viernes, 17 de marzo de 2023

El régimen numero siete

 Ohsawa, el gran maestro de la nutrición fue profético al afirmar que el cáncer es muy fácil de curar..... en la década de 1950 y 1960 como podemos constatar en su obra más famosa, el Macrobiótica Zen.

Pero había que seguir un plan estricto durante un mes que él denominaba el régimen número siete, consistente en nutrirse exclusivamente de granos de cereales integrales masticándolos muchas veces junto con té de hierbas medicinales.
Sus recomendaciones funcionaron en muchos casos y eso lo volvió muy famoso en su tiempo.
No se basó en estudios científicos sino en su aguda intuición y sabiduría basada en los principios de la medicina oriental.
Ahora 70 años después, prestigiosos investigadores y hombres de ciencia recomiendan el ayuno intermitente como una estrategia muy simple para matar a las células "malas".
Una amiga de mi hermana fue a recibir su quimioterapia a un gran centro médico de Brasil.
Su médico tratante es un fervoroso creyente en el ayuno intermitente y le insistió para que lo adoptara en su vida diaria.
Cuando pasamos más de 12 hs sin tomar alimento la glucosa se agota y el cuerpo empieza a funcionar con un combustible alternativo llamado cuerpos cetónicos que derivan de la degradación metabólica de la grasa de reserva.
El cuerpo humano puede funcionar perfectamente sin glucosa con estos cuerpos cetónicos que son el combustible durante el ayuno.
Las células malignas no pueden sobrevivir sin glucosa; ellas no pueden obtener energía de los cuerpos cetónicos así que mueren rápidamente.
Si pasamos 14 o 15 hs sin tomar alimento, habrá un intervalo de 2 a 3 horas que el cuerpo funcionará en cetosis una vez agotada la glucosa....y en estas 3 horas morirán sin química millones de células malignas.
Entonces la historia le da la razón a Ohsawa.
Es fácil curar el cáncer; sólo basta ayunar algunas horas cada día y se puede hacer fácilmente tomando 2 buenas comidas al día con la condición de que haya un intervalo de 14 horas entre la cena y el almuerzo del día siguiente.
El método de Ohsawa era doblemente efectivo porque recomendaba dos comidas y en las dos tomando cereales integrales que tienen glucosa pero una que se libera lentamente luego de un largo trabajo digestivo.
El arroz integral trabaja como el ayuno porque la oferta de glucosa es relativamente baja, lo que también mata a las células malignas que necesitan 15 veces más glucosa que una célula saludable.
El ayuno mata a las células malignas pero fortalece a las células sanas.
El arroz integral mata a la células malignas pero nutre a las células saludables.
Combinando ayuno intermitente y la ingesta de arroz integral masticado a fondo tenemos la cura más fácil de cáncer y la más económica.
Sin necesidad de ir a Brasil ni a ningún famoso centro médico gastando fortunas para recibir la tóxica medicación que mata algunas células pero realizando un daño inmenso a las células saludables.
Pero mucha gente no comprende y se queda con la falsa idea de que "hay que pararlas como sea".

-Martín Macedo-

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