miércoles, 15 de enero de 2020

Es mejor invertir nuestro tiempo en hacernos grandes, fuertes y sabios.


Tarde o temprano lo pequeño será grande.
Y lo grande volverá a ser pequeño.
Es la Ley Eterna.
El círculo de la vida y la muerte.
Para vivir primero hay que morir.
Hay que morir a nuestra mediocridad, a nuestras adicciones, a nuestra timidez, a nuestra arrogancia, a nuestra falta de atención y a nuestras creencias limitantes y auto denigrantes.
El yo enfermo debe morir para que nazca el yo sano.
Pero mucha gente hace la "dieta" para curarse y cuando se siente mejor la abandona.
No desea volverse saludable.
Sólo aliviar los síntomas y el dolor.
Porque cuando se siente mejor "amplía" su nutrición.
Es decir que el viejo yo, enfermo y decadente sigue intacto.
Sólo que en vez de aspirinas tomó sopa de miso por algunos meses.
"¿Si me siento bien para qué voy a ser estricto?"
Así razona la mayor parte de la gente.
Espera a que venga una grave enfermedad para ser "estricto".
La disciplina es esencial para que lo pequeño se haga grande.
No hay gran futbolista, ni gran científico, ni gran músico sin pasión y disciplina.
Cuando un futbolista famoso o un gran músico pierden su disciplina y se entrega a los excesos cae estrepitosamente.
La disciplina es la escalera a la grandeza.
Ella te lleva hasta la cima y te permite quedarte allí tanto tiempo como lo desees.
Pero la mayor parte de la gente cuando llega a la cima comienza a darse unos "gustitos" y al poco tiempo se desploma.
Es el círculo de la vida y de la muerte.
Por ello no debemos atacar a los poderosos.
La misma rueda se ocupará de ellos y pronto caerán.
Como el imperio romano que cayó por sus excesos.
Es mejor invertir nuestro tiempo en hacernos grandes, fuertes y sabios.
Porque no hemos venido a evitar que alguien sea grande.
Para eso están los mediocres.
Que como han olvidado su misión.
Se dedican a obstaculizar el ascenso de los grandes.
Porque no soportan ver cómo se convierten en estrellas.

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