimos.
Porque para crecer rápido hay que utilizar alimentos yin.
Como un pan vistoso gracias a la levadura que lo hace crecer.
Sin embargo la mayoría elige ese tipo de pan.
Así son los que se inflan en el gimnasio.
Más cantidad y menos calidad.
Nosotros enseñamos que la calidad es lo más importante.
Porque la salud no es un tema de cantidad sino de calidad.
Pero los estudios de laboratorio sólo informan de la cantidad de hierro, proteínas, colesterol.
Por lo tanto no son parámetros válidos para valorar la calidad humana ni son útiles para evaluar nuestros progresos hacia la felicidad.

-Martín Macedo-

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