lunes, 5 de septiembre de 2022

El desarrollo de la mente y del espíritu

 Hay un tiempo para el desarrollo del cuerpo.

Hay un tiempo para el desarrollo de la mente.
Hay un tiempo para el desarrollo espiritual.
Los tres son fundamentales para una vida feliz y los tres deben ser atendidos.
El desarrollo físico requiere del yang animal, y por eso los bebés deben tomar leche de origen animal y no leches vegetales.
Si la madre no tiene leche, se debe dar leche de cabra o conseguir una nodriza como se sigue haciendo hoy en día en las naciones tradicionales.
Gracias al alimento animal el cuerpo se desarrolla rápidamente, y el bebé triplica su peso en el primer año de vida.
Cuando el bebé crece se introducen alimentos de calidad vegetal poco a poco y éstos al ser yin estimulan el desarrollo de la inteligencia del bebé.
Con el paso del tiempo se desarrolla la conciencia del yo y el ser humano finamente comprende que es un ser individual, separado del resto de los seres vivientes.
El cuerpo necesita un mantenimiento durante toda su vida y por eso es aconsejable tomar pequeñas cantidades de pescado o algún otro producto de origen animal saludable.
Pero el desarrollo fundamental para la realización humana luego de alcanzar la madurez física es el desarrollo de la mente y del espíritu.
Y para ello se debe tomar alimento de origen vegetal (yin).
Pero algunas personas olvidan su misión y desean desarrollar sus cuerpos más y más durante el tiempo en que viven en este mundo.
Pasan largas horas en el gimnasio y comen grandes cantidades de proteínas de origen animal para mantener cuerpos grandes y bien desarrollados.
Y ese es su mayor orgullo; pasean sus cuerpos musculosos en la playa o en los parques como si fuera un trofeo por el que trabajaron tan duro.
Este tipo de personas sacrifican el desarrollo espiritual por el desarrollo físico y siguen entrenando aún a los 80 o 90 años con la misma obsesión de tener músculos grandes.
Su principal preocupación son las masas musculares.
Ayer hablaba con una de mis estudiantes que estaba inquieta porque bajó de peso durante una dieta número 7 para vencer un estado gripal.
Yo quiero tener un cuerpo poderoso, no quiero estar tan flaca.
Estoy de acuerdo, totalmente de acuerdo porque incluso para tener un gran desarrollo espiritual el cuerpo debe ser fuerte para soportar largas horas de meditación o la práctica de disciplinas para el desarrollo de la mente o el espíritu.
Pero si ansiosamente subimos la proporción de pescado o incorporamos cantidades mayores de proteínas animales, vamos a crear nuevos problemas.
Le recomendé que levantara pesas, que trabajara duro físicamente, porque el músculo se hace fuerte cuando encuentra pesos difíciles de levantar.
Si quieres un cuerpo poderoso no es suficiente con tomar más proteínas.
Porque el cuerpo utilizará las que necesita y el resto las degradará y las sacará lo más pronto posible para evitar que éste se acidifique.
Por esa razón nuestro desarrollo tanto físico como mental requieren un avance gradual.
Y entender que no podemos esperar todo de la comida física.
Habrá que diseñar un plan de acción sostenido para finalmente lograr el ideal físico, mental y espiritual.
Nuestra mejor versión.
Nuestro mayor trofeo.
Nuestra mayor realización.
Y nos convertiremos en una inspiración para los más jóvenes.
Seremos magníficos líderes que harán felices a otros con su sola presencia.
Pero los líderes de hoy están muy enfermos porque siguen criterios antinaturales basados en la obsesión por la proteína.

-Martín Macedo-

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