jueves, 23 de junio de 2011

La historia de la vaca



La historia de la vaca

La historia cuenta que un viejo maestro deseaba mostrar a uno de sus discípulos la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de mediocridad y no logran superar los obstáculos y limitaciones que les impiden llegar a donde realmente pueden estar, generando su mayor y mejor versión como seres humanos. No obstante, para el maestro, la lección más importante que el joven discípulo requería incorporar era observar lo que generamos cuando finalmente nos liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero potencial. Para impartir su lección al joven aprendiz el maestro visitaría con el joven algunos de los barrios más pobres y desolados de aquella provincia.

Después de caminar un largo rato encontraron la que, sin lugar a dudas, era la más humilde de todas las viviendas. Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más distante de aquel caserío, debía ser la más pobre de todas. Sus paredes milagrosamente se sostenían en pie, aunque amenazaban con derribarse en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios que se acumulaban a su alrededor daban un aspecto decrépito a la vivienda. Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de 10 metros cuadrados pudiesen vivir ocho personas. Sus viejas vestiduras y sus cuerpos sucios y malolientes eran prueba del estado de profunda miseria reinante.

Curiosamente, en medio de este estado de escasez y pobreza total, esta familia contaba con una posesión poco común en tales circunstancias: una vaca. Una flacuchenta vaca que con la escasa leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Pero más importante aún, esta vaca era la única posesión material de algún valor con que contaba aquella familia. Era lo único que los separaba de la miseria total. Y allí, en medio de la basura y el desorden, pasaron la noche el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y sin despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano maestro le dijo a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a ver”.

Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano desató la vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, y la trasladó y soltó en un lugar muy pero muy  lejano cosa que nunca más pudieran encontrarla. Todo esto ante los incrédulos ojos del joven. Maestro, dijo el joven: “¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que amerita dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido soltar a esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia?”. Haciendo caso omiso a los interrogantes del joven, el anciano se dispuso a continuar la marcha, y maestro y discípulo partieron sin poder saber, de antemano, que sucedería con aquella familia ante la pérdida de su única posesión. Durante los siguientes días, una y otra vez, el joven era confrontado por la nefasta idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.

Un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por aquellos senderos a ver la situación de aquella familia. Buscaron la humilde posada nuevamente, pero en su lugar encontraron una casa grande. Era obvio que la desaparición de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para aquella familia, quienes seguramente habían tenido que abandonar aquel lugar y ahora, una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de aquel lugar y había construido una mejor vivienda. ¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y sus hijos? ¿Qué habría sucedido con ellos? Todo esto pasaba por la mente del joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía entre tocar a la puerta y averiguar por la situación de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.

Cual sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el hombre que un año atrás le diera morada en su vivienda. ¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año en nuestro breve paso por aquí, fuimos testigos de la profunda pobreza en que ustedes se encontraban. ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara? Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro habían sido los causantes de la desaparición de su vaca, el hombre relató como, en el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había robado al animal. El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante la desaparición de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la vaca había sido su única fuente de sustento. Incluso el poseer esta vaca le había ganado el respeto de sus “menos afortunados” vecinos, quienes envidiaban no contar con tan preciado bien.

Sin embargo, continuó el hombre, poco después de aquel trágico día, decidimos que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Así que decidimos limpiar algo del terreno de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos. Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales excedentes y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año hemos generado una vida nueva.

El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó: ¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra? Seguramente no, respondió el joven. ¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria. Al no contar más con la falsa seguridad que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de buscar algo más. En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una bendición, les había dado la sensación de poseer algo de valor y no estar en la miseria total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.

Así es cuando tienes poco. Lo poco que tienes se convierte en un castigo, ya que frecuentemente no te impulsa a buscar más. No estás satisfecho con ello, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, más no lo suficiente como para querer cambiarla. ¿Ves lo trágico de esta situación? Cuando tienes un trabajo que no te gusta en absoluto, que no suple tus exigencias económicas mínimas y no te trae absolutamente ninguna satisfacción, puede llegar a ser más sencillo tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo del cual no gustas, pero si suple algunas cosas básicas pero no te ofrece la oportunidad de progresar ni de desarrollar lo que verdaderamente te gusta; que te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte con lo poco que tienes, te quedas por comodidad, te quedas en el lugar de “confort”, que aunque limitado y mediocre, es cómodo y “seguro”.


Muchos/as de nosotros/as aún sostenemos “vacas” en nuestra vida: miedos e inseguridades que no nos permiten hacernos cargo de nuestras vidas, vidas limitadas, vínculos esclavizantes, relaciones insatisfactorias y escasas, algunas veces ingresos económicos “seguros” pero escasos, tareas que desarrollamos que no nos dejan crecer como persona, un conjunto de situaciones que nos estancan; ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir y desarrollar.

Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez que hayamos “soltado a nuestra vaca” y asumamos la responsabilidad y el compromiso de ir con todo y por todo por lo que deseamos en nuestras vidas.
Entonces, ¿Estás dispuesto a dejar ir a tu vaca? Tendrás el coraje de ir por todo y por tu mejor versión como ser humano? Tú eliges: o una vida mediocre y aparentemente segura o una vida de riesgo y plena repleta de realizaciones y plenitud.

Como dice el mitólogo y profesor Joseph Campbell: “debemos estar dispuestos a librarnos de la vida que planeamos, a modo de tener la vida que nos está esperando”

Este relato se reafirma con lo que se llama "la ilusión del punto medio". Esta ilusión nos dice que en cierto lugar, entre la ilusión completa del Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismo y una vida de completa oscuridad, hay un agradable jardín de mediocridad. Un lugar tranquilo donde podemos ver televisión, ser caricativos, reflexionar sobre espiritualidad  y acumular fondos de reserva o retiro. Destruir la ilusión del punto medio nos lleva a comprender que no hay punto medio. Estamos en el camino de la Luz o en el camino de la Oscuridad, en el camino de INTEGRIDAD o en el camino de la DESINTEGRIDAD. 

El secreto de la culminación es el de erradicar el casi. Eliminar el bastante bien y el bastante cerca. Rav Áshlag se refería frecuentemente a la perseverancia diciendo "hay un tesoro en tu ático, y una escalera con diez peldaños que conduce a él. Te detienes en el noveno. Podrías pensar que avanzaste demasiado, el mundo también podría pensar que avanzaste demasiado, pero sólo estás en el noveno peldaño, no has logrado nada".

sábado, 18 de junio de 2011

Los seres humanos somos responsables de todo lo que generamos

Los seres humanos somos responsables de todos los quiebres que recibimos, los que restan y los que suman. La mayoría, y yo en particular, soy de los que asumo 100% este principio, y aún ante mi propia carencia -por el momento- de una argumentación "científica" que lo fundamente totalmente, no me ofrece dudas que es la única forma de estar en el mundo, la única manera de generar posibilidades de transformación en mi vida y en consecuencia en el mundo. 


Y esto es por que "la única forma de causar y generar resultados contundentes y disfrutables y a largo plazo es siendo ÍNTEGROS -término que aún no es comprendido en su totalidad por la sociedad o más bien se le da otro significado al que le damos desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema. 


Entre otras cosas, estamos en Integridad, cuando asumimos la responsabilidad extrema de las consecuencias de nuestras acciones y pensa-mientos, el compromiso total de lo que emprendemos, estamos dispuestos al riesgo y a los desafíos constantes, salimos del espacio de "confort" y buscamos expresamente la incomodidad, siendo impecable con las palabras y pensa-mientos, conectando con el corazón, recibiendo para compartir. 


Cuando lo seres humanos somos íntegros podemos "confiar en todo lo que vamos a recibir, estemos en el lugar que estemos, en el contexto que sea, desvía cualquier quiebre que nos reste, del camino en el que estemos yendo". 


La dificultad, seguramente para la mayoría de las personas, es el momento que tenemos que aplicar este maravilloso e inteligente concepto en la vida cotidiana del diario vivir. Una vez que recibimos un quiebre -leve o extremo, ¿que hacemos?, ¿como respondemos?, ¿qué pensa-mientos  y conductas prevalecen?. ¿Respondemos desde la re actividad? o ¿respondemos desde la pro actividad?.

Un ejemplo personal: el martes de esta semana directamente "me dejé sacar", "deje ir" (para que se entienda mejor, es lo que se le denomina vulgarmente "robo", directamente me "robaron") la netbook de mi bolso, aquella que mi hijo, el que vive en España, me había traído. Sucedió en un segundo, en un colectivo público en un momento de un nudo humano. Seguramente una operación estudiada sigilosamente, ya que tengo la sensación que participaron varios actores del operativo de sustracción. Como generalmente sucede, al otro día tomé conciencia de una serie de pequeños hechos que evidencian con claridad este evento. Además de realizar las acciones legales correspondientes (denuncia policial, ir a la compañía de transporte para acceder a la filmación, etc.) estoy frente a un QUIEBRE, generado por mí, y de esto quiero aprender, crecer, transformarme, no puedo hacerme el distraído. Es una nueva posibilidad que el universo me entrega para elevar mi conciencia, generar Luz en mi vida.

Aquí empieza el trabajo de inteligencia, de auto indagación en las decisiones que estoy asumiendo en mi vida cotidiana. Una vez que reconozco en este evento un QUIEBRE, esto es, "una declaración interna y externa que hacemos los seres humanos a partir de un evento que nos suma en el momento o nos resta, ni "bueno", ni "malo", es la perfección lo que genera dicho quiebre, dado las decisiones que voy tomando acá están las consecuencias, es perfecto. Es comprender que finalmente si lo estoy recibiendo es porque así lo generé, así lo cause, es el inicio de la comprensión de dónde está el punto.

Y, a partir de esta comprensión, me pregunto ¿como transformo el quiebre en ECO?, esto es, pasamos de la noción de Quiebre a la de Eco cuando tenemos una "CERTEZA ABSOLUTA, de que el evento que estoy recibiendo y corta mi estado de transparencia, lo estoy recibiendo producto de lo que emití anteriormente a través de mis pensamientos y/o acciones. Es la certeza de que lo que estoy recibiendo es PERFECTO si tengo la habilidad de identificar de qué forma o formas genere, causé el ECO que estoy recibiendo. Cuando comprendo esto  tengo la certeza e identifico que me incliné hacia la "des integridad". Comprendo que provoqué un desequilibrio en mi INTEGRIDAD".

En este proceso estoy. En primer lugar y ya es un aspecto que suma, estoy trabajando en el DESAPEGO. Además del valor material, en los archivos que se fueron se encontraban todas la fotos de parte de mi historia y mi familia, música, vídeos, etc. Obviamente que mi emocional se dispara espontáneamente hacia la bronca, rabia, impotencia, venganza, molestia. En este caso se está expresando en mi, la dimensión reactiva. Ante el hecho (llamado "robo") mi reacción emocional es la molestia, el enfado, la impotencia y mi conducta hubiera sido -y digo hubiera en condicional por que logré una restricción importante de mi emocionalidad y conducta animal- y deje de actuar como la típica reacción de la mayoría, me incluyo, de la gente, informar al mundo de este evento, ¿para que?, no se, buscando comprensión, lástima, victimizarme, etc. Una serie de emociones limitantes y que no me hubieran permitido actuar pro activamente ante este hecho.


Una vez que silencias la respuesta reactiva, permites que la Luz entre en ti. Dejo ir las reacciones emocionales, dejo marchar la compu, activo el desapego, y me responsabilizo totalmente de este quiebre. Expreso mi naturaleza pro activa y vuelve la paz y aceptación, asumo la situación y dejo de reaccionar. La Luz se enciende cuando erradicamos y transformamos nuestras características reactivas limitantes y nos disponemos a crear estados de ánimo y emociones expansivas que nos permita accionar con responsabilidad. Ya estoy adquiriendo otra netbook, todo un aprendizaje, el pasado pasó ya fue. 


Cuando, ante cualquier situación o evento externo a nuestras vidas, nuestra conducta es la reacción instintiva estamos siendo meramente un efecto y no una causa, estamos siendo reactivos y no pro activos. Si en nuestra vida, ante cualquier hecho, no se produce ningún creci-miento personal o cambio de naturaleza, es que no estamos creando nuevos niveles espirituales de existencia para nosotros mismos, no estamos creando valor en nuestras vidas. Cuando permitimos que fuerzas externas, las que suman o las que restan, influyan en nuestros senti-mientos, dejamos de tener el control. Cuando nos comportamos de manera egocéntrica o nos centramos en nosotros mismos, no estamos compartiendo, sino que estamos recibiendo gratificación solo para nosotros, solo para nuestro ego. Una persona verdaderamente espiritual es alguien que sabe que es la causa y no el efecto en la vida. En términos prácticos, esto quiere decir que nadie es capaz de hacerte algo a ti, nadie ni nada es capaz de hacer daño a ti, debido a que tú creas tu realidad.

Cuando nos aferramos a la ira, el resenti--miento, el "culpar" a los demás o sentirnos "culpables", estamos ignorando una lección importante: la esencia del perdón yace en entender que, en realidad, no hay nada que perdonar. Nadie nos ha lastimado, ni podrá lastimarnos jamás. Las adversidades en mi vida es efecto de una semilla que yo mismo planté en algún momento de mi vida. La única forma de remover estas semillas antes de que echen raíces es dejar ir y confiar en la Luz.

Los atributos del comporta-miento PRO ACTIVO se pueden resumir en cuatro, ser la causa, ser un creador, tener el control y compartir (por el contrario el comporta-miento reactivo significa ser el efecto, ser una entidad creada, ser controlados por todo, recibir únicamente para uno). Tu, ¿donde eliges estar?, ¿que camino prefieres?. ¿La conducta reactiva o la pro activa?. Yo, definitivamente quiero ingresar en el espacio de la Luz, en el de la INTEGRIDAD como única manera de estar en el mundo, mi elección es la conducta PRO ACTIVA.

Buda dijo:

No creas en algo simplemente porque ha sido transmitido por muchas generaciones.
No creas en nada simplemente porque ha sido dicho y rumoreado por muchos.
No creas en nada simplemente porque esta escrito en las Sagradas Escrituras. No creas en nada meramente por la autoridad de maestros, mayores u hombres sabios.

Cree solamente después de cuidadosa observación y análisis, cuando encuentres que concuerda con la razón y que conduce a lo bueno y al beneficio de uno y todos.
Entonces acéptalo y vive según ello.


domingo, 12 de junio de 2011

Nunca es demasiado tarde para cumplir la promesa de tu alma

¨CUANDO TE DES CUENTA CUAN PERFECTO ES TODO, INCLINARAS LA CABEZA HACIA ATRÁS Y REIRAS A CARCAJADAS¨
Don Buda
 
Un domingo de junio, me levanté temprano sobresaltado por un sueño (me reservo de hacerlo público) revelador de mi propia sombra donde se evidenció un tema que de no superarlo, trabajando con responsabilidad, coraje y voluntad, no creceré espiritualmente y no obtendré Luz en mi vida.

Aún se pueden observar estrellas en un cielo oscuro y nuboso. La mayoría de los vecinos duermen sabiendo que el universo nos regaló este día para que a partir de vivenciar pequeños-grandes placeres, levantarse más tarde de lo común (sin estar observando el despertador a cada minuto), un mate con la patrona en la cama, interaccionar con nuestros hijos o nietos (presencial o virtualmente como es nuestro caso), el diario dominical un poco más gordo que los días de la semana, sin tiempos, ni urgencias, salir a caminar o jugar algún deporte alternativo, pasear despreocupados a la mascota, pero sobre todas las cosas reafirmando que seguimos siendo seres humanos y no robots y que guardamos sigilosamente un monto considerable de vida en nuestra alma. 

Reconozco que esta situación no la vivimos todos por igual. Escucho ruidos de viejos camiones cargados con cajones de verdura y fruta señal que un grupo de trabajadores están preparando la feria dominical para que algunos "privilegiados" podamos alimentarnos, a costos accesibles, con lo mejor de nuestra producción; del mismo modo los que atienden un tambo que obviamente no pueden dudar si ordeñar o quedarse entre las tibias sábanas; los guardias de seguridad que no pueden ni pestañear en cumplimiento de la responsabilidad encomendada; el personal de un hospital entregados a la misión de cuidar vidas; aviadores/as quienes se encargan de trasladar ilusiones y expectativas, entre miles de profesiones que podríamos mencionar en este espontáneo listado. 

Quiero enfatizar que, al tomar contacto con lo más obvio de nuestra vida cotidiana y darle el valor que se merecen, tenemos la posibilidad de tomar conciencia que nuestra sensibilidad está intacta y que nuestra alma esta ahí pidiendo a gritos que la despertemos, le demos vida. Que tú y yo y todos nacimos para hacer algo en este mundo que sólo cada uno de nosotros puede hacer siendo conscientes que hay fuerzas (ocultas y no tanto) más fuertes que nuestros sueños intentando impedir que lo vivamos con intensidad.

Pero nunca es demasiado tarde para cambiar. A menudo estamos bombardeados por nuestros propios pensamientos y creencias limitantes, las cuales nos mantienen estancados en el mismo lugar porque somos “demasiado mayores", "demasiado incultos", "demasiado pobres”.  Este tipo de evaluación mental viene de nuestra "sombra"  cuyo único propósito es plantearnos desafíos para que los superemos. Cuando ponemos excusas, nuestra "sombra" se fortalece y agranda y se anota un punto en el marcador.

Nunca es demasiado tarde para perseguir un sueño. Inyectemos entusiasmo en lo que se ha convertido en una rutina sin sentido. Transitemos por nuevos caminos por las que, por miedo, no nos hemos animado a transitar. Los kabbalistas enseñan que nuestras esperanzas y nuestros sueños vienen del nivel del alma, por lo que conectándonos con esos sueños estamos revelando Luz en el mundo.

Nunca es demasiado tarde para reír.

Así que, esta semana, recuerda que ya signifique encontrar ese amor veinte años más tarde de lo que imaginaste, re-significar y renovar un amor de treinta años al nuevo contexto, profundizar la relación amorosa con tus hijos/as, cambiar de rumbo profesional cuando la situación actual no te conforma, comenzar una nueva vida signada por el respeto y el cuidado a uno mismo, a los otros y a la naturaleza, nunca es demasiado tarde para cumplir la promesa de tu alma.

Hay magia cuando sigues luchando más allá de tu resistencia, la magia de darlo todo por un sueño, que nadie más ve, aparte de ti... [Million Dollar Baby]

viernes, 3 de junio de 2011

Veinte consejos de los Indígenas Norteamericanos

1. Levántate con el sol para orar. Ora sola (o). Ora frecuentemente. El Gran Espíritu oirá, ciertamente, si le hablas.

2. Sé tolerante con aquellos que han perdido el camino. La ignorancia, la presunción, la ira, los celos y la avaricia (codicia), provienen de un alma perdida. Ora para que ellos encuentren guía.

3. Búscate a ti mismo, por tus propios medios. No permitas que otros hagan tu camino por ti. Es tu senda, y sólo tuya. Otros pueden caminar contigo, pero nadie puede hacer tu camino (o caminar tu senda) por ti.

4. Trata a los huéspedes en tu casa con mucha consideración. Sírveles la mejor comida, dales la mejor cama y trátalos con respeto y honor.

5. No tomes lo que no es tuyo, sea de una persona, una comunidad, de la selva o de una cultura. No fue dado ni ganado. No es tuyo.

6. Respeta todas las cosas que están sobre esta tierra, sean personas o plantas.

7. Honra los pensamientos, deseos y palabras de todas las personas. Nunca los irrumpas, ni te burles de ellos, ni los imites de manera grosera. Permite a cada persona el derecho a su expresión personal.

8. Nunca hables de los demás de mala manera. La energía negativa que pones en el universo se multiplicará cuando retorne a ti.

9. Todas las personas comenten errores. Y todos los errores pueden ser perdonados.

10. Malos pensamientos causan enfermedad a la mente, al cuerpo y al espíritu. Practica el optimismo.

11. La naturaleza no es PARA nosotros. Es PARTE de nosotros. Ella es parte de tu familia del mundo.

12. Los niños son las semillas de nuestro futuro. Siembra amor en sus corazones y riégalos con sabiduría y lecciones de vida. Cuando crezcan, dales espacio para crecer.

13. Evita herir los corazones de los demás. El veneno de tu sufrimiento retornará a ti.

14. Sé verdadero (veraz) todo el tiempo. La honestidad es la prueba de la voluntad de uno en este universo.

15. Consérvate balanceado. Tu persona Mental, tu persona Espiritual, tu persona Emocional, y tu persona Física: todas tienen la necesidad de ser fuerte, puras y saludables. Ejercita al cuerpo para fortalecer la mente. Crece mucho espiritualmente para curar enfermedades emocionales.

16. Haz decisiones conscientes acerca de quién serás y acerca de cómo reaccionarás. Sé responsable por tus propios actos.

17. Respeta la privacidad y el espacio personal de los demás. No toques la propiedad personal de los demás, especialmente los objetos sagrados y los objetos religiosos. Esto está prohibido.

18. Sé verdadero ante ti mismo primero que todo. No puedes nutrir y ayudar a otros si no puedes nutrirte y ayudarte a ti mismo primero.

19. Respeta las creencias religiosas de los demás. No impongas en los demás tus propias creencias.

20. Comparte tu buena fortuna con los demás. Participa en la caridad.

jueves, 2 de junio de 2011

Proyecto de Vida

Continuación del Proyecto de mi Vida...

¿En que tiempo ocurrirá?
  •        ¿Cuándo empieza? 
  •        ¿Cuándo termina?

¿Qué recursos requiero?
  •        Detalla los recursos requeridos para producir el logro
  •        Humanos, materiales, técnicos, competencias, dinero

¿Con que recursos dispongo?
  •       Inventario de fortalezas y oportunidades
  •       Qué ofertas puedo hacer?
      • ¿a quién?
      • ¿para cuándo?

¿Qué recursos me están faltando? 

  • Inventario de limitaciones y amenazas.
  • ¿Que requiero pedir?
      • ¿a quién?
      • ¿para cuando?

¿Quién participará en el proyecto? 

  • ¿Con quién/es requiero coordinar acciones? 
  • ¿Quiénes estarán involucrados?

¿Cuáles son las condiciones para el lanzamiento? 

  • ¿Qué acciones tengo que hacer para iniciar el proyecto?
  • ¿Para cuándo? 
  • ¿Qué compromisos declaro para la primera semana? 
  • ¿Qué compromisos declaro para la segunda semana? 
  • ¿Qué compromisos declaro para la tercera semana?

¿Cómo son las relaciones de confianza?
  • ¿Qué juicios de confianza tengo respecto a mi persona?
  • ¿Qué juicios de confianza tengo respecto a las personas con las que necesito coordinar acciones?
  • ¿Qué juicios de confianza tienen ellos respecto a mí?
  • ¿Qué puedo hacer para construir confianza? 
  • ¿Qué necesito pedir/ofrecer/ prometer?