Un grano, diez mil granos.
Es la filosofía de Georges Ohsawa.
Uno de los fundamentos de su enseñanza durante toda su vida.
Y le funcionó porque creó una gran influencia en el mundo.
Así fue educado, como todo joven oriental tradicional.
Dar y dar, como lo hace la tierra.
Le das una semilla y ella te da diez mil semillas.
Dar lo mejor de nosotros.
Dar más y más y así alcanzaremos nuestro destino espiritual.
Ohsawa creía en ello y lo practicaba constantemente.
Decía que es la forma de ser felices; quien no da lo mejor de sí mismo todo el tiempo, no es feliz.
Pero quien practica "un grano, diez mil granos" experimenta la felicidad porque esa es la tendencia del universo que se expande constantemente.
Y así pasó su vida, viajando por todo el mundo enseñando su técnica de nutrición que salvó a miles de personas.
Dar y dar....lo repetía constantemente.
Pero creo que puso demasiado énfasis en el dar y descuidó el otro lado de la moneda.
Si doy también recibo....si no recibo no puedo dar.
Cuando doy mucho también recibo mucho.
Pero él criticaba a los maestros que cobraran por enseñar.
Lo consideraba poco espiritual.
Y así Ohsawa llegaba a una nueva ciudad a dar una serie de charlas y a veces no tenía para pagar el taxi o tenía que pedir a su esposa que vendiera sus joyas para pagar los hoteles y otros gastos.
La tierra se brinda generosamente, dando diez mil veces lo que recibe.
Recibe una semilla de trigo y en poco tiempo da diez mil.
Pero también recibe el agua de la lluvia, los cuerpos de millones de animales, insectos y vegetales.
Cantidades casi ilimitadas de luz solar.
El nitrógeno de la orina de los animales.
Toda vida que la tierra sostiene luego devuelve sus elementos para ser reciclados.
La respiración tiene dos movimientos: inhalo y exhalo.
Tomo aire y doy aire.
Para dar mucho antes debo tomar mucho.
Pero Ohsawa sentía que tomar era egoísta, poco espiritual.
Y por eso siempre fue pobre y hasta se sentía orgulloso de serlo.
Y algunos de sus estudiantes también hicieron esa apología de la pobreza.
Pero nosotros debemos dar un paso más para que la enseñanza de Ohsawa, su maravillosa técnica de nutrición llegue a más personas.
Practiquemos el espíritu de un grano - diez mil granos.
Dando siempre lo mejor de nosotros.
Pero plenamente conscientes de que si damos mucho también debemos recibir sin culpas.
Recibir no es poco espiritual.
Es la otra cara de la moneda.
Porque si la tierra no recibiera abundancia de agua y luz solar, la luz de la luna y de las estrellas, las hojas de los árboles y el reciclado de toneladas de materia orgánica proveniente de la vida animal y vegetal no podría practicar su maravilloso dar y dar.
Porque yin y yang siempre deben ir juntos y convertirse el uno en el otro, constantemente.
Nosotros como estudiantes de esta filosofía, debemos aprender a dar lo mejor y también aprender a recibir lo mejor.
Que constantemente llueve sobre nosotros.
Pero que muchas veces lo rechazamos porque no "estamos preparados" o no nos sentimos merecedores.
-Martín Macedo-
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