lunes, 2 de diciembre de 2019

La semilla y el árbol no se parecen en nada.


La semilla y el árbol no se parecen en nada.
La semilla es yang (condensada) y el árbol es yin (expansivo).
Nosotros somos como el árbol, seguimos el mismo proceso; comenzamos como una semilla y luego nos expandimos.
Pero si esta expansión es demasiado fuerte nuestra vida se acorta.
Ese es el gran faltante de la medicina occidental; no toma en cuenta yin y yang.
Los alimentos y medicinas con efecto yin muy fuerte terminan por acortar la vida porque todo lo que se expande demasiado rápido se quiebra, se desintegra, se desmembra.
El azúcar refinada, la harina blanca y el alcohol son demasiado yin y la mayor parte de la gente los consume todos los días y en cantidades importantes por la simple razón de que son adictivas.
La gente se hace adicta de aquello que destruye su salud y su cuerpo.
Y celebran las reuniones familiares y otras reuniones sociales con estos productos que acortan la vida.
Y los medicamentos para la presión arterial, la diabetes, los reguladores del colesterol sanguíneo, los antidepresivos, los ansiolíticos y los anticoagulantes entre otros son todos extremadamente expansivos.
Todos sabemos cómo la cortisona deja a las personas como un globo.
Yin y yang son tan simples que hasta un niño lo puede entender.
Pero en el entrenamiento médico estas palabras están prohibidas.
Cuando yo era estudiante si las mencionaba en una conversación con mis colegas siempre obtenía sonrisas burlonas.
Si nos yinnizamos muy rápidamente envejecemos pronto.
Perdemos fuerza, velocidad, potencia física y disminuye nuestra voluntad de vivir.
Frente a esta situación la medicina indica dosis más fuertes de antidepresivos como cuando alguien tiene fibromialgia.
Es una enfermedad muy yin, y la medicina da más yin.
Entonces el cuadro nunca se cura y llegan a la conclusión de que es incurable.
Pero si damos yang suficiente el dolor cede y desaparece en algunas semanas.
Si nuestra nutrición es rica en elementos yang rejuvenecemos, mantenemos nuestra fuerza y velocidad, nuestra voluntad es fuerte hasta edades avanzadas.
Sin embargo la mayor parte de la gente se ríe del yin y yang.
Y no comprende que son las llaves del Reino de los Cielos.

-Martín Macedo-

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