martes, 1 de mayo de 2018

El trabajo ¿castigo o bendición?


Un renovado (!!¡¡) y gris 1 de mayo me inspira a una pequeña reflexión a partir de la siguiente pregunta: el trabajo ¿castigo o bendición?. Seguramente muchos de ustedes responderán que es un castigo. Sin embargo, dirán también que proporciona seguridad, un salario adecuado y en algunos casos buena entrada de dinero, da sentido de permanencia a una sociedad, etc. y además, la pregunta inevitable ¿que es lo que puedo emprender a mi edad, que, entre otras lo que hoy hago, me permite comer?, tengo cuentas que pagar, una familia que mantener, cambiar el auto, una nueva computadora, los celulares, la demanda infinita de los niños, y mil exigencias de una sociedad que impulsa a gastar y al tener ...cada vez más. 

Voy a iniciar esta reflexión con una pregunta que muchas veces a mi me funciona y también a quien circunstancial mente estoy apoyando: ¿que te gustaría hacer si el dinero no existiera en el mundo?, ¿como y de que te gustaría disfrutar de la vida?. Me gustaría bailar, ser poeta, pintar paisajes, viajar por regiones remotas, escalar montañas, acompañar a emprendedores, vivir al aire libre y montar caballos, vivir cerca del mar, y mil etcéteras más.

Ante la pregunta observo como inmediatamente el rostro de las personas se ilumina, surge una emoción nueva, se apasionan y empiezan a volcar todo lo que harían si el dinero no fuera un obstáculo. Con el solo mencionar su sueño se transforman hacia un estado emocional de expansión. 

Imagínense que sería de ese ser humano y de la humanidad toda desarrollando la actividad elegida, por el solo hecho de hacerla por que le gusta y que le genera satisfacción y plenitud. Obviamente ninguno o pocos incluyen el trabajo actual entre las opciones, pues es "sabido" que no podemos obtener dinero bajo esas formas. o por lo menos eso es lo que nos hacen creer para mantener el "statu quo" y que todo quede como está. Además la sociedad nos reafirma constantemente que ganar dinero es lo más importante. Por lo tanto pasarás todo tu vida o gran parte de ella trabajando para ganar dinero y es claro que este modelo se reproduce a si mismo ya que nunca te alcanzara por que siempre surgen nuevas y cada vez más "necesidades". 

Estar la mayor parte del tiempo haciendo cosas solo por dinero, para sobrevivir y hacer cosas que en esencia no te gustan hacer, lo cual, como mínimo parece no tener lógica. Es aquello de esperar la jubilación para empezar a disfrutar de la vida y hacer lo que verdaderamente me gusta, mientras tanto sacrificarse para ganarse el pan de cada día. Esto no quiere decir que en algún momento, mientras genero el proyecto donde voy a aportar mi energía definitivamente, me dedique a otras actividades que no tienen que ver con lo mío. Igual lo haré con esmero y responsabilidad sabiendo que es una tarea transitoria. 

En 1985, el escritor estadounidense Bob Black publico un manifiesto llamado "la abolición del trabajo" que decía: «Nadie debería trabajar jamás. El trabajo es la fuente de casi toda la miseria existente en el mundo. Casi todos los males que se pueden nombrar proceden del trabajo o de vivir en un mundo diseñado en función del trabajo. Para dejar de sufrir, hemos de dejar de trabajar».Y abogaba no por la gandulería, sino por el jolgorio permanente. «Hay que crear una nueva forma de vida basada en el juego, una revolución lúdica, una aventura colectiva basada en el júbilo y la exuberancia libre y recíproca». Y en su Utopía para realistas, Rutger Bregman reclamaba una renta básica universal para que todo el mundo pudiera trabajar sólo en lo que quisiera trabajar. Al fin y al cabo, ¿quién sueña con ser cajero de un super si ya existen tiendas inteligentes? ¿Alguien tiene vocación de vendedor de billetes de metro o de repartidor de pizzas? ¿Quién quiere ser taxista si el coche se ,puede conducir solo? El problema es qué hacemos con esos cajeros, esos repartidores o esos taxistas. Levántate a las siete de la mañana. Dúchate. Péinate. Maquíllate. El café. La ropa planchada. El almuerzo de los niños. Repasa tu perfil de LinkedIn: «Soy una persona responsable y trabajadora». Conduce hasta el cole. Conduce hasta la oficina. Ficha a las nueve. Reunión. Otro café. Otra reunión. Un informe. Otra reunión. La típica bronca del jefe. Almuerza cualquier cosa. Una llamada. 300 mails. Otro informe. Me voy, que no llego al cole. Una pregunta: ¿alguien sabe si ya hemos cobrado? «No. Tú no odias los lunes, odias tu trabajo», palabra de Nick Srnicek. 

Desde hace décadas (no siempre fue así) nuestra vida se estructura en torno al objetivo último de alcanzar la autorrealización competitiva, sentirnos realizados profesionalmente. Prosperar. Ganar dinero. Y tener un empleo, por miserable que sea, se convierte en el fin último. Los políticos prometen crear empleos y nosotros votamos al que promete crear más. Los robots no podrán con todo. Sí cambiará el concepto de trabajo y surgirán nuevas formas de reconoci-miento social. No sé si en 2050 se requerirá trabajar para vivir o a qué llamaremos trabajo pero lo que está claro es que la gente va a tratar de ser feliz y útil y eso no tiene por qué estar vinculado al trabajo tal cual lo concebimos hoy. Habrá que liberar a la gente de las tareas rutinarias y dejarlas en manos de los robots para crear entornos que nos permitan dedicarnos a tareas creativas, emocionales, a lo puramente humano y que aporte algo distinto a la sociedad. 

Enrique Dans defiende una nueva relación con el trabajo alejada de la «maldición bíblica», del ganarse el pan con el sudor de la frente. «El trabajo dignifica pero dignifica más si es el que eliges tú». Su pronóstico habla de instaurar una renta básica incondicional que no desincentive para buscar además el empleo ideal y de nóminas no vinculadas a la productividad. Un cura salva almas pero no tiene un plus por salvar más. En el futuro habrá más trabajos dedicados a alcanzar un bienestar superior, artistas, gente dedicada a apoyar a los demás, a hacer que otros se sientan mejor». 

Ahora bien, te comento, aunque seguramente ya lo sabes, existe otra alternativa para resolver la contradicción entre el dinero y la plena realización personal agregando valor a la sociedad. Hay un solo requisito para esto, salir del lugar de confort, atravesar las incomodidades y los posibles miedos y lanzarse con seguridad a lo que legítimamente te gusta hacer y que se vincula a un talento o cualidad, que está presente desde el naci-miento, ya sea hereditario o adquirido durante el desarrollo materno y se transforma en los dotes que cada personas lleva en su interior y que nos hace únicos e irrepetibles. 

Con el tiempo, la pasión, dedicación y compromisorio te transforma en un maestro en la disciplina o área elegida. Te entusiasma la idea?. El paso a que te paguen por tu oferta es mínimo. A cuantas personalidades extraordinarias conocemos que recibe dinero en abundancia por hacer lo que les gusta juntando lo que, desde la primera revolución industrial nos separaron, el trabajo y la filantropía. Quiero comentarte además, que el rompecabezas universal esta armado y diseñado dentro de un sistema: Libre Albedrío y Causa y Efecto y lo que decidamos va a determinar lo que recibamos, siendo la clave dos distinciones: responsabilidad extrema e integridad. En ambas distinciones están todas las respuestas. Solo comprenderemos el punto y cómo funciona el cosmos cuando comprendamos que el punto está en ser la causa y no el efecto y en direccionarnos hacia nuestra integridad. La única (sí, la única) forma de causar y generar resultados contundentes, disfrutables y a largo plazo es siendo responsables e íntegros. 

La dimensión de la filantropía, es decir, juntar en una sola unidad lo que me gusta y que al mismo tiempo que me genera dinero, es parte del ser integro. Sin embrago el concepto de integridad que tienden a tener los humanos, no se acerca al concepto de integridad que comprende y propone el universo: la integridad es todo aquello que hacemos y causa una energía de Luz (integra), la des-integridad todo aquello que encaminamos y causa una energía oscura (desintegra).

En este contexto es que se inscribe la pregunta, el trabajo ¿castigo o bendición?. Libre Albedrío para elegir seguir esclavo de nuestras propias creencias o hacer lo que requiera por nosotros mismos y mientras lo hacemos, nos paramos en abundancia y comprendemos que también tenemos la habilidad de contribuir con nuestro entorno, con nuestro país y con el mundo, recibiendo con el propósito de compartir, a partir de ahí, la balanza de nuestros Quiebres se inclina hacia generar y causar esos Quiebres que me suman, que te suman, que nos suman, que te gratifican, que me gratifican, nos gratifican. 

La gran reivindicación para este y todos los 1 de mayo: ni la abolición del trabajo, ni el trabajo como jolgorio. Cada uno en el lugar que corresponda, el lugar donde elija para volcar su talento aportando desde ahí valor a la sociedad y viviendo en abundancia, no solo económica sino generando una vida plena y abundante.

Estamos condenados a decidir

Carl Jung ha sido un gran maestro en mi vida. Llegué incluso a estudiar psicoanálisis junguiano. Jung dijo en una ocasión: «En el preciso momento en que eres protagonista de tu propia vida y tomas decisiones eres también el lancero o el extra de un drama mucho mayor». También dijo: «Todos estáis condenados a decidir». 

Parece un contrasentido. Si estás condenado, ¿cómo vas a decidir? Sin embargo, dentro de nuestro cuerpo físico estamos condenados. Esther apareció en un cuerpo femenino de cierta estatura y cierto color de pelo, mientras que yo lo hice en un cuerpo masculino de 1,85 metros de altura que pierde el pelo de la cabeza, gana vello en las orejas y experimenta muchas cosas absurdas. Y me limito a contemplarlo. Pero también he de tomar decisiones acerca de este cuerpo. Puedo alimentarlo bien. Puedo ejercitarlo. Puedo hacer muchas cosas. Así que tomo decisiones dentro de un estado de condenación. 

Pero ¿y nuestra otra parte, la espiritual? Bueno, entendemos que alguien que intenta explicar conceptos nuevos a las personas que no se encuentran en el disco de frecuencia elevada utilice palabras como «condenado». Exacto. Jung no lo decía en un sentido... Quería decir que hay decisiones que no deseas. Pero hemos observado que, a medida que vais experimentando los detalles de vuestra vida y surgen en vuestro interior cada vez más preferencias personales, veis con mayor claridad quiénes sois y qué queréis. Y suele ser entonces cuando empezamos a encontrarnos con vosotros, porque estáis empezando a desear la capacidad de controlar mejor vuestra propia realidad. Simplemente no sabéis cómo hacerlo. 

Últimamente hablamos mucho de ello con nuestros amigos físicos, porque queremos que entendáis que pretendéis explorar más contraste que nosotros desde nuestra ventajosa posición No Física, un contraste que genera un deseo detallado de mejora en esta realidad espaciotemporal. La evolución de todas las especies depende de esa experiencia contrastada. 

Sin embargo, a medida que los seres humanos exploráis el contraste, a menudo emitís juicios acerca de él, como por ejemplo: «estas manifestaciones son buenas» o «estas manifestaciones son malas». Creéis que todo el mundo debería ponerse de acuerdo, lo cual va en contra de las intenciones que todos albergabais cuando llegasteis a vuestro cuerpo físico. 

Ese modo de pensar crea falta de conciencia en vuestro interior, y la mayoría de vosotros os disputáis los despojos de la vida humana física en lugar de recurrir a la Energía que crea mundos, en lugar de amar de verdad la vida que habéis venido a vivir. Cuando no os sentís bien, es comprensible que comparéis y midáis experiencias, intentando decidir cuál es la forma correcta de vivir. 

Sin embargo, nos gustaría que aceptaseis momentáneamente que sois vibración. Aceptad que sois Energía de la Fuente en un cuerpo físico. Aceptad que emanáis una vibración y que la Ley de la Atracción responde a ella. Aceptad que la opinión de la Fuente y vuestra opinión cuando estáis enfocados en este momento os proporcionan un Sistema de Guía que puede ayudaros a alinearos con quienes sois realmente y con lo que pretendíais vivir al venir a este cuerpo. 

Parece que seáis marionetas y que la Energía de la Fuente haya definido ya a su antojo lo que tenéis que vivir, pero no pretendemos en absoluto decir eso. Vuestra experiencia con el contraste de vuestra vida física os ha llevado a expandiros, y vuestro Ser Interior os ha convertido en el equivalente vibratorio de toda esa expansión. 

Por eso, cuando os interesáis por lo que sentís y os alineáis con lo que resulta agradable, os convertís también en esa versión expandida aquí y ahora. Y entonces lo primero que sentís es claridad. Claridad sobre la dirección en la que debéis ir. Claridad sobre si debéis hacer o no cierta cosa. Claridad sobre si debéis tener una conversación. Claridad sobre si debéis realizar determinada inversión, ¡sobre si debéis casaros con alguien! Claridad. Porque la Perspectiva Más Amplia sabe quiénes sois, lo sabe todo sobre vosotros, y ofrece una opinión muy fuerte y muy clara. 

Pero si queréis tener una aguda percepción de esa Guía debéis practicar la sintonización con la frecuencia vibratoria de vuestra Fuente. Y la alternativa resulta muy penosa, porque todas las personas que os rodean quieren cosas distintas de vosotros y os mandan en distintas direcciones. 

Wayne Dyer




Programar antes del sueño

¿Y los últimos cinco minutos antes de dormirte? Yo digo a menudo que durante el sueño empieza a programarse tu mente subconsciente. Y si cinco minutos antes de dormirte estás pensando en todas las cosas que salieron mal y te dices que no está ocurriendo lo que deseas, que la situación nunca mejorará, que tienes problemas económicos y que estás enfermo, ¿no estás programando tu mente subconsciente? 

Entonces, cuando te despiertas, el Universo te ofrece experiencias que corresponden a lo que tú mismo has depositado en tu mente. Sí, estamos de acuerdo contigo. Me parece que en esos últimos cinco minutos convendría depositar en la mente todas las afirmaciones del Yo Soy. Yo soy afortunado. Yo soy... 

Pero si has tenido un mal día no puedes decir otra cosa en los últimos cinco minutos, porque el Universo no oye lo que dices; el Universo oye lo que sientes. Así que tu mayor oportunidad de sentirte bien de verdad aparece tras una noche de disminución del impulso y no tras un día de aumento de este. Bien dicho. Siempre es mejor hablar positivamente, desde luego, pero ¿no te sorprendes en ocasiones cuestionando tus propios pensamientos?.

Los seres humanos sienten a veces que sus pensamientos los controlan a ellos y no a la inversa. Si estás albergando una sucesión de pensamientos negativos, intenta hacerlos más generales. Aléjate de lo específico. Digamos que durante tus ocho horas de sueño vas a macerarte en los pensamientos con los que acabas de llenar tu mente subconsciente. No exactamente. 

La Ley de la Atracción y su impulso no están activos mientras duermes. Ahora bien, es lógico que cuando te despiertes vuelvas a centrarte y que tus hábitos de pensamiento, tus creencias y los pensamientos a los que tiendes sigan donde los dejaste... pero eso puede cambiar con esta nueva comprensión sobre el modo de poner en marcha una nueva trayectoria. 

Hace poco un hombre dio en el clavo con una palabra. Se despertaba deliberadamente en una vibración más positiva y conseguía mantenerla a lo largo del día con un éxito constante. Dijo que llevaba sesenta o setenta días así. Nos comentó: «Ahora empiezo a tener la sensación de estar “amarrado” ahí. A veces me hundo, pero es como si un cable de puenting me alzara de nuevo». Y nosotros dijimos: «Eso es exactamente lo que decimos de este Tú No Físico». Estás amarrado. Estás amarrado a esa Energía Pura y Positiva. Sin embargo, como no has practicado lo suficiente la permanencia en esa pura y alta frecuencia, has estirado tu cable de puenting hasta sus límites. Y ahora permaneces colgado de unas vibraciones que no te sirven y que en realidad no son quien eres. Pero no se tarda mucho en recuperar la elasticidad. ¿Es un proceso de condicionamiento, como cuando somos pequeños y nos dicen lo que podemos hacer, lo que no podemos hacer, lo que es posible y lo que no es posible? 

Sí, te condicionan aquellos que no saben, aquellos que te contemplan desde discos inferiores, los que quieren prepararte para el inevitable fracaso que creen que vivirás. Al principio eso no te gustaba nada. Protestabas. La Fuente presente en tu interior sabe quién eres y siempre te lo está recordando. Por eso surgían en ti algunos de esos pensamientos, a veces en mitad del sueño, a las 3.13.

Wayne Dyer



La Ley de la Atracción

Supongamos que te despiertas por la mañana y, en lugar de encontrar ese espacio despejado que se encuentra potencialmente a tu disposición, te pones a pensar en los problemas que tuviste ayer en el trabajo. Recuerdas el dilema en el que te hallabas. Piensas en el malestar y la discordia. Y cuando te concentras en eso durante diecisiete segundos acuden a tu mente más pensamientos iguales. Si continúas albergando esos pensamientos durante otros diecisiete segundos, habrá aún más impulso. Al cabo de diecisiete segundos más, el impulso se incrementará otro poco, y así hasta que cruces el umbral de los sesenta y ocho segundos. 

En ese breve plazo se te habrá escapado la ventana de resonancia con la Fuente. Eso le ocurrió recientemente a Esther, así que le dijimos: «Bueno, siempre puedes empezar otra vez mañana con pensamientos más positivos». Y Esther dijo: «Me niego a aceptar que deba esperar a mañana para volver a mi disco de frecuencia elevada. Puedo hacerlo si me concentro». Y estamos de acuerdo en que, con cierta concentración deliberada, Esther pudo regresar a una corriente de pensamiento más positiva, pero es mucho más fácil hacerlo antes de que empiece el impulso negativo que una vez que ha comenzado. 

Nos gusta hablar de la Ley de la Atracción porque es el motor vibratorio que lo organiza todo. Sin embargo, no podemos hablar de la Ley de la Atracción sin hablar del impulso, porque hay un impulso en el pensamiento. Y si albergas suficiente tiempo un pensamiento se convierte en un fuerte hábito de pensamiento, en una creencia. Una creencia no es otra cosa que un pensamiento que no dejas de albergar. 

A veces continúas perpetuando creencias que no te sirven, pero cuando acabas de despertarte esas creencias están lo bastante inactivas para que puedas encontrar una nueva que provenga de la Fuente y que hable de quién eres y qué sabes realmente. ¿Ocurriría lo contrario si te despertaras y tuvieras un pensamiento muy positivo, como «Voy a sanarme a mí mismo de este problema...»? Bueno, cuando pones en marcha ese impulso es maravilloso. 

Pero ¿se le aplicaría también la norma de los diecisiete segundos? La norma de los diecisiete segundos se aplica a todo. Resulta muy útil reconocer que la Ley de la Atracción —tanto si eres consciente de ello como si no— responde a la vibración que estás ofreciendo ahora mismo y que por lo tanto se produce el impulso. Por eso, si estuviéramos en tu lugar físico y el pensamiento fuese agradable, nos concentraríamos en él. Pensaríamos más en él. Hablaríamos de él. Lo anotaríamos. Lo comentaríamos con otras personas. Fomentaríamos deliberadamente ese impulso. 

Sin embargo, si fuese un pensamiento molesto, de inquietud, haríamos lo posible por generalizarlo. Cuanto más específico resulta el pensamiento, más rápido es el impulso. Cuanto más general es el pensamiento, más lento es el impulso. Esther recuerda que, estando en San Francisco, subió con su coche hasta la cima de una de esas colinas. No podía creer que la gente subiera y bajara por ellas. Así que imagínate encaramando tu coche en la cima de una de esas colinas, dejándolo en punto muerto y quitando el freno de mano. Y ahora, solo por divertirte viendo lo que sucederá, empujas tu coche un poquito desde atrás. Bueno, ya sabes lo que sucederá. Con solo un leve empujón tu coche bajará a toda velocidad por la ladera. Pero si te sitúas delante de él enseguida y dejas que choque contra ti puedes detener fácilmente ese impulso que no deseas. No te conviene tratar de detener el impulso en la base de esa colina. 

Y tus pensamientos son iguales. Cada pensamiento es vibración, y la Ley de la Atracción responde a cada pensamiento, y por lo tanto el pensamiento va a aumentar. La cuestión es: ¿quieres que aumente ese pensamiento? Porque la Ley de la Atracción insiste en que lo hará.

Wayne Dyer

La maestría de la concentración

Hace dos mil años vivió en nuestro planeta un gran maestro llamado Patanjali que dijo: «Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensa-mientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tú te encuentras a ti mismo en un mundo nuevo y maravilloso». 

Y luego dijo —y sobre esto quiero preguntaros—: «Las fuerzas, las facultades y los talentos latentes cobran vida y te das cuenta de que eres una persona mucho mejor de lo que jamás soñaste». Es como si descubrieras que eres Dios, la Fuente, el Tao, mente Divina o cualquier otro nombre que le demos a esa Energía de la Fuente de la que habláis y desde la que nos habláis. 

Cuando te despiertas por la mañana tienes el potencial de estar en esa frecuencia más alta, porque mientras duermes cesa el impulso de tu punto de atracción. Por eso, cuando te despiertas, antes de empezar a albergar pensa-mientos sobre lo que salió mal ayer o lo que tienes que hacer hoy, tienes el máximo potencial para alinearte con esa Energía Pura y Positiva. Por lo tanto, si puedes centrarte entonces y permitir que se ponga en marcha un pequeño impulso, sintonizas con esa conciencia de la Energía de la Fuente que siempre es consciente de todo lo que estás haciendo. Pero no es algo que simplemente ocurra; tienes que centrarte en esa alineación. Esa es la mejor forma de describirlo. 

En otras palabras, la Fuente está a disposición de todo el mundo en todo momento. Siempre estamos ahí. Y así, cuando eres consciente de la presencia de la Fuente y no ofreces una vibración que impida tu alineación con ella, vives momentos maravillosos. Puedes vivirlos en cualquier instante. Y la gente llama «maestros» a quienes lo hacen. Es la maestría de la concentración. Eso es lo que es.

Wayne Dyer

Para preparar un gran cereal integral


Un gran arroz de sabor sublime.
Capaz de curar todas las enfermedades físicas, mentales y espirituales.
Capaz de crear naciones sabias y pacíficas.
Se deben dar ciertos requisitos.
¿Cómo explicar algo tan importante para la humanidad en unas pocas estrofas?
Lo intentaré de todas formas porque necesito compartir esta belleza capaz de cambiar el rumbo de la historia.
Ante todo hay que crearlo primero en la mente.
Porque todo surge del pensamiento.
Y hacer una sincera declaración en alta voz.
Voy a preparar un alimento tan magnífico, que será capaz de curar cada célula de mi cuerpo y cada trozo de mi alma.
Y pondré pasión infinita en cada detalle.
Como un gran artista a punto de crear la obra suprema de su vida.
Conseguir el mejor grano de plaza, sin importar su precio.
Un grano orgánico, redondo de la mejor calidad.
La mejor sal de mar, la mejor agua purificada, la mejor olla a presión, la mejor cocina de gas.
Un entusiasmo desbordante debe acompañar todo el proceso.
Una sensación de júbilo anticipado.
Un sentimiento de profunda gratitud por tener la oportunidad de tomar un alimento destinado a los dioses.
Y la voluntad infinita de persistir día tras día hasta alcanzar la maestría.
Luego servirlo cuidadosamente, como si se tratara de algo sagrado.
Agregar un poco de gomasio o semillas levemente tostadas o un poco de perejil o algún aderezo saludable.
Y luego de unos breves e intensos minutos de respiración profunda tomar el primer bocado con alegría infinita.
Masticando largos minutos (soltando el cubierto por favor) hasta que quede totalmente cremoso y dulce.
Y respirar hondamente entre bocados para descansar esas mandíbulas que convierten al cereal en sangre digestiva.
Poniendo voluntad infinita en cada gesto.
Nos convertimos en gigantes espirituales.
En almas destinadas a la victoria.
Practicando durante unos tres meses con esta actitud altamente positiva toda enfermedad deberá retroceder.
Se trata de un retroceso definitivo.
Porque la verdad ha triunfado sobre la ignorancia.
La enfermedad se retira de nuestra vida.
Ya no es necesaria, porque hemos comprendido.

-Martín Macedo-

Elijamos a uno y hagamos que despierte

Lo grande está en lo pequeño.
Lo pequeño está en lo grande.
Una célula es algo muy pequeño.
Pero contiene la información genética de cientos de miles de generaciones.
Emperadores dejaron su rastro en nuestro código genético.
Grandes pensadores y grandes artistas.
Guerreros y holgazanes.
La célula es tan pequeña.
Que necesitamos un microscopio para poder verla.
Pero contiene la información de una grandeza inimaginable.
Nuestro cuerpo físico está lleno de límites.
Pero nuestra alma posee la grandeza de los dioses.
Pero no la vemos.
Y por eso no entendemos lo grandes que somos.
Lo más bello de la creación.
Lo más poderoso que la mente de Dios ha creado.
Y andamos por la vida quejándonos.
O inspirando lástima.
Como mendigos.
Sin saber que heredamos el mayor de los reinos.
Sólo que lo hemos olvidado.
Todos esos personajes están como potenciales en nuestro inconsciente.
Elijamos a uno y hagamos que despierte.
Y se sentirá muy feliz luego de una espera de miles de años.


-Martín Macedo-