Tomar conciencia es comprender los patrones que repetimos en muchos ámbitos sin saber por qué.
1. La conciencia: sistema operativo de la mente.
En muchas ocasiones, hemos podido experimentar cómo nuestro ordenador rinde más lentamente, o incluso directamente cómo hay programas que no funcionan o que no responden como deberían. Tras analizarlo con la ayuda de un técnico o un anti-virus, hemos podido comprobar que la causa de estas anomalías eran procesos en segundo plano que, al no saber que existían, seguían ejecutándose fuera de nuestro control.
En el momento en que nos damos cuenta de que están sucediendo, es cuando podemos terminar o cambiar ese proceso. Siguiendo esta analogía, la mayoría de la información que procesamos lo hacemos de forma inconsciente. Cuando percibimos conscientemente ciertas partes de nosotros que no funcionan como deberían -situaciones bloqueantes o patrones repetitivos-, es muy importante comprender que es posible que haya una información funcionando en un segundo plano que afecta a todo aquello que vemos. El proceso de “toma de conciencia” sería hacer consciente dicha información para poder influir en ella si así lo deseamos.
2. La sincronicidad de Jung
Según el psicólogo Carl G. Jung, la sincronicidad es la relación que existe entre un un estado psíquico y uno o varios acontecimientos externos que aparecen como resultado de ese estado.
El principio de sincronicidad afirma que, entre el estado psíquico de cada persona y los acontecimientos que experimenta, hay un vínculo de significado que los hace relacionarse simultáneamente; ocurren en el mismo espacio-tiempo y representan la misma información de distintas formas. Al identificar la relación entre nuestro estado interior y nuestro entorno, podemos elegir voluntaria y libremente una nueva forma de interaccionar con el mundo. Esto es tomar conciencia.
Jung se refiere a que, una vez se ha tomado conciencia, se llega a un estado de comprensión en el que se reconoce que todo está entrelazado, que no existe la casualidad y que todo se mueve por leyes muy precisas de carácter universal.
3. Herencias inconscientes
La forma en la que nos relacionamos con el ambiente viene en gran parte definida por las herencias transgeneracionales, las cuales nos condicionan a la hora de interpretar y reaccionar frente al mundo. Estas predisposiciones operan en nuestra mente inconsciente de forma automática.
Nuestro inconsciente familiar guarda la información que considera necesaria para la supervivencia del clan. Nosotros, como individuos, nos nutrimos de esta memoria para construirnos de la forma más adaptativa posible dentro de nuestra familia y de la sociedad.
Tomar conciencia supone comprender que nuestra herencia inconsciente tuvo una función de adaptación en situaciones anteriores vividas por miembros de nuestra familia. La comprensión de esta función biológica -o toma de conciencia- nos permite poder elegir de nuevo las acciones que consideremos oportunas y adecuadas en nuestro presente.
4. Deshacer la experiencia para tomar conciencia.
La conciencia solo ocupa un 3-5% de toda la actividad cerebral. El inconsciente es un nivel donde registramos información sin darnos cuenta, y representa el 95-97% de la actividad cerebral.
El Camino al Inconsciente es una de las principales herramientas que utiliza la Bioneuroemoción para acceder a la información almacenada en nuestro inconsciente. Se inspira en el método desarrollado por el Dr. Albert Ellis, que nos permite acceder a estados emocionales ocultos reprimidos y asociados a situaciones concretas.
El proceso del Camino al Inconsciente es inverso al proceso de la experiencia. De hecho, en el Camino al Inconsciente deshacemos el camino porque la primera impresión siempre es la emoción oculta.
Todas nuestras creencias, pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas se originan a partir de una emociones, de las que la mayoría de las ocasiones no somos conscientes. En Bioneuroemoción, al utilizar el camino al inconsciente, se pretende identificar la emoción base sobre la que se forma el estado interno de la persona, y que se manifiesta en su realidad.
Al tomar conciencia de los procesos internos que crean nuestra experiencia, podemos comprenderlos e integrarlos, para poder realizar los cambios de una forma consciente.
No hay muchos caminos. Hay muchos nombres para el mismo camino, y este camino es conciencia.
Osho
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