¿El vaso está medio lleno o medio vacío? ¿El automóvil es azul o verde? ¿Es un día hermoso o un día deprimente?
Todos vemos el mundo desde una perspectiva particular. Dos personas pueden ver exactamente la misma cosa o presenciar el mismo suceso y marcharse con impresiones completamente distintas. ¿Quién tiene la razón? ¿Cuál es la verdad?.
Lo que vemos o sentimos varía debido a que todos somos diferentes. A veces las variaciones son pequeñas —como decir “papa” o “patata”—; ninguna de las opciones es incorrecta, simplemente son diferentes. Pero en otras ocasiones estas diferencias tienen como resultado la pérdida de oportunidades.
Vemos el mundo a través de nuestro lente individual teñido con nuestras propias experiencias y nuestro ego. Los kabbalistas dicen que nuestro ego puede evitar que veamos las cosas como realmente son. El ego tiende a desviar nuestra atención hacia la carencia, motivándonos a que nos enfoquemos en lo que falta en nuestra vida en lugar de enfocarnos en las posibilidades ante nosotros. Siempre hay puntos de vista diferentes de una misma situación. Es nuestro trabajo ir más allá del alcance de nuestro ego para ver nuestro potencial y el potencial en otras personas.
¿Por qué es esto tan importante? La manera en la que vemos el mundo está directamente relacionada con la manera en la que vivimos e interactuamos con el mundo. Cuando nos enfocamos en la carencia, se hace aún más difícil ver oportunidades. Además, esto puede convertirse en un hábito. Al enfocarnos en lo que creemos que no tenemos nos volvemos ciegos a las bendiciones que sí tenemos. Aunque el Creador puede ser encontrado en todas las cosas, la decisión de generarlo y conectarnos está en nuestras manos.
Los kabbalistas dicen que deberíamos conducirnos en la vida como si estuviéramos ciegos. Asumir que tenemos la historia completa nos lleva a tener una mente cerrada. Lo único que es seguro asumir es que hay otro punto de vista que aún no hemos considerado. Cuando generamos obstáculos en la vida, es difícil ver alrededor de ellos. Un pequeño evento con nuestro vehículo agrega horas de papeleo y llamadas telefónicas a nuestro ocupado cronograma. Una síntoma común hace que el estudio nocturno para los exámenes finales sea casi imposible. El tráfico inesperado hace que lleguemos tarde a una reunión importante.
Los kabbalistas sugieren que abordemos situaciones como estas con “ojos ciegos”, sabiendo que siempre hay una bendición, una lección importante o una oportunidad expansiva escondida en un contratiempo. La verdad es que entendemos muy poco acerca del mundo espiritual. Al abrirnos a la posibilidad de que podríamos estar completamente equivocados con respecto a lo que consideramos como verdad, es más probable que notemos el trabajo del Creador y las bendiciones a nuestro alrededor, o que veamos una mejor respuesta a los eventos que generamos.
Es fácil sentirse atascados de vez en cuando. A veces una oportunidad está justo en frente de nosotros, pero no podemos verla porque nuestra visión espiritual es muy limitada. Sólo debemos alejarnos y ampliar nuestro campo de visión para observar que existe otro camino. Confía en que el Creador siempre te guiará hacia cosas mejores.
El mundo está lleno de oportunidades, cada una de ellas se encuentra en las manos del Creador, ya sea que lo veas o no. Las oportunidades cruzan nuestro camino cada día. Al movernos hacia adelante lentamente, con los ojos bien abiertos y sabiendo que las apariencias engañan, es más probable que veamos las grandes cosas en este mundo que tenemos el potencial de alcanzar.
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