miércoles, 17 de agosto de 2022

Dos manos gigantescas le dan forma a todo y también lo destruyen todo.

 Dos manos gigantescas le dan forma a todo y también lo destruyen todo.

Son las manos del infinito, y no es posible aburrirse porque hay infinitas cosas por crear, nunca se acaban las formas.
Esas manos son yin y yang, y deberíamos aprender ante todo a manejar estas fuerzas colosales en nuestra alimentación.
La ciencia no se interesa en esto, ni la religión ni la filosofía.
Todos los fenómenos las contienen en diversa proporción.
Aún los fenómenos más misteriosos las contienen.
Hace unos días miraba unos videos sobre The Beatles y la gran histeria colectiva que generaron en los años 60.
Esa gran atracción que generaron estos cuatro músicos debe también naturalmente explicarse en términos de yin y yang.
Porque nada escapa al Orden del Universo.
Sin embargo han habido grandes músicos y grandes artistas pero ninguno generó la locura que estos chicos crearon.
Una atracción semejante es un yang infinito.
Un tipo de yang extremo que está destinado a durar poco debido a lo extremo de su estado.
¿Cómo hizo John Lennon para producir semejante fenómeno?
Obviamente que trabajaron mucho y tenían talento.
Pero hay muchos grupos que trabajan duro y tienen talento.
Pero aquí hay un pequeño secreto.
Lennon conocía el poder de la mente y mantuvo su visión de un éxito explosivo en todo el mundo con su música.
Antes de que ocurriera esa histeria colectiva, una mente tuvo que imaginarla y creer en que ocurriría.
Porque todo primero es un pensamiento y luego de un tiempo toma una forma física.
O sea que el éxito descomunal de los Beatles fue primero imaginado.
Así cualquier cosa que imaginemos podemos hacer que cobre vida en el mundo denso.
Estamos en el infinito y allí todas las formas están para cobrar vida.
Y nosotros, si entrenamos nuestra mente y aprendemos a enfocarla como lo hizo John Lennon podemos hacer que el mundo cambie.
Porque este mundo tal como está, es el resultado de una visión que alguien tuvo y que hizo que cobrara vida.
Ahora sabiendo esto, podemos divertirnos y crear un mundo hermoso y amigable.
Cualquiera de nosotros puede hacerlo.
Si se prepara con toda su mente y con todo su corazón.
Porque estamos en el infinito y éste apoyará nuestra visión si ésta tiene la intensidad suficiente como para volverse física.
Y para esta tarea necesitamos una salud poderosa porque una mente intranquila y cambiante no consigue enfocarse y por tanto sólo podrá manifestar ese caos interno que la domina día y noche.

-Martín Macedo-

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