lunes, 13 de marzo de 2017

La libertad es un regalo que tenemos todos desde el momento de nacer.

La libertad es un regalo que tenemos todos desde el momento de nacer. Pero no la usamos siempre de una manera constructiva. 

  • Podemos elegir libremente qué palabras vamos a usar para comunicarnos con los demás y con nuestro ser supremo.
  • Podemos elegir libremente las palabras exactas para cimentar las creencias que nos impulsarán a la grandeza o nos convertirán en desgraciados.
  • Cuando vamos al mercado a comprar nuestros alimentos usamos nuestra libertad infinita para seleccionar los ingredientes de nuestra próxima comida.
  • Volvemos a usar nuestra libertad cuando elegimos los tipos de ollas y las técnicas para guisar.
  • Cuando tenemos el alimento en la boca tenemos la posibilidad de engullirlo ansiosamente o hacerlo luego de una cuidadosa masticación.
  • Elegimos el tema de conversación durante la comida, y bendecir o no los alimentos antes de tomarlos.
  • Usamos la libertad infinita para apagar o prender el televisor durante la comida.
  • O navegar por internet mientras tomamos ansiosamente el almuerzo.
  • Nacimos libres. Y usamos la libertad infinita, ese gran regalo del creador. Todo el tiempo.
  • Y nuestra libertad es hermosa pero cada acción genera una reacción, un efecto.
  • Es una ley.
  • Podemos gozar de la libertad infinita.
  • Y podemos gozar de los efectos que nuestras decisiones generan.
  • Podemos crear un tumor o disolverlo.
  • Podemos crear una fortuna o experimentar la carencia más penosa.
  • Podemos crear un entorno lleno de amor y amabilidad o un campo de batalla en el hogar.
  • Pero sólo somos verdaderamente libres cuando estamos presentes, conscientes del aquí y ahora.
  • En un estado de ausencia funcionamos en piloto automático.
  • Esclavos de nuestros hábitos y de nuestros condicionamientos culturales y educativos.
  • Por eso es tan importante meditar.
  • Tomar conciencia del aire que respiramos.
  • De las palabras que elegimos.
  • De las comidas que tomamos.
  • De las rutinas de ejercicio y descanso que practicamos.
  • El sabio usa su libertad infinita para experimentar una felicidad cada vez más grande.
  • Pero muchos aún duermen y están gobernados por programas subconscientes que los impelen a la autodestrucción en forma de estilos de vida autocomplacientes que llevan inevitablemente al dolor y a la enfermedad.
  • En el mundo de la dualidad es normal que unos duerman y otros estén despiertos.
  • Y debe ser así por toda la eternidad.
  • Y no hay nada erróneo, porque este es el mundo de yin y yang.
-Martín Macedo-

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