domingo, 20 de mayo de 2012

No te pre-ocupes, ocúpate!!!


Jean Buridan realizó el experimento mental “el asno de Buridan”.  El animal pasa un tiempo sin comer y tiene hambre. Le ponen a derecha y a izquierda dos fardos de cebada. Es un asno sólo intelectual que delibera entre comer y no comer y luego por cuál debería comenzar. Como no hay una razón que aconseje uno u otro, el famélico asno se muere.

La lógica no debe siempre determinar la conducta práctica. El burro se equivoca por ser implacablemente racional. La mejor hubiese sido empezar por cualquier fardo, dando primacía a la voluntad sobre el intelecto. El exceso de análisis produce parálisis.

Un tema preocupante son las preocupaciones. Mark Twain en una cena entró en pánico y dijo: llamen a un doctor, mi pierna derecha está paralizada. La señora que estaba a su lado se echó a reír y dijo: “No se preocupe, usted ha estado pellizcando mi pierna, no la suya”. Twain lo explicó: “Hace veinte años, un médico me dijo: Un día se quedará paralítico del lado derecho, desde entonces me pellizco la pierna derecha veinte veces al día.

Ley del Efecto Contrario. Pre significa antes. La preocupación es previa a la ocupación y el problema principal que angustia a la mente. El que está preocupado produce lo que lo preocupa. Si no quiere enojarse, se enfada más. Si quiere dormir es cuando menos duerme. A veces la preocupación viene de afuera, como en la contradicción reflejada en la paradoja “¡Sé espontáneo!”, porque si se aplica estrictamente se deja de serlo.

No podrá ser feliz quién conviva con tantos problemas. Las preocupaciones lo pellizcarán permanentemente. La preocupación continua y excesiva impide que surjan las soluciones. 

Mientras que el valiente muere una vez, un cobarde muere millones de veces.

No te preocupes, ocúpate. No anticipes mentalmente un problema, no lo crees. Cuando la preocupación se convierte en acto, preocuparte será todo lo que hagas.  Hay dos cosas por las cuales no se justifica preocuparse: las que tienen solución y las que no la tienen. El 40% de las preocupaciones nunca ocurren, son un producto de la mente. El 30% son costos hundidos heredados del pasado que no se pueden cambiar. El 12% son falsos problemas. El 10% conciernen a la salud, que empeora al preocuparte. Sólo el 8% son legítimas. Son los problemas que se solucionan eliminando las preocupaciones infundadas.

Valiente es aceptar el desafío de vivir a cada instante ¿Quién sabe los qué es el futuro? ¿Qué importancia tiene el pasado?  Se valiente y ocúpate de inventar tu futuro, deja de preocuparte. Suéltate y experimenta ese inefable placer. Compruébalo.

Tu agenda muestra cómo inviertes tu tiempo y energía. Las preocupaciones comunes son: salud, familia, trabajo. Algunas cosas dependen de ti, en ellas debes ocuparte, mejorando tus competencias, conductas, hábitos, sabiendo quiénes eres y lo que quieres ser. El área de preocupación depende de los demás o de las circunstancias.


El ser proactivo enfoca el círculo de influencia, se dedica a lo que puede hacer. Se ocupa. El reactivo se concentra en el círculo de preocupación, en los defectos de los demás, en los problemas del entorno, en todo sobre lo que no tiene control. Así disminuye su espacio de control y aumenta el de preocupación. Se muestra como víctima, reacciona sólo cuando algo le pasa, si le viene un golpe lo esquiva, pero le falta motivación interior.

La ocupación desplaza a la preocupación. Así es, cuando se enfrentan los problemas, ellos desaparecen. Si la mente enfoca en lo que suma la meta, el éxito, la solución, desarma los bloqueos, los miedos, el estrés, las depresiones que obstruyen los proyectos, porque la ocupación es también la señal de que está en la senda correcta.

Preocupación, en cambio, es ver lo que resta, no abordar la solución, tener miedo al fracaso, a que las cosas no salgan, evitar que las cosas fluyan y fijar en el cerebro la imagen de la derrota. La preocupación no es parte de la solución, es parte del problema, no se basa en la realidad, sino en suposiciones improbables que quitan tiempo y energía. Al preocuparnos destruimos, porque lo que resta engendra su propio destino.

En la Universidad inglesa de Bristol se aisló el neurotransmisor que refuerza el aprendizaje y facilita cambios en las redes neuronales. La actividad sostenida perfecciona las conexiones porque las neuronas intercambian mensajes y aumenta el número de receptores. En cambio lo que no se usa se pierde y las neuronas mueren. El que se ocupa aumenta su reserva sináptica protectora, mucho más que el que se preocupa y no hace nada.

El motor del cerebro. Conócete a ti mismo, usa la brújula del auto conoci-miento y evita el radar que te ofrece la sociedad de consumo para imitar a ricos y famosos. El empowerment es el poder interior y la fuente de energía que surge de abrevar de esa fuente espiritual. La combinación de las inteligencias complementarias: emocional, creativa, estratégica, ejecutiva y social, permite convertir el espíritu en materia.

La energía, como el dinero, puedes invertirla en ocuparte o preocuparte. Al ocuparte, construyes soluciones. En el camino aparecen problemas. Para muchos la palabra problema tiene una connotación "negativa", sin embargo es el motor de la inteligencia.

Imagina qué vacía, aburrida e insoportable sería la vida sin ellos. En cambio si los aceptas, enfrentándolos de manera práctica, los problemas te apoyan, lo que no te mata te fortalece.
Lo errores se producen por una visión incorrecta de la realidad, por no hacerle frente al cambio innovando, por ejecutar bien una estrategia equivocada, por confiar demasiado en creencias y capacidades y por hacer caso omiso de la información vital.

Nadie es perfecto, pero se puede aprender del error, el feedback con la realidad impide que el error de convierta en hábito. Quienes saben escalar montañas, conocen lo que significa superar la larga y riesgosa primera subida. La satisfacción de superar esa prueba motiva y genera la conciencia de que es más lo que falta que lo recorrido. Ese éxito es un estímulo callado, luchar por alcanzar nuestros ideales es un trabajo de creci-miento personal. Los problemas se convierten en algo que suma sintonizando el trabajo con lo que nos apasiona.

Una rana puesta a calentar a fuego lento muere porque no advierte el cambio. El cerebro también decae, la rutina termina por matarlo. Giuseppe Verdi sobre su longevidad creativa, afirmó: “toda la vida busqué la perfección pero aun no la puede hallar”.

La humildad y la perseverancia son herramientas indispensables ¿Qué éxito podría pretender quien se achica ante el primer fracaso?  Cuando la ocupación desplaza a la preocupación los problemas enfrentados desaparecen. Estando ocupados y guiados por los ideales, la ocupación vencerá a la preocupación y será la fuente segura de nuestro éxito.



-Horacio Krell-

No hay comentarios:

Publicar un comentario