Todo lo que sube debe bajar primero.
Nuestra visión es dinámica y toma en cuenta el ritmo del universo.
Yin y Yang se alternan eternamente.
Y a veces nos cuesta entenderlo.
Tendemos a ver todo fragmentado y ver una cara como el lado bueno y la otra como el lado malo.
Y tratamos de suprimirlo o borrarlo como si fuera un error de la creación.
Esa visión fragmentada se llama dualismo y debemos considerarla como una enfermedad mental porque crea todos los problemas del mundo.
La medicina moderna es dualista; intenta asegurar la salud, ofrece tratamientos para conservar la salud pero ataca con violencia las manifestaciones de la enfermedad.
La salud infinita es un estado de alta energía.
Se trata de energía infinita y si todos tuviéramos energía infinita, fuerza infinita y confianza infinita estaríamos en la gloria.
En la gloria de la salud infinita.
La baja energía es baja función, baja calidad, es depresión; depresión anímica, depresión del sistema inmune, depresión de la capacidad de generar colágeno u hormona tiroidea o insulina o jugo gástrico.
La enfermedad es energía baja, disminuida, deprimida.
Pero la alta energía no puede sino surgir de la baja energía.
Queremos la salud infinita pero sin pasar por la baja energía.
Queremos estar en la cima de la montaña pero sin comenzar en la base.
Queremos atajos, trucos para no experimentar el lado que consideramos negativo o errado.
Salud infinita es energía infinita.
La más alta energía del universo.
Se dice que el amor es la más alta energía del universo.
Y la enfermedad es miedo o la más baja energía del universo.
Yo quiero la salud infinita, la felicidad pero no quiero sufrir, me dijo un alumno hace un tiempo atrás.
Es como querer graduarse como licenciado en leyes pero sin los sacrificios de horas y horas de estudio y horas y horas de privaciones para aprender todos los requerimientos de un abogado excelente.
La energía debe bajar antes de subir.
Para la salud infinita es necesario liberarse de la dependencia de las proteínas animales como base de la nutrición.
Entonces las personas dejan de comer carnes y lácteos y otros alimentos "fuertes" y sienten que se debilitan, bajan de peso o pierden grasa corporal y los familiares los critican diciendo que se están debilitando, que les va a venir anemia.
Pero quien quiera llegar a la salud infinita debe pasar por esto, es decir por un debilitamiento transitorio.
Antes obtenía su energía yang de grandes cantidades de carne, lácteos, pollo y huevos.
Ahora ya no tiene eso y por eso experimenta una etapa de debilidad temporal.
Ahora debe aprender a obtener su yang de los cereales y de las técnicas culinarias macrobióticas.
Debe tomar clases de cocina en buenas escuelas, en las mejores escuelas del mundo, de lo contrario seguirá débil indefinidamente.
Luego si aprende a crear yang de fuentes vegetales será como un gran búfalo o rinoceronte o como un toro salvaje que tendrá un gran poder físico, un cuerpo poderoso y bien desarrollado pero que funciona con yang de origen vegetal.
Entonces su fuerza será ilimitada porque su nutrición vegetal mantendrá permeables todas sus arterias y podrá gozar de salud durante muchísimos años.
Pero los que se empeñan en crear poder físico en base a dietas de grasa y proteína de origen animal, crearán un bloqueo de sus vasos sanguíneos, de sus riñones, de su hígado y acabarán su vida prematuramente como muchos amantes del gym que creen a rajatabla en la superioridad de la carne sobre los cereales completos.
Quien no tiene el valor de pasar por esta crisis inicial debe olvidarse de alcanzar la gloria de la salud infinita.
-Martin Macedo-
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