El frío produce el calor.
El calor produce el frío.
Cuando hace frío prendemos las estufas.
La inhalación produce la exhalación.
La exhalación produce la inhalación.
Y la riqueza acaba tarde o temprano en pobreza.
Yin siempre produce yang.
Yang siempre producirá yin.
Por eso no debemos preocuparnos por la enfermedad.
Sin enfermedad nunca podremos crear la salud infinita.
La medicina preventiva no desea que llegue la enfermedad e intenta anticiparse con inyecciones y chequeos.
Pero huir de la experiencia de la enfermedad bloquea el único camino de acceso.
Dejemos que el péndulo oscile hasta su extremo.
Porque es la única forma de crear su movimiento hacia el otro lado.
Si frenamos la enfermedad con fármacos o cirugía estamos frenando el proceso de crear la salud infinita.
No temamos a la enfermedad.
Es como temer perder en el próximo juego de fútbol.
O como tener miedo de bajar al último lugar en la tabla de posiciones.
Muchos buscan llegar a la cima sin haber surgido desde la humilde última posición.
Quieren ahorrarse esa experiencia.
No desean la humildad del fondo.
Quieren ser siempre importantes.
Y así cortan la única vía de acceso a la salud infinita.
Porque sólo la humildad infinita acepta la verdadera macrobiótica.
Y sólo la verdadera macrobiótica alcanza el éxito infinito.
-Martín Macedo-
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