El valor de ser auténtico
El arte de los grandes maestros ha trascendido de manera histórica. Pero ¿de qué estaban hechos estos artistas para plasmar el mundo como lo hicieron? Esta pregunta motivó a la agencia de publicidad brasileña DDB, la cual realizó una campaña para la escuela de arte MASP de Sao Paulo, en la que muestran que las personas exteriorizan lo que llevan dentro.
Todos tenemos algo que no sé exactamente cómo denominar, una semilla, una percepción, algo que nos hace únicos. Una misma experiencia, a cada uno le afecta de una manera diferente, y una suma de experiencias, hace que cada uno vea la vida, el mundo, según su propia mirada. Aunque de raíz todos somos lo mismo, cada uno crece a su manera. Somos universales pero a la vez existe una diversidad por la autenticidad de cada uno.
Muchas veces, perdemos nuestro propio instinto por amoldarnos a unas reglas o normas pre-establecidas, por no salirnos de “lo normal” o “lo común”, por no sentirnos inaceptables o inadaptados, y precisamente esa o esas diferencias es lo que nos hace únicos, y es el potencial que tenemos disponible para sacarlo afuera y permitirnos expresar la autenticidad.
Lo que te hace único es lo que está en tu interior, nada externo te hace único, porque si no sale de ti, de dentro, de forma natural, como parte de lo que eres, de lo que percibes y de cómo lo sientes, no puede ser auténtico, ni puede ser la expresión de uno mismo.
Querer ser único/original/auténtico a través de algo exterior, es duplicar lo que ves en otro o en otros, y carece de naturalidad o espontaneidad. Es diferente a adquirir inspiración a través de cosas externas, cosas que te resuenan o te mueven, o llaman tu atención y las fusionas con lo que vibra en tu interior, y fomentan o hacen crecer “tu semilla interna”. Pero siempre y cuando, sirvan para hacer crecer tu propio instinto, como si fueran alimento para tu autenticidad.
¿Que frena el ser auténticos? Las creencias impuestas por quien sea o por lo que sea, que las hemos hecho nuestras. Estas creencias nos limitan, hacen que nos olvidemos de nuestro brillo interior, y busquemos afuera. Porque lo nuestro no es aceptable o no es suficiente, o simplemente no sabemos el tesoro que tenemos dentro. Y pasamos a buscarlo afuera, dando la espalda a nuestra propia autenticidad, suplantándola por “lo normal” o “lo común”, lo impuesto por otros.
En muchas ocasiones, sucede que cuando se ve afuera a alguien que ha tenido el valor, de ser auténtico, porque para ser auténtico se requiere mucha fortaleza y valor (no es tan sencillo salirte de las normas y prejuicios), y esa persona auténtica brilla debido a que la autenticidad, al ser algo natural posee brillo natural, desencadena en los demás tres tipos de reacciones:
+Envidia: para aquella persona que no conoce su brillo ni su potencial, y le da coraje que otros alrededor, puedan brillar, desenvolverse de forma natural y entra en la comparativa puesto que le reflejan brillo y no sabe que tiene eso adentro suyo o no sabe cómo conectar con su potencial, y en vez de ser constructivo, es destructivo.
+Admiración (en el sentido de querer mimetizarse): para aquella persona que tampoco conoce su brillo o potencial, o no sabe cómo ponerlo en práctica o por lo que sea no lo pone en práctica, y al verse reflejado por alguien auténtico, quiere parecerse porque ese brillo le deslumbra y lo admira pero no se siente capaz de brillar así. Este es el caso, de querer ser auténtico en base a duplicar algo externo, no es destructivo pero tampoco constructivo, porque no se construye a sí mismo en base a lo que YA ES, sino en base a otro, a algo externo.
+Admiración (en el sentido de inspiración): para aquella persona que si conoce su brillo y potencial propio, está conectado con su autenticidad, y cuando ve alrededor, personas auténticas, valora esa autenticidad y la admira, aunque no sea de su agrado el estilo, por ejemplo, o la filosofía de vida, los valores, etc. pero tiene un profundo respeto y admiración por ese saber SER AUTÉNTICO. Sin envidias, sin comparativas, sin duplicaciones, puesto que ya está en armonía con lo que ES, con su autenticidad, y no ha de buscar afuera una identidad.
Absolutamente todos, tenemos cualidades únicas. Recuerdo una amiga que me dijo: “No entiendo cómo la gente quiere tener siempre la razón, y que veas las cosas igual que ellos. Si todos viéramos las cosas iguales, sería muy aburrido, imagínate que todos en todo pensamos lo mismo”.
Y me parece cierto. Cada uno tiene una percepción y visión de las cosas, y de la misma forma que cada uno tiene unos valores, ideas, percepciones, opiniones… cada uno tiene una semilla de autenticidad. Si proyectamos más el ir hacia afuera, nos perdemos esas cualidades únicas. Ser creador, para mí, no es sólo ser creativo en el sentido de ser artista, sino saber crear la mejor versión de nosotros mismos, ser creativo en todo lo que realizamos, ¿y cómo se puede crear? Dejando de lado toda la basura de las creencias que nos limitan. Dejando ser lo que ya somos “de fábrica” y dejar de buscar ser algo que no somos.
Osho decía que todos tenemos una obra de arte dentro de nosotros pero estamos obstruyendo el camino…
Autor: Ana Charles Abadía
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