Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese creci-miento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos. Se complementan en todos los sentidos… ¡casi piensan lo mismo! Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son.
Si se pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el por qué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.
Las almas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos, vivaces, conversan largamente, la música los transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y lo disfrutan. Hacer el amor es una experiencia que cobra un inusitado significado y en un indescriptible instante de esa unión, logran reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban buscando y entonces… ¡sabrás que esa es tu otra mitad!
Si estás esperando el amor verdadero requieres activar ese reencuentro, manteniendo la fe en su llegada, tomando cada experiencia como un paso adelante, orando, llamándolo y bendiciendo a ese ser que aún no conoces pero esperas, él también estará esperando por ti. Cuando la soledad duele más, aparece al fin. Pueden pasar años, pero en el fondo de tu corazón, sabrás siempre que existe y cuando llega, el Planeta entero se confabula a favor de ese encuentro y comienzan a desencadenarse toda suerte de eventos para que finalmente estén juntos.
Si aún no has generado tu alma gemela, no te desesperes, aún no es hora, aguarda con fe. Y esperar con fe, es tener la absoluta certeza de que se generará y que esta vez será para siempre… ¡será un amor eterno!. Algunos consideran que el alma gemela puede ser una persona que es muy afín a nosotros en un plano amistoso, pero no es así. El alma gemela es solamente esa persona que te corresponde con el amor sublime que se genera en la pareja, por lo que no puede ser tu mejor amiga o amigo.
Es inevitable que exista una atracción magnética entre dos almas que son afines, y aunque se dice que no siempre se encuentra al ser ideal; este maravilloso fenómeno se vive -por lo menos- una vez en la vida de una persona. De hecho, el encuentro suele generarse mucho antes de que ocurra el encuentro concreto de esa otra persona. Es común que hayamos vivido la experiencia sin saberlo, porque la afinidad suele ser tan sutil que nuestro ego puede no reconocer la presencia de esa otra parte de nuestro ser.
Cada ser humano experimenta este maravilloso hecho en diferentes planos de energía:
1. El primer nivel de unión es el espiritual. Este plano se alcanza cuando las almas gemelas están internamente preparadas para unirse. Las dos partes sienten una gran plenitud y, si la unión es espiritual, es posible que nunca más vuelvan a separarse.
2. El segundo plano es el intelectual. Las almas compatibilizan en el nivel del pensar, tienen puntos en comunes y proyectos que pueden compartir.
3. El tercer nivel es el emocional. Desde el primer encuentro existe una intensa afinidad y la sensación de conocerse desde hace tiempo. En este estadio, las almas gemelas se enamoran con mayor facilidad. Comparten una gran entrega y equilibrio.
4. El cuarto nivel es el físico o erótico. La pareja de almas gemelas se entrega físicamente con una pasión sin límites: durante el acto sexual, los abrazos y los besos son intensos e interminables porque en el contacto físico con su par sentirán que finalmente han encontrado el hogar verdadero.
La sensación de libertad y de vuelo mientras hacen el amor es sublime, sienten que pueden tocar el cielo con las manos. Sin este último nivel físico, las almas gemelas no pueden reconocerse verdaderamente como pareja.
Porque los otros planos están relacionados con el amor incondicional, que puede manifestarse en amistad duradera, o como un afecto especial entre dos personas, sin llegar a formarse una relación de pareja que puede ser estable o no.
Eso dependerá de la personalidad, del desarrollo espiritual o del conoci-miento mutuo y personal de cada una de las partes. Nuestra alma gemela es la parte que nos complementa, porque el Creador quiso separarnos en dos para que no cesáramos en la búsqueda de nosotros mismos. Que te vas encontrando vida tras vidas y que siempre te buscas, pues aunque sepamos vivir con nosotros mismos requerimos compartirlo con alguien muy especial.
Donde quiera que ella se encuentre, la Fuerza Magnética del Amor del Creador hace que nos aproximemos irresistiblemente, infaliblemente, poderosamente y entonces, se da una unión armoniosa, feliz, perfecta, divina, exitosa y bendecida por todos.