Una de las ventajas de vivir en el hemisferio sur es que aquí tenemos dos Navidades mientras que en el hemisferio norte tienen sólo una.
Durante 6 meses los días se van acortando un minuto por día y las noches se van alargando.
Este es el período yin porque cada vez hay menos luz solar.
La naturaleza se retrae, disminuye sus actividades, entra en un receso.
Todo se aquieta, y se produce una disminución de los recursos naturales y energéticos.
Es como una muerte lenta, muy lenta que apenas se percibe hasta que el ciclo se profundiza a fondo en los primeros días de diciembre.
El 21 de diciembre es el día más yin del año en el hemisferio norte.
Frío y oscuridad, menos cosechas, menos calor, más infecciones respiratorias y del aparato urinario...menos actividades humanas en general.
Es el extremo yin.
Entonces a partir del día 22 o 23 se llega al extremo y la tendencia se invierte hacia más vida y más actividad del sol sobre la tierra.
Comienza el ciclo yang, donde cada día el sol amanece un minuto más temprano y se pone un minuto más tarde.
La naturaleza comienza a activarse, a despertarse gradualmente y se acercan tiempos de abundancia de todo lo que los seres vivientes necesitan para vivir plenamente.
Entonces el 24 de diciembre ya está bien definida la tendencia y se hace una gran fiesta.
Desde hace miles de años y las tradiciones religiosas cristianas lo han hecho coincidir con el nacimiento de Cristo porque Cristo simboliza la vida abundante y el despertar de la sabiduría más alta.
Y aquí en el hemisferio sur también lo celebramos porque los países latinoamericanos recibieron las tradiciones religiosas de la Europa cristiana.
Pero desde el punto de vista de la naturaleza, el día más corto del año es el 21 de junio y a partir del día 22 o 23 comienza el ciclo de aumento de la luz y de la fuerza de la naturaleza.
Así que el 24 de junio es la Navidad de la naturaleza en este hemisferio.
No lo celebramos oficialmente, pero sentimos como una fuerza que nace, como una semilla de vida que comienza a germinar, como la sensación de que se vienen tiempos de mucha dicha y prosperidad.
Hoy es 26 de junio....hace un frío terrible en Montevideo, pero también se siente una especie de certeza interna de que comenzó el ascenso hacia nuevos horizontes llenos de felices sorpresas y realizaciones.
Entonces tenemos dos Navidades, la natural y la histórica.
Y esa es una de las ventajas de vivir en el hemisferio sur.
-Martín Macedo-
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