jueves, 24 de noviembre de 2016

La culpa: la pesada carga que no sirve de nada y nos destruye por dentro



“Todo lo que se dice, se piensa, se siente y se hace, ya esta puesto en el Universo y no hay manera de borrarlo o regresarlo.” 

¿Te has sentido culpable alguna vez en tu vida? Sentirnos culpables es muy común en el ser humano, ya que es una de las formas aprendidos a muy corta edad. A la mayoría de nosotros alguna vez nos castigaron, golpearon o hicieron sentir mal cuando hicimos algo “malo”, eso lo único que nos decía es que éramos culpables y por lo tanto había que pagar por eso.

Por supuesto que también el sentirnos culpables es uno de los mensajes que promueven algunas religiones cuando no cumplimos con las reglas o mandatos que tiene la iglesia. Vivimos en una sociedad donde se promueve tanto la culpa que el sentirnos culpables es algo muy normal.

Las mamas suelen sentirse culpables cuando sus hijos no se portan bien o no son responsables con su vida. Cada vez que generamos un "problema" se le suele echar la culpa a alguien mas o bien culparse uno mismo por lo que los demás hacen o nos hacen. Si por alguna razón no pudimos hacer algo que dijimos (o prometimos) que haríamos, la culpa aparece y empezamos a sentirnos mal. Si no somos “normales” o no cumplimos con las reglas sociales o religiosas, el desapruebo de los demás nos empuja a sentirnos culpables y a creer que algo esta mal con nosotros.

Según el diccionario, culpa es una responsabilidad que se le otorga a alguien por una conducta que generó una cierta reacción. La culpa es toda omisión o acción imprudente o negligente que ocasiona un daño.

Culpa es sentir remordi-miento por algo que se dijo, pensó, sintió o se hizo. El remordi-miento es la emoción de dolor e insatisfacción que queda cuando algo se hizo mal o que hizo daño. Culparte es victimizarte, es tomar lo "negativo" o que no te suma de alguna situación, circunstancia o hecho. Culparte es hacerte daño a ti mismo. Sentirnos culpables o hacer sentir culpables a los demás no nos sirve de nada, sino todo lo contrario, crea más de lo mismo: más dolor, más victimas, más problemas y más pobreza.

Lo normal es que después de la culpa venga el arrepenti-miento. Sin embargo el arrepentirse al que estamos acostumbrados se relaciona con pagar una culpa, castigarnos, sufrir o hacer un sacrificio para redimirnos. Eso no sirve de nada, ya que después de sufrir o hacer el sacrificio las personas se sienten “perdonadas” (redimidas) y siguen haciendo lo mismo. La vida se convierte en un círculo vicioso donde aparece la culpa, se arrepienten, sufren o se sacrifican (pagan su culpa) y vuelven a lo mismo.

El arrepentirse no es sentir remordi-miento, sufrir y pagar una culpa, el arrepenti-miento es un cambio radical de actitud, es un cambio de conciencia. Arrepentirse es dejar ir todo eso que me hizo sentir mal y volver a nacer. De nada sirve arrepentirse si se sigue diciendo, pensando, sintiendo y haciendo lo mismo o cosas peores.

Todo lo que se dice, se piensa, se siente y se hace, ya esta puesto en el Universo y no hay manera de borrarlo o regresarlo. El sentirte culpable y castigarte a ti mismo no va a cambiar nada para bien, y si va a cambiar para mal porque al culparte te sientes mal y sigues poniendo energía negativa en el Universo y esta se multiplica y regresa a ti de la misma calidad.

Sin embargo el SER responsable y arrepentirse -es decir cambiar radicalmente de actitud, dejar ir lo que no te sirve y volver a empezar- eso si cambia las cosas para bien. No se requiere castigarse, sacrificarse o sufrir por algo que se dijo, se pensó, se sintió o se hizo "mal". Lo mejor es aprender y cambiar radicalmente de actitud. Al cambiar tu actitud cambias tu estado de consciencia y tu vida.

La culpa solamente hace daño y no soluciona nada. Mejor aprende de tus errores y empieza de nuevo retomando tus verdaderos valores como SER humano y tu verdadero poder de creación. 

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