La trampa espiritual
¿Alguna vez has notado cómo hacemos que todo se
trate de nosotros?.
¿Cuántas veces cuando un amigo está atravesando una situación conflictiva, inmediatamente vamos a una historia sobre algo similar que nos pasó a
nosotros, en lugar de escucharlo realmente y simplemente ser un hombro en el que
pueda recostarse?.
Algunos de nosotros incluso ocupamos nuestras mentes intentando sacar de sus tragedias la lección que nos ayude en nuestras propias vidas, ¡tanto, que dejamos de sentir el dolor de nuestro amigo por completo!.
Algunos de nosotros incluso ocupamos nuestras mentes intentando sacar de sus tragedias la lección que nos ayude en nuestras propias vidas, ¡tanto, que dejamos de sentir el dolor de nuestro amigo por completo!.
Para hacer el trabajo espiritual de reducir nuestro ego, requerimos reducir nuestro sentido de importancia personal, la cual puede ser una gran trampa para volvernos una persona espiritual. Podemos estar tan envueltos con el estudio e intentando mejorar nuestras propias vidas que olvidamos que ser espirituales es preocuparnos por otros.
“Cuando te ocupas de cuidar a los demás, la Luz se
ocupa de cuidar de ti”.
Para realmente transitar este camino requerimos esforzarnos por llegar a un lugar en el cual nuestras vidas estén más dedicadas a apoyar a los demás.
Esta semana observa cuánto de tu día dedicas en mejorar la vida de otros y busca una forma de incrementar estas acciones poco a poco. Tal vez dedica un poco de tiempo haciendo voluntariado, busca a un familiar con el cual no hayas hablado en largo tiempo y pregúntale cómo le va o almuerza con alguien que realmente requiera una escucha comprometida.
Sea lo que sea, asegúrate de hacerlo de corazón. Acércate con un deseo genuino de escuchar y apoyar sin esperar nada a cambio.
Si queremos cambiar el mundo, no podemos pensar en que solamente se trata de nosotros.
(Kabbalah con ajustes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario