Algunos estudiantes de macrobiótica no consiguen bajar de peso mientras que otros no consiguen subir y se mantienen demasiado delgados.
Ninguno de los dos extremos es deseable.
Pero con nuestro principio yin - yang podemos resolverlo.
Parece muy simple; los que están demasiado flacos están demasiado yang y lo solucionamos incorporando más postres naturales y algunas frutas o sus jugos.
Y en general ganan peso rápidamente.
Pero en otros casos lo único que consiguen es una fuerte diarrea o un sangrado digestivo y se mantiene la delgadez o se hace más pronunciada.
La mayor parte de los estudiantes razonan de esa forma: si está gordo está muy yin y si está flaco está muy yang.
Al primero hay que recomendarle que sea más estricto (yang) y al segundo que coma más variado, más rico, y que se anime a probar algunos platos yin.
Pero a veces al incorporar yin se produce una recaída de la enfermedad o condición de debilidad previa.
Entonces no es tan simple.
Mi punto de vista se basa en el diagnóstico de la condición intestinal.
Intestino es raíz; si la raíz es fuerte se asimila mucho y se gana peso fácilmente.
Pero si la raíz está enferma, por mucho que se coma no se asimila y no se gana peso.
Las personas de constitución fuerte (yang-robusta) tienen un gran cuerpo debido a una asimilación excelente debido a ese yang interno.
Las personas de constitución frágil (yin-dificultad digestiva) tienen cuerpos más delgados simplemente porque no consiguen aprovechar el alimento por muy bueno que éste sea o por muy abundante que sea la porción.
Entonces el proceso debe ser progresivo.
Ante todo se debe mejorar la salud digestiva para fortalecer la capacidad de digerir y asimilar.
Así el alimento sea cual sea su calidad se aprovecha y se gana peso, tanto músculo como grasa.
Mientras se fortalece la raíz, no se debe proceder ansiosamente buscando ganar peso con complementos o platos especiales.
Buscad el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás vendrá por añadidura.
Buscar ante todo crear una raíz poderosa (esto puede llevar tiempo) y todo lo demás vendrá por añadidura.
La belleza física, la facilidad para ganar masa muscular, la fortaleza de los huesos, los niveles hormonales perfectos y la energía vital poderosa.
El peso óptimo sólo vendrá cuando se tenga una asimilación óptima.
Pero hoy en día enfrentamos una epidemia de intolerancias digestivas de toda clase y diversos tipos de alergias a alimentos.
La raíz de la humanidad está muy enferma.
Así que de nada sirve tratar de engordar o adelgazar buscando un cuerpo bonito sin atender primero la raíz escondida.
Porque si la raíz sigue enferma todas las dietas, todos los remedios caseros y todos los trucos metafísicos fracasarán.
Es necesario aprender a cocinar maravillosos alimentos para sanar la raíz.
Porque ésta se enferma por la mala calidad y se cura con la buena calidad.
Y por esa razón decimos que el mejor hospital del mundo es el hogar.
-Martín Macedo-
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