Bruce Lee murió a los 32 años.
Marilyn Monroe murió a los 36.
Lady Di también a los 36.
La lista de celebridades que murieron jóvenes es extensa.
Kurt Cobain a los 27 años y Elvis Presley a los 42.
Todos ellos eran poderosos, atractivos, guapos y extremadamente saludables.
Ellos lograron la salud infinita y cuando ésta aparece se genera una gran atracción.
Porque encontraron la forma de abrir la puerta de la vitalidad infinita.
Cada celebridad consigue abrir esta puerta como alguien que intenta abrir la caja fuerte de un banco donde hay grandes tesoros y sólo unos pocos lo consiguen.
Estas personas deberían quedarse 120 años para disfrutar de sus privilegios.
Pero murieron muy jóvenes porque eran demasiado yang.
Para ser una celebridad se debe ser muy yang.
Se debe tener un deseo ardiente y una ética de trabajo muy fuerte.
Pero se murieron muy jóvenes.
Y la muerte es yin, es un extremo yin.
Por esa razón los alimentos extremadamente yin como el azúcar, las frutas tropicales o las drogas recreativas (o las de prescripción) acortan la vida.
Porque la vida es yang y la muerte es yin.
Las estrellas que mueren jóvenes tomaron grandes cantidades de yin en forma de alimentos, medicamentos, alcohol o drogas recreativas.
Ellos pueden hacerlo porque son ricos.
Algunas estrellas de rock gastan mil dólares diarios en heroína.
Ellos pueden hacerlo porque son muy ricos y esa es su desventaja.
La fama sin sabiduría es muy peligrosa.
Bruce Lee se volvió famoso y abandonó su dieta tradicional asiática para adoptar la dieta estadounidense y la medicina occidental.
Renunció a su sabiduría asiática para convertirse en una estrella de cine estadounidense.
Comenzó a beber leche y a consumir batidos de proteínas y otros alimentos usados por sus amigos actores.
Y cuando tuvo fuertes jaquecas recurrió al manitol y a los analgésicos.
Y murió por exceso de medicinas a pesar de estar en excelente forma física.
Así el más fuerte se convierte en el más débil, porque sin comprensión el yang extremo siempre se convierte en yin extremo, de la misma forma que cuando hace un calor infernal deseamos beber grandes cantidades de refrescos helados.
La fama es como un verano sofocante; si no controlamos el deseo por líquidos y refrigerios nuestra vida corre un gran peligro.
Y cuanto mayor es el calor mayor es el deseo por cerveza y fruta.
Pero en la naturaleza los animales no cambian su dieta a pesar del ascenso de la temperatura.
Su instinto o sabiduría instintiva los protege y los mantiene alejados del yin extremo.
Pero las celebridades que mueren jóvenes se desconectaron de su instinto.
Este los llevó a la cima mientras eran pobres y se alimentaban de una forma sencilla.
Pero al volverse poderosos tomaron demasiados alimentos yang y éstos anularon su sabiduría instintiva.
Por eso la sabiduría está con los vegetarianos.
Y los vegetarianos no estamos demasiado apurados por llegar a la cima.
Porque sabemos instintivamente que lo que sube muy rápido también baja muy rápido.
-Martín Macedo-
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