Imagina
que hubiera un espejo de diez millas de ancho en el cielo, encima de ti. Si
miraras hacia el cielo y lo maldijeras, haciendo gestos obscenos, ¿qué haría la
imagen en el espejo?
Si restringes el deseo de maldecir y, en vez de ello, tiras besos al cielo, ¿qué
hará la gran imagen en el espejo?
Sí, aún cuando tu ira está justificada, tú eres el
que pierde. Porque el espejo simplemente reflejará de vuelta tus acciones
reactivas a este mundo, de una forma u otra.
El
Universo refleja todas tus actitudes y acciones. Cuando creas un milagro de
actitud dentro de ti mismo, el cosmos, a cambio, crea un milagro.
Entonces,
¿por qué no ves los resultados enseguida? Por una razón: EL TIEMPO. El tiempo
retrasa la retribución. Este atraso te da la oportunidad de tu libre albedrío.
Si piensas: "Oye, qué no ha funcionado!", ya lo has echado a perder.
Has reaccionado, has respondido como un robot al retraso ocasionado por el
tiempo.
Si te restringes a la duda y demuestras una total
CERTEZA, sabiendo que tu acción producirá un efecto en algún momento en el
futuro, te habrás comportado como un ser humano CONECTADO CON LA REALIDAD y esto acelerará
la llegada de quiebres que sumarán siempre.
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