viernes, 12 de diciembre de 2025

En qué consiste la iluminación espiritual?

 

De qué se trata?
Lleva mucho tiempo alcanzarla?
Son preguntas que me he estado haciendo desde mi juventud.
Ahora creo haber encontrado una mayor claridad para comprender estos temas tan importantes y necesarios, gracias a la visión de yin y yang.
Luz y oscuridad; de eso se trata.
Siempre el mismo y fascinante juego de la dualidad.
De noche no hay luz; la noche es yin.
De día hay luz; el día es yang y la luz es yang.
La ceguera de los ojos físicos es yin porque no hay suficiente yang en la dieta; la ceguera espiritual es aún más yin.
La falta de elementos críticos en la dieta crea este tipo de vida con ausencia de luz.
La luz es energía; la oscuridad es falta de luz, falta de energía, falta de vitalidad.
Una casa donde nunca se abren las ventanas, es una casa triste, sombría, misteriosa, una casa donde da miedo entrar siquiera a echar un vistazo.
La luz es la visión del Universo, de las leyes universales, la luz es la sabiduría que vive en el Universo disponible para todos los que puedan recibirla.
Salomón pidió sabiduría a Dios y Dios se la dio, junto con todas las cosas mundanas que pudo desear porque la "sabiduría las gobierna a todas".
Los seres de luz hacen el bien; y los seres oscuros hacen daño, como el muñeco diabólico que se hizo muy famoso en algunas películas de terror.
Los que hacen daño a otros, los que mienten a otros, los que hacen tropezar a otros, los que hacen sufrir a otros, carecen de una visión profunda, están enfermos espiritualmente.
Su visión es muy corta, ven la ganancia inmediata pero no ven que se están cavando su propia fosa que más adelante deberán ocupar para pagar sus deudas.
Jesús pidió en sus oraciones por estas pobres almas carentes de visión, cuando le dijo al Padre, "perdónalos porque no saben lo que hacen".
Hoy en día la mayor parte de la gente no sabe lo que hace; muchos incluyendo dirigentes, científicos, empresarios, gente que ocupa cargos de responsabilidad, proceden sin visión como los que tranquilamente pusieron los clavos en las manos y pies de Jesús, convencidos de que le estaban haciendo un bien a su sociedad, poniendo orden y ejerciendo la mano dura contra los enemigos de Roma.
La iluminación consiste en la posibilidad de percibir la verdad de una manera espontánea.
Una persona iluminada está lo suficientemente sensible como para intuir que una vacuna tiene intenciones dudosas.
Pero la persona endurecida por alimentos yang, no siente nada, no intuye nada, no percibe nada y espera los resultados de las investigaciones científicas.
Hasta que no se demuestre racional, lógicamente no acepta algo como verdad.
Espera las pruebas, espera la opinión de los expertos, porque sólo cuenta con su razón, con su mente lógica, está demasiado yang para poder conectarse con su lado femenino, intuitivo, sutil.
Así puede ser fácilmente engañada porque depende de la luz de otras personas.
La iluminación es yin atrayendo luz yang.
La falta de luz es debida a un estado endurecido, cerrado, demasiado denso.
La falta de luz, la falta de visión espiritual, es yang rechazando la luz yang.
Por esa razón la sabiduría requiere de un receptor biológico flexible, saludable, ágil y liviano.
Cuando el cuerpo se vuelve demasiado grande, demasiado pesado, demasiado lento, dispone de menos recursos espirituales y vive su vida en la ilusión de los sentidos, en la estrechez de la lógica científica o simplemente mentalidad lógica.
Por esa razón la iluminación no se obtiene únicamente por la práctica de la meditación o el estudio de textos sapienciales durante toda una vida o durante varias vidas; requiere una base biológica, una nutrición biológica, una nutrición justa, unas reglas de nutrición que han sido cuidadosamente conservadas durante miles de años por los más sabios, pero que hoy se han olvidado o menospreciado, creando la situación actual, donde los problemas se multiplican por falta de visión.
Sólo una nutrición basada en granos completos y verduras, variada y maravillosamente preparada podrá producir más seres iluminados, sabios, pacíficos y amorosos que podrán seguir sin mayores esfuerzos las enseñanzas de Jesús y de otros maestros que obtuvieron la luz de la sabiduría infinita y de la inteligencia infinita.
La sabiduría no se debe mendigar; hay que obtenerla siguiendo reglas claras y definitivas basadas en yin y yang.
Doctor Martín Macedo.

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