Ayer escuchaba a Bob Proctor.
Un deleite escuchar sus clases.
Nos dejó el año pasado a los 88 años.
Fue un grande pero su legado nos fue dado para que lo aprovechemos y tengamos una vida mejor y más grande.
Tenía una biblioteca con más de 5000 libros.
No tenía diploma, no fue a la Universidad, pero leía y leía desde su juventud.
Enriqueció su mente con cientos de libros.....con conocimientos y la sabiduría que viene de los libros.
Bob Proctor dice que en los EEUU el 95% de la gente trabaja en una actividad que detesta.
Sólo un 5% vive de lo que ama y alcanza la riqueza haciéndolo.
La riqueza empieza en la mente.
Sólo cuando hay riqueza en el interior, puede haber riqueza en el exterior.
La mentalidad de "pobre" siempre atraerá a la pobreza.
Si un pobre gana la lotería, aunque sea una cantidad inmensa, en 10 años vuelve a quedar pobre o aún más pobre y lleno de deudas.
El ser humano es tan poderoso, enseña Bob...pero ni idea tiene del poder que hay en su mente subconsciente.
En sus viajes por el mundo enseñó a mucha gente.
Pero la gente no quiere ser rica...la mayoría no quiere serlo (él se lo preguntaba a la gente)...sólo quieren poder vivir cómodos sin angustias económicas.
Su salud provenía de su mente.....trabajó hasta el último minuto como un joven de 30.
Su éxito provenía de su mente que se alimentó de los mejores libros durante décadas.
Su riqueza provenía de su mente que se llenó de creencias de prosperidad durante décadas.
Tenemos el poder de imaginar un gran imperio....
Y también podemos imaginar problemas que se multiplican.
Y el poder de imaginar es el mayor de los poderes, porque todo nace desde ese mundo, antes de tomar forma.
Invertir en la mente es mucho mejor que invertir en el cuerpo.
El cuerpo es finito mientras que la mente es infinita.
Pero una mente grande puede crear un cuerpo excelente.
Así que primero la mente y después el cuerpo.
Primero la semilla y después el árbol.
Pero la gente se come la manzana y escupe la semilla.
Porque no comprende el valor.
Es sólo una molestia en su boca.
Y así la mayoría desdeña la imaginación.
Y glorifica la acción.
Porque cree que así se consiguen las cosas.
-Martín Macedo-
Pero olvidamos que toda acción nace de una decisión.
Y la decisión es siempre mental.
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