martes, 16 de mayo de 2023

La llave milagrosa de la transmutación macrobiótica

 Ayer estuve viendo las preguntas en el censo de población en el Uruguay.

Te preguntan sobre el material del piso de la vivienda, si el baño está dentro o fuera de la vivienda, si el techo es de cielo raso o de un material más resistente.
La cantidad de dormitorios, la cantidad de personas que comparten éstos, si hay o no cocina o se trata de un simple lugar para dormir y usar el servicio sanitario.
En esta vida física se precisa un hogar físico.
El mundo espiritual es yin y no se precisa una vivienda física, pero el mundo físico es yang.
Si no somos yang en el mundo yang tendremos muchos problemas para realizar cualquier sueño.
Nadie desea vivir en una vivienda frágil porque ésta no da ninguna protección contra los rigores de la naturaleza física.
Tampoco nadie desea encarnar en un cuerpo feo y enfermizo, porque no da ninguna garantía de que podrá trabajar, o tener algún tipo de éxito en algún campo de la actividad humana.
Fracasará en los deportes, en los estudios, en los juegos olímpicos, en la vida en pareja, en todo.
El que tiene una casa fuerte y grande, se la muestra con orgullo a sus amigos y conocidos y los invita a compartir comidas o reuniones.
El que tiene un cuerpo bonito, está muy orgulloso de su cuerpo y lo muestra como un trofeo, le saca fotos y las comparte con la mayor cantidad posible de gente, porque su ego está muy halagado.
Para trasladarse, uno puede hacerlo a pie, o en bicicleta o en un automóvil.
Quien tiene el auto más fuerte, rápido y poderoso también lo muestra con orgullo.
En la vida física se debe tener poder físico.
Los deportistas de élite tienen todos los privilegios que da este mundo.
Las mejores casas, los mejores medios de transporte, coleccionan autos de lujo y tienen las parejas más guapas, los hijos más guapos e inteligentes.
El poder físico se hereda, es la base para pasar una excelente experiencia en la vida física.
Pero quien heredó una gran fragilidad física, deberá sufrir mucho en esta experiencia llamada "vida material".
Pero nadie sabe cómo se genera el poder físico y cómo se pierde.
Simplemente unos nacen bellos y otros no.
O unos nacen fuertes y otros débiles.
O con una gran inteligencia o con deficiencias intelectuales.
En la antigua Grecia a los niños se les entrenaba con gran cuidado para que tuvieran un gran poder físico.
Estudiemos la vida y la nutrición de los atenienses y espartanos.
En aquella época quien tuviera el mayor poder físico era un ganador como el gran Aquiles.
Y también en este tiempo.
Millones van a los gimnasios y se someten a todo tipo de dietas caprichosas buscando el poder físico.
Las mujeres tanto como los hombres.
Los jóvenes tanto como los mayores.
Pero son siempre una minoría los que gozan de este poder físico.
Se esfuerzan con todo su corazón pero hay muy pocos Messi o Neymar o Michael Jordan.
Ellos simplemente saben que si trabajan duro crean esa fuerza mágica que les concede todo lo que desean en el mundo físico.
Millones los imitan....trabajan duro y se entrenan de sol a sol pero no consiguen los mismos resultados.
Entonces van a programas y cursos de desarrollo personal.
Pero los grandes parecen inalcanzables.
Finalmente las grandes estrellas se apagan luego de unas pocas décadas de una vida soñada.
Y los vemos esforzarse como Van Damme o Schwarsenegger, alocadamente a los 60 o 70 años pero su momento de magia quedó en el pasado.
El trabajo duro es yang y cuando se tiene una constitución genética yang funciona durante los años yang (jóvenes).
Pero si dejan de trabajar duro o si consumen drogas o al pasar los 35 años su magia se apaga.
Miremos a Brad Pitt o a Tom Cruise a los 60 años....fueron dioses y ahora es triste...es lamentable cómo se han vuelto tan yin.
Deberíamos crear un poder físico así.
Simplemente debemos tomar una alimentación yang de base vegetal y trabajar físicamente en forma intensa.
A su tiempo ese yang será lo suficientemente grande como para acumularse y crear la fuerza mágica de las estrellas.
Es como enriquecer uranio para fabricar una bomba atómica.
Pero deberá acompañarse del desarrollo mental y espiritual (yin) porque si no hay amor y sabiduría, el yang extremo creará un yin extremo.
Y el yin extremo es la muerte.
La muerte de la vida física.
Y tendrá que comenzar todo el proceso nuevamente.
Cientos de veces, miles de veces, hasta comprender.
Hasta encontrar la llave milagrosa de la transmutación macrobiótica.

-Martín Macedo.

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