El síndrome del piloto automático
¿Alguna vez has llegado a tu oficina o lugar de empleo sin recordar nada del viaje? Creo que eso nos ha pasado a todos. Salimos de casa, esperamos en la parada, nos montamos en el ómnibus, caminamos 6 manzanas y cuando llegamos a la entrada del edificio pensamos: “Wow, ¿Ya llegué?”
Es como si hubiéramos puesto una especie de piloto automático. Cierto, puede ser que simplemente nos haga falta nuestra dosis de cafeína en la mañana, pero cada día más personas pasan la mayor parte del tiempo mentalmente ausentes. ¿Te has puesto a pensar por qué no vivimos en el ahora?
El Futuro es inseguro
A veces, especialmente cuando generamos agenda repleta, nos vemos tentados a pensar en el futuro. En vez de prestar toda atención a la conversación que estamos teniendo, o las instrucciones que nos están dando, nuestra mente divaga hacia formas de pensar ajenos al momento actual, como planificar nuestro día o lo que tenemos que hacer después.
Eso lo hacemos, precisamente, porque queremos ahorrar tiempo y razonamos que hacer mentalmente dos cosas a la vez, hará que terminemos más rápido. No obstante, no podríamos estar más lejos de la verdad. Como ya sabemos, “el que mucho abarca, poco aprieta”. Cuando no estamos completamente presentes al realizar una tarea, entorpecemos el proceso, requerimos repetir las cosas que hacemos mal y generalmente, al final, tomamos más tiempo de lo normal.
Hasta llegamos al extremo de angustiarnos por cosas que tal vez pudieran generarse y por eso no disfrutamos el presente. Luego, lo que temíamos que iba a generarse, no se genera, pero el tiempo que gastamos preocupándonos no lo podemos recuperar jamás. Preocuparte por el futuro es como mecerte en una mecedora: te da algo que hacer, pero no llegas a ningún sitio. ¿Cuál es el único momento en el que puedes ejercer el control, es decir, actuar y decidir? El ahora, hoy.
El Pasado es incambiable
A algunas personas el futuro no los agobia tanto, pero sí, en cambio, el pasado. Y esto es igualmente perjudicial, pues el ayer también puede convertirse en un verdadero ladrón de energía mental.
O añoramos los viejos tiempos o nos mortificamos por lo que podría haber sido y así nos hacemos partícipes de un círculo vicioso: no gozamos el presente por lamentarnos por el pasado, pero tiempo después nos lamentamos de no haber gozado el entonces presente. ¿Pensamos seguir así? ¡No más! El día de hoy es un regalo, no lo desprecies. Si te arrepientes de decisiones pasadas, lo único que queda por hacer es aprender de lo sucedido y seguir adelante.
La importancia de estar presentes (por respeto a ti mismo y a los demás)
¿Alguna vez haz estado conversando con alguien y por momentos te da la sensación de que no te ha estado prestando atención? ¿Cómo te sentiste? Muy mal, ¿verdad? De seguro, molesto, despreciado e incluso frustrado.
Pues tus familiares, tus amigos, tu patrón, tus clientes, tus compañeros de trabajo y todas las demás personas con quien interactúas, tampoco se merecen eso. Pero, sobre todo, tú no lo mereces. Si estás viviendo tu vida a medias, tú mismo te estás robando la posibilidad de vivir grandes experiencias y de hacer real contacto con los demás.
¿Qué beneficios nos trae el vivir en el ahora?
Esta práctica de ubicar consciente mente la atención en el presente, tan sencilla a simple vista, trae más beneficios de los que imaginas. El vivir en el ahora nos permite disfrutar de cada detalle y captar la “magia” latente en cada instante. En otras palabras, estar ubicados en el presente nos apoya a vivir la vida plena e intensamente. De lo contrario, simplemente veremos pasar la sucesión automática e interminable de horas y días como un espectador pasivo.
Si aprendes a concentrarte en el trabajo que estás realizando, en el momento en que estás, y tomas consciencia del lugar en que te encuentras, también se te hará más fácil relajarte y preocuparte menos y, en definitiva, sentirte más feliz, pues te estarás saliendo de las dualidades.Por ejemplo, si estás de vacaciones, no estarás pensando en lo que te espera a vuelta en la oficina, sino más bien podrás asimilar con todos tus sentidos el encanto del lugar donde te encuentras, podrás asombrarte de cada cosa, disfrutarás de la buena conversación de las personas a tu alrededor y del momento tan hermoso que estás viviendo, simplemente aquí y ahora.
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