Desde tiempos antiguos, los seres humanos han buscado la salud y en esa búsqueda han demostrado ser capaces de todo tipo de extremos.
Es tan fuerte el deseo por la salud que en cada brindis nos deseamos "salud" o nos enviamos "saludos" unos a otros.
A nivel inconsciente la salud es algo tan importante que estamos dispuestos a todo por recuperarla; mucha gente vende sus propiedades o sus coches para ir a operarse a una clínica en USA o visitar a un prestigioso cirujano que le cobra miles de dólares.
La gente hace cosas insólitas cuando cree que existe una posibilidad de recuperar su salud.
Es la fe que mueve montañas.
Algunos ponen su fe en aguas milagrosas y viajan muy lejos para bañarse en una fuente de agua bendita o ver a un santo en una pequeña aldea en la India.
Mismo en los tiempos de Jesús, lo buscaban multitudes buscando la salud infinita.
En tiempos más recientes la búsqueda de salud ha llevado a la gente a beber su propia orina.
Una vez que perdemos la salud comprendemos su valor absoluto y cuando llegamos a ese punto estamos dispuestos a cualquier sacrificio para conseguirla.
Ese el valor sagrado de la enfermedad; es el mecanismo más eficaz para que el ser humano despierte esa sed ardiente por la salud y esté dispuesto a darlo todo, incluso sus casas, autos, ahorros o arriesgarse a una cirugía a cielo abierto.
Ahora la moda lleva a muchas personas a buscar la salud en la supresión total de carbohidratos.
Hay muchas personas que desesperadas, adoptan la dieta keto que suprime los carbohidratos en absoluto y se nutren con carne, verduras sin carbohidratos y otros alimentos ricos en grasas.
Desde un punto de vista yin yang, los carbohidratos son yang, mientras que las proteínas y las grasas son yin.
Los que descartan los hidratos de carbono descartan el yang de sus dietas y caen en un peligroso desequilibrio al intentar vivir sólo con proteínas y grasas.
Algunos médicos están siendo atraídos por esta nueva moda "anti hidratos".
Grandes maestros macrobióticos como Georges Ohsawa nos vienen diciendo desde hace casi 100 años que el azúcar, la harina refinada, el arroz blanco y otros carbohidratos industrializados son verdaderos venenos.
Pero esta tendencia actual demoniza todo carbohidrato y así los creyentes en esta casi religión que endiosa a la grasa y a la carne animal está llevando a cientos de personas al límite de sus posibilidades fisiológicas ya que se nutren de un 80% de carne roja y están convencidas de que están siguiendo una nutrición saludable y una vida exitosa si además se convierten en frecuentadores del gimnasio.
Pero el Orden del Universo es justo y cada cual tendrá que aprender la ley....unos lo harán leyendo un libro o escuchando una clase y otros lo aprenderán en la cama de un hospital.
Pero tarde o temprano todos comprenderán, aunque este aprendizaje lleve muchas vidas y muchas experiencias.
Al final todos llegaremos al Reino de los Cielos.
-Martín Macedo-
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