Un famoso maestro macrobiótico dijo una vez que la humanidad pasaría por el centro de un un gigantesco espiral de materialización hacia una era de sabiduría y espiritualidad.
Y que ese paso sería como un parto en el que el ser humano se contrae más y más en la medida que se acerca al centro.
Este maestro dijo también que sólo los que tuvieran la comprensión de yin y yang bien asimilada podrían atravesar ese espiral gigantesco con éxito.
Porque en el centro las presiones son extremadamente grandes, como atravesar una tormenta sin instrumentos en medio de un mar embravecido.
Nuestros alimentos actuales, base de nuestra salud y vitalidad están empobrecidos debido al agotamiento de las tierras de cultivo.
Incluso los alimentos orgánicos y ecológicos tienen muchos menos minerales y vitaminas que hace 100 años.
Esto se debe al hecho de que al aumentar la población mundial, la producción de alimentos también aumenta y no da tiempo a que las tierras de cultivo descansen y recuperen su riqueza de nutrientes.
Entonces tenemos alimentos en general más débiles, menos ricos y así nuestras armas para prepararnos para atravesar el gran espiral no son las adecuadas.
Pero ese momento es ahora; ahora mismo estamos frente al centro del gran espiral y debemos atravesarlo.
Y lo haremos con menos posibilidades físicas debido a este empobrecimiento de la calidad de los suelos y los alimentos tanto animales como vegetales.
Excepto en el mar; allí el hombre no ha podido cambiar la calidad porque el océano es demasiado poderoso, demasiado yang.
Millones están deprimidos, millones de hipertensos, millones con cáncer, millones con dolor crónico....no consiguen atravesar el centro del espiral.
Y ese es su infierno en vida; un infierno que se niega a abrirles la puerta para que puedan escapar.
Mismo la gente vegetariana, que come sano, que va a retiros y cursos de desarrollo espiritual, no consiguen atravesar el centro.
Unicamente aquellos que hayan asimilado a fondo el principio de yin y yang podrán contraerse y volverse como un pequeño pez que consigue escurrirse a través de la pequeña puerta.
Por eso en nuestra escuela estudiamos yin y yang constantemente, porque esa es la única forma de atravesar el centro de este espiral enorme que se devora a todos los que tienen miedo.
Pero podemos cambiar nuestra calidad sanguínea con nuestro poderoso arte culinario y así lograremos atravesar la pequeña puerta hacia el nuevo mundo.
Como si fuera un juego.
Podemos entrar y salir varias veces.
Y ayudar a otros a pasar porque seremos expertos en atravesar el centro.
Ni los científicos podrán pasar ni los maestros espirituales.
A menos que ingresen a nuestro club.
Y estudien con nosotros.
-Martín Macedo-
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