La conciencia individual un día se fundirá en la conciencia universal.
Aunque lleve 10.000 años, tarde o temprano ocurrirá.
Es el destino de todas las conciencias.
Y el de todos los egos.
Ese día se nace en la vida verdadera.
En la salud infinita y en la felicidad infinita.
Ese momento ha sido esperado durante cientos de vidas.
Atravesando dolores y penas, felicidades y tristezas, miserias y grandes triunfos.
Una mañana el alma despierta de su largo sueño.
Y comprende que una experiencia tan sublime requiere siglos de preparación.
Cuando un alma se acerca a ese renacimiento en el alma universal, se apasiona con la meditación, la alimentación vegetariana y el desarrollo espiritual.
Los que esperan con ilusión que llegue el domingo para comerse un asado no están demasiado apurados por fundirse en la conciencia cósmica donde se encuentra la mayor de las glorias y el mayor de los amores.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario