Pasado y futuro se funden para crear el ahora.
El pasado contiene una riqueza infinita de experiencias y vivencias.
El futuro contiene todas las posibilidades de logros y descubrimientos.
Ambos tienen una riqueza ilimitada.
Sin embargo se funden para crear este momento.
Es nuestro mayor tesoro.
El tiempo que perdemos no se recupera, porque una vez que el presente se convierte al pasado nunca más regresa.
Lentamente el año 2022 se acerca a su fin.
Llegará el 2023 y el año actual será historia.
El pasado es yang porque ya fue confirmado y experimentado.
El futuro es yin porque son posibilidades a las que sólo accedemos por medio de la imaginación.
Los alimentos yang nos llevan a aferrarnos a los recuerdos del pasado y al valor de las tradiciones.
Los alimentos yin nos impulsan a un futuro mejor y en cierta forma a desdeñar las viejas formas; lo antiguo se oxida y se debe descartar.
Una dieta de extremos (carnes y frutas) como la que proponen muchos expertos en nutrición nos coloca en una situación psicológica de fluctuación entre los recuerdos y los sueños por cumplirse.
Esa forma de nutrición podrá ser muy rica en vitaminas pero energéticamente hablando hace muy difícil permanecer en el presente.
Nuestras capacidades infinitas no pueden expresarse plenamente porque nuestra mente no encuentra la calma necesaria.
Es como un arma cargada en manos de un enfermo de Parkinson.
Sólo en la quietud del ahora esa arma será útil.
Por ello los grandes maestros espirituales nos enseñaron el valor sagrado del cereal.
El cereal es centrado ni muy yin ni muy yang.
Cuando nos basamos en cereal es mucho más fácil la meditación y estar enfocados en el presente.
Entonces y sólo entonces nos podemos volver gigantes porque el infinito es el eterno presente.
Tiempo infinito y espacio infinito.
La mayor parte de la gente lleva esta dieta de extremos y por eso rara vez experimenta la felicidad.
Porque ésta es una experiencia que ocurre en el momento presente.
Muchos maestros insisten en la importancia del ahora pero no mencionan la calidad del alimento que hace posible la experiencia.
La salud es siempre un estado de presencia.
La salud no es un juego teórico o el acopio de nutrición.
La nutrición siempre es yin y yang.
Yin y yang se comen.
Entran por la boca.
El caos o la paz se comen.
Por esa razón el ideograma japonés para "Paz" significa "arroz en boca".
Todos los que abogan por una dieta de alta proteína, por motivos de desarrollo muscular o buscando una nutrición óptima están llevando a la humanidad a una situación de infelicidad crónica.
Y en ese paradigma se encuentra la mayor parte de la humanidad.
La gente igual come cereales pero refinados.
Y éstos no tienen poder para traer al hombre al presente.
Donde se encuentra la puerta del Reino de los Cielos.
-Martín Macedo-
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