Cuando un niño está en el vientre de su madre, vive los estados emocionales de ella cien por cien. No existe una separación entre
el yo de la madre y el yo del niño. La edad cronológica de la
formación neurofisiológica del bebé es hasta los tres años
aproximadamente, hasta entonces el yo del niño es igual al yo de la mamá. Nuestros niños no nos ponen nerviosos, ellos son el espejo
en el cual debemos ver nuestro neviosismo. Nuestros niños son el
reflejo de la familia. Nuestros niños no se ponen enfermos, los
ponemos enfermos, y muchas veces son reparadores de cargas transgeneracionales. No se trata de entrar en la culpabilidad, sino de saber y tener conciencia que podemos hacer muchos por nuestros
hijos, si queremos que estén sanos, debemos cuidad nuestras
emociones y sentimientos. Nuestros hijos son espejos de lo que rodea a la familia. Parece increíble, pero si reflexionamos y tomamos
conciencia de que la realidad de todas las cosas es la unidad, comprenderemos que hay una unidad bebé-mamá. El bebé siente
como propio lo que le sucede a mamá: sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones, y lo mas importante aquello “no dicho”, lo “no expresado”. A esto le llamamos Proyecto Sentido (PS). Muchas enfermedades, se encuentran programadas en esta etapa de la vida. A nivel racional es difícil de comprender, pero a nivel inconsciente está claro, el Inconsciente Biológico repite las pautas y programas que se instauran en esta etapa tan crítica y fundamental. El PS es una oportunidad de sanar unos errores que, de no somatizarse en lo físico,
no tendrían fin. Carl G. Jung nos diría que el hijo muestra la sombra
de sus padres y de sus ancestros y que lo hace a través de los
síntomas físicos. La sombra se refiere a las partes desconocidas de nuestra psique, pero también a las partes desconocidas del mundo espiritual. Cuando el bebé está enfermo está mostrando una parte
de la sombra de la madre, luego a medida que va creciendo, va
creando otras relaciones o vínculos con el papá, con el hermano, etc. Cuando se trabaja con el PS, ocurre algo mágico: cuando la madre
toma conciencia de toda la situación, el niño presenta una mejoría prácticamente instantánea. Las cosas se resuelven "solas", porque nuestro inconsciente lucha por salir y expresarse, y cuando lo hace, desconecta los programas. Nuestro inconsciente quiere emplear
toda la energía para vivir, y no para expresar lo “no resuelto” y “lo no dicho”. El proyecto sentido es múltiple, y en sus facetas se
encuentran muchos de los programas que luego revivimos cuando somos adultos, por una fuerza del inconsciente que está relacionada
con la fidelidad familiar. Romper ese lazo o bloqueo se hace imprescindible para poder vivir nuestro proyecto de vida libremente
y sin condicionamiento.
el yo de la madre y el yo del niño. La edad cronológica de la
formación neurofisiológica del bebé es hasta los tres años
aproximadamente, hasta entonces el yo del niño es igual al yo de la mamá. Nuestros niños no nos ponen nerviosos, ellos son el espejo
en el cual debemos ver nuestro neviosismo. Nuestros niños son el
reflejo de la familia. Nuestros niños no se ponen enfermos, los
ponemos enfermos, y muchas veces son reparadores de cargas transgeneracionales. No se trata de entrar en la culpabilidad, sino de saber y tener conciencia que podemos hacer muchos por nuestros
hijos, si queremos que estén sanos, debemos cuidad nuestras
emociones y sentimientos. Nuestros hijos son espejos de lo que rodea a la familia. Parece increíble, pero si reflexionamos y tomamos
conciencia de que la realidad de todas las cosas es la unidad, comprenderemos que hay una unidad bebé-mamá. El bebé siente
como propio lo que le sucede a mamá: sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones, y lo mas importante aquello “no dicho”, lo “no expresado”. A esto le llamamos Proyecto Sentido (PS). Muchas enfermedades, se encuentran programadas en esta etapa de la vida. A nivel racional es difícil de comprender, pero a nivel inconsciente está claro, el Inconsciente Biológico repite las pautas y programas que se instauran en esta etapa tan crítica y fundamental. El PS es una oportunidad de sanar unos errores que, de no somatizarse en lo físico,
no tendrían fin. Carl G. Jung nos diría que el hijo muestra la sombra
de sus padres y de sus ancestros y que lo hace a través de los
síntomas físicos. La sombra se refiere a las partes desconocidas de nuestra psique, pero también a las partes desconocidas del mundo espiritual. Cuando el bebé está enfermo está mostrando una parte
de la sombra de la madre, luego a medida que va creciendo, va
creando otras relaciones o vínculos con el papá, con el hermano, etc. Cuando se trabaja con el PS, ocurre algo mágico: cuando la madre
toma conciencia de toda la situación, el niño presenta una mejoría prácticamente instantánea. Las cosas se resuelven "solas", porque nuestro inconsciente lucha por salir y expresarse, y cuando lo hace, desconecta los programas. Nuestro inconsciente quiere emplear
toda la energía para vivir, y no para expresar lo “no resuelto” y “lo no dicho”. El proyecto sentido es múltiple, y en sus facetas se
encuentran muchos de los programas que luego revivimos cuando somos adultos, por una fuerza del inconsciente que está relacionada
con la fidelidad familiar. Romper ese lazo o bloqueo se hace imprescindible para poder vivir nuestro proyecto de vida libremente
y sin condicionamiento.
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