Hoy me tomaré la libertad de redefinir el vegetarianismo.
Cuando uno se alimenta de 90% de origen vegetal es un vegetariano realizado.
El 10% restante será forzosamente de origen animal; algunos lo tomarán en forma de lácteos, huevos o pescado.
Lo que define el asunto no será si sufren o no los animales sino la proporción animal-vegetal o yang-yin.
Hace unos minutos publiqué una frase de Leonardo Da Vinci que refleja una profunda sensibilidad hacia la vida de los animales, igualándola a la de los hombres al decir que cuando la humanidad considere que matar a un gato es tan criminal como matar a un ser humano entonces la civilización habrá progresado.
Ese grado de sensibilidad lo tenía un hombre que vivió hace más de 500 años.
Pareciera que el simple paso del tiempo no es suficiente para que se de ese progreso.
Hoy se siguen explotando la vida de los animales, se los castra, se los utiliza como negocio, se los utiliza para experimentos científicos.
¿Por qué ese atraso tan profundo a pesar de los adelantes tecnológicos?
¿Por qué tanta crueldad no sólo hacia los animales sino también entre los mismos humanos y también hacia la tierra?
En mi opinión se debe a que los vegetarianos somos una pequeña minoría, aproximadamente un 4%.
Las personas como Leonardo tienen esa sensibilidad y amor a cualquier forma de vida debido a su vegetarianismo.
El vegetarianismo es yin y vuelve sensibles a las personas.
Una dieta de alta proteína es yang y vuelve insensibles a quienes la observan.
Podrán aparentemente ser muy religiosos y piadosos pero es sólo una máscara yin que esconde un profundo yang interno.
Tengo un familiar muy religioso, da clases en universidades cristianas y reza todos los días además de ser un apasionado de los libros sobre teología y doctrina de la iglesia.
Pero invierte su dinero en ganado; compra vacas preñadas y las cría para que tengan muchos terneros que finalmente vende a la industria frigorífica.
No es necesario preguntar si es o no vegetariano.
Sólo el simple hecho de entusiasmarse con ese tipo de negocios revela que la proporción de alimento animal es mayor que la de Leonardo Da Vinci.
Un médico que se alimenta básicamente de yang animal no es sensible y por eso manda a todos sus pacientes docenas de comprimidos creados por una industria farmacéutica también insensible.
Un presidente que promueve la vacunación de todos sus electores también revela su profunda insensibilidad.
Finalmente las personas que aceptan esas inoculaciones y alientan a otros a seguir su ejemplo también tienen esa proporción elevada de proteína animal en sus cuerpos.
Es increíble todo lo que podemos entender cuando aplicamos los lentes mágicos de yin y yang como los llamaba Ohsawa.
Los siglos podrán pasar y pasar pero mientras la humanidad siga nutriéndose con una proporción de derivado animal superior al 50% de su dieta, la barbarie seguirá en este mundo a pesar de los más fantásticos progresos tecnológicos.
-Martín Macedo-
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