Cuando éramos niños, aprendimos que hay situaciones en la vida en las que simplemente tenemos que aceptar lo que recibimos.
- Quieres las tijeras azules, pero te entregan un par de tijeras verdes.
- Quieres macarrones con queso, pero tu familia sirve espagueti para cenar.
- O quieres un par de zapatos nuevos, pero te dicen que recibirás los que pertenecían a tu hermano mayor.
Los adultos en nuestra vida nos enseñan que estas situaciones son pequeñas en comparación a las decepciones que enfrentaremos en la vida adulta. Así que aprendemos a aceptar las cosas que vienen a nosotros e intentamos ser agradecidos.
Por supuesto, a veces nuestros deseos se cumplen más allá de lo que pudimos haber imaginado y quedamos en asombro por las bendiciones que el Creador ha enviado a nuestra vida; aunque en otras ocasiones parezca que el Creador nos ha entregado “un par de tijeras verdes”. Pocos de nosotros entendemos que, de vez en cuando, podemos pedir algo mejor.
La clave para vencer la duda e invitar bendiciones aun más grandes a nuestra vida es la certeza. Sin la certeza en que merecemos bendiciones increíbles, no se pueden manifestar bendiciones increíbles en nuestra vida. Entonces, ¿cómo logramos tener certeza? Michael Berg dice: “Lo logramos buscando la verdad que se encuentra más allá de la simple apariencia de las cosas”. La certeza es el conocimiento de que todo lo que ocurre en nuestra vida viene directamente de la Luz del Creador y es para nuestro beneficio, incluso las experiencias difíciles. Por ende, una bendición también viene a nuestra vida para impulsarnos a crecer.
Sin embargo, cuando recibimos menos de lo que esperamos, podemos tomarlo sin hacer preguntas o verlo como una oportunidad para expandir nuestra conciencia y pedir más. Esto requiere de que venzamos las dudas, mantengamos certeza en lo que queremos y permanezcamos enfocados y con determinación. La duda perturba nuestra conexión con la Luz del Creador. Cuando las bendiciones que esperamos no se materializan en nuestra vida, la causa es a menudo nuestra falta de fe en que podemos tener más. La duda conduce a la incertidumbre y a la preocupación, lo que literalmente evita que la Luz manifieste bendiciones en nuestra vida.
De acuerdo con Michael Berg: “Cada uno de nosotros tiene muchas más bendiciones que han sido preparadas y están listas para manifestarse de lo que en realidad recibimos”. Únicamente recibimos bendiciones cuando las pedimos. Este es nuestro trabajo espiritual y no es algo que resulte natural para la mayoría de nosotros. Es un trabajo difícil y requiere que enfrentemos la negatividad en nuestro interior.
Impúlsate a ir un paso más allá de lo que estás acostumbrado y pide más. Con el tiempo, comenzaremos a cultivar la certeza y, como resultado, la capacidad para continuamente esperar más; en efecto, a esperar sólo lo mejor de la vida. ¿Por qué deberíamos conformarnos con menos?
Michael Berg explica: “Cuando vemos el mundo de mayores posibilidades y observamos más allá de la superficie hasta ver la gran verdad que se encuentra detrás de los velos del ocultamiento, nuestras dudas se convierten en certeza y los milagros se vuelven posibles”.
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