Sabias
que puedes producir tus propias drogas, sin
sembrar amapolas, marihuana o comprar cocaína?.
El
cerebro, movido por las emociones, produce sustancias químicas que hacen que la
persona eleve su autoestima, experimente sensación de euforia, se sienta
animada, alegre y vigorosa, sin requerir tomar, inyectarse o fumar nada.
Estas
sustancias que produce el cerebro, denominadas hormonas endógenas (ya que se
producen en la corteza cerebral) perfectamente podrían llamarse "drogas de
la felicidad".
Algunas
de ellas son:
La
oxitócina, que se produce cuando existe un amor pasional y se relaciona con la
vida sexual.
La
dopamina, que es la droga del amor y la ternura.
La
fenilalanina, que genera la admiración y el amor por la vida.
La endorfina, que es un transmisor de energía y
equilibra las emociones y ese sentir de plenitud.
La epinefrina, que es un estímulo para el
desafío de la realización de metas.
Si hay
abundancia de estas hormonas endógenas, hay inteligencia emocional e
interpersonal, la persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va,
controla sus emociones, conoce sus habilidades y sus talentos y se siente dueña
de sí misma
¿Cuándo
y cómo se crean estas drogas internas?
Se
ha descubierto lo siguiente:
Cuando
una mujer va a dar a luz, se vuelve altamente dopamínica; es decir, genera una
cantidad enorme de dopamina (la droga del amor y la ternura).
Cuando
estamos enamorados, la dopamina aumenta 7000 veces su cantidad, acompañada de
la oxitocina, responsable de la pasión sexual y de las fenilalaninas,
responsables del entusiasmo, bloqueando el aspecto de la lógica y la razón.
En
los recién casados, se produce gran cantidad de oxitocina, que es responsable
del amor pasional.
Por
eso, si realmente están enamorados y contraen enlace desde un MOTIVO INTERIOR
de AMOR VERDADERO, ellos irradian
felicidad, se sienten plenos, alegres y motivados.
Como vemos, la felicidad no es algo
vago e impreciso, ni una sensación nebulosa: es el efecto de un flujo
correcto de sustancias químicas que proporcionan al ser humano su equilibrio
físico y psíquico.
Así,
la felicidad se puede incrementar por medio de las siguientes actitudes o
actividades, todas productoras de estas "drogas" internas:
Amar
y disfrutar apasionadamente lo que hacemos. Tener relaciones con personas que
nos motivan y enriquecen nuestra fuerza vital.
Tener
una autoestima elevada y un sentido del valor personal.
Trabajar y lograr pequeñas y grandes metas.
Descansar
y dormir profundamente.
Manejar
adecuadamente el estrés.
Hacer ejercicios regularmente:
"mente sana en cuerpo sano“….
Recordar
los momentos felices de nuestra vida, ya que en esos momentos la mente no
distingue entre lo real y lo imaginario.
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