La guerra nunca la hacen los vegetarianos.
Porque los vegetarianos son yin.
Sin comprender yin y yang, el problema de la guerra y de la paz es extremadamente difícil y complejo.
Sin comprender yin y yang, curar el cáncer o la enfermedad cardíaca es extremadamente difícil.
Sin comprender yin y yang curar las enfermedades mentales es extremadamente difícil.
La gente espera que la ciencia resuelva estos grandes problemas, pero no puede resolverlos ni podrá hacerlo mientras no tome en cuenta estos principios que rigen el universo.
Yin y Yang son simples; deberíamos estudiarlos en la escuela primaria y nuestra vida sería mucho más feliz.
La guerra es yang y la paz es yin.
Los alimentos de origen animal son yang y los de origen vegetal son yin.
Nos nutrimos de ambos reinos pero lo que cambia todo es la proporción.
Una dieta de 70% de carnes y otros derivados durante años y durante generaciones crea temperamentos yang, muy fuertes y más agresivos.
Las naciones occidentales, los romanos, los griegos y más recientemente los EEUU tienen un profuso historial de guerras que se suceden casi sin intervalos.
Las naciones occidentales son más yang debido a ese alto consumo de yang de origen animal.
Las naciones orientales también han tenido guerras, pero comparadas a las potencias occidentales son regiones pacíficas.
Su consumo de yang proviene de fuentes vegetales.
Sólo en los últimos 100 años los asiáticos han comenzado a incrementar la ingesta de carnes y por ello cambió su actitud hacia la guerra.
Los vegetarianos y veganos detestan la guerra, la matanza, la crueldad hacia otros seres humanos o hacia las mascotas.
Los que consumen mucho yang de origen animal sienten el impulso de luchar y de pelear para obtener sus metas.
Lo vemos claramente en la naturaleza; los carnívoros tienen una actitud mucho más agresiva que los herbívoros.
La guerra sólo puede existir en un mundo donde la mayor parte de la gente se nutre con grandes cantidades de proteínas animales.
Por lo tanto los que promueven dietas altas en proteína animal, como los médicos, nutricionistas y científicos así como los promotores de la dieta keto u otras modas basadas en la superioridad de la carne sobre los cereales están empujando a la humanidad hacia un estado casi constante de guerras y matanzas entre hermanos ya que la ingesta constante de derivados animales yang crea emociones yang y formas de pensar en las que ellos sienten que la guerra es inevitable para resolver los conflictos humanos.
Pero los vegetarianos siempre buscarán soluciones que descarten la violencia como lo hicieron Gandhi, Nelson Mandela y Luther King, entusiastas vegetarianos.
Por lo tanto la llave para la paz mundial es la nutrición y la comprensión de cómo ésta nos vuelve más agresivos o más pacífico.
-Martin Macedo-
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