jueves, 12 de diciembre de 2019

Cuando mueren los apegos, nace la libertad emocional

Solemos hacernos conscientes de la esclavitud emocional a la que estamos sometidos cuando nuestro corazón se resquebraja. Esto sucede cuando una relación nos duele, bien porque nos esclaviza estrangulando nuestra libertad emocional, bien porque algo dentro de nosotros se ha roto al tener que decir adiós.
Hoy te dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy comienzo a valorarme. Hoy salgo adelante. Hoy te dejo de esperar.
Ante estas situaciones, sentimos que el mundo se apaga y que una ola de dolor inmenso se cierne sobre nosotros impidiéndonos respirar. Esto es el ahogo emocional y, su ingrediente clave, la dependencia.
Pero, a veces, llega el momento de dejar en libertad lo que atábamos y lo que nos ata y comenzar una nueva vida, porque la esclavitud emocional ahoga. Y es en ese momento en el que no nos vemos capaces de hacer nada sin ir de la mano de esa persona o, simplemente, de alguien que nos guíe.
Chica sonriendo bajo la lluvia tras alcanzar la libertad emocional

Disfrutar de la soledad de uno mismo para ser feliz en pareja

«Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. 
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo.

Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.»
-En Once Minutos, de Paulo Coelho-
La mejor manera de ser feliz con alguien es aprendiendo a ser feliz estando solo. ¿Por qué? Porque de esa manera la compañía se convierte en elección y no en necesidad.
Entendemos el amor de forma errónea porque la clave no es el “te necesito en mi vida” sino el “te prefiero en mi vida”. No atender a los sentimientos y necesidades de posesión nos ayudará a vivir en paz con nosotros mismos y nos devolverá la libertad emocional.

Dejar de esperar, la clave de la libertad emocional

Mujer triste en un árbol sin libertad emocional
Tu verdadera libertad emocional llega cuando empiezas a comprender quién eres y de lo que eres capaz. Es tu independencia, ese ansiado trofeo, la que obtienes cuando te desatas, te deshaces de tus cuerdas y miras hacia adelante sin necesitar a alguien que te lleve de la mano.
No poseer y que no te posean es la mejor experiencia de libertad que podemos tener. Porque sentir algo como propio siempre significa, de alguna forma, vivir al lado de la esclavitud.

Nuestra dependencia es la que nos hace esclavos, sobre todo si es nuestra autoestima la que depende de algo o de alguien. El necesitar la alabanza, el cariño o la atención de alguien hace que dejemos de ser dueños de nuestro destino.
No son los demás los que nos dañan, sino que somos nosotros los que damos validez a sus opiniones y a sus acciones. Nadie puede hacerte daño sin el consentimiento de tu Yo interno, lugar en el que está el pilar que sostiene tu arquitectura emocional.
Así que la autoconfianza y la autoestima cuidadas son las mejores herramientas para decir adiós a los apegos insanos e innecesarios que merman nuestra vitalidad y nuestras ganas de realizarnos.
«Sigo mal, y seguiré peor, pero voy aprendiendo a estar sola, y eso ya es una ventaja y un pequeño triunfo.»
-Frida Khalo-
Tenemos que ser los primeros en respetarnos, dejando de lado las expectativas sobreaprendidas que nos dicen que solo somos amados si nos necesitan y que el amor solo es amor si vivimos por y para él.
Imagen destacada cortesía de AJ Cass

Toda emoción mal canalizada genera un síntoma en el cuerpo

¿Cuánta amargura, se necesita para que se convierta en diabetes? ¿Cuánta soledad, rencor o insatisfacción se requiere para manifestar un cáncer?
¿Cuánta ira, se precisa para que se convierta en gastritis? ¿Cuántas emociones no digeridas necesitas, para que se convierta en problemas estomacales? ¿Cuántas palabras no dichas y guardadas te has callado, para que se transformen en problemas en tu garganta o tiroides?
¿Cuántas insatisfacciones, son necesarias para que se originen las infecciones? ¿Cuánta falta de amor, se requiere para que se genere una dermatitis? ¿Y cuál será la dosis de abandono, para la obesidad? ¿Cuánto dolor y emoción seguirás guardando para que tú cuerpo lo manifieste en fibromialgia?
Toda emoción o sentimiento mal canalizado causa una enfermedad y despierta un patrón repetitivo emocional ancestral dormido. ¿Cuánto tiempo más quieres esperar para resolver eso que es importante resolver en tu vida?
¿En dónde está tu límite para decir “ya basta”, y tomar acciones reales, concretas, para cambiar esa historia que te lleva al hartazgo de tu vida?, porque sabes que esas situaciones no cambiarán solas, pero si te vas dando cuenta que con el tiempo si van empeorando.
Atrévete a realizar el cambio que necesitas, que te permita cambiar esa percepción que hasta ahora tienes y puedas fluir como el agua viva, y recuperar la chispa de vida que está dentro de ti.

La biodescodificacion: el tabaco

El tabaquismo, está relacionado con conflictos de madre y territorio. Es común que la madre de un fumador sea una madre firme, que da por hecho que su hijo o hija es fuerte, que de ninguna manera espera verlo o verla fracasar. Por lo tanto, la persona desea llenar ese vacío de cariño materno (territorio) con “humo”. Y no significa que las madres no amen, sino que no lo saben expresar de la manera en que el hijo espera.

Hay madres muy cariñosas, que dan besos y abrazos, pero cuando el hijo pide algo, expresa algo, pregunta algo, la madre dice cosas como: “Ay que tonto”, “Tú y tus cosas”, “Qué no piensas?”, “Ay eso no es importante”. La madre lo toma como una broma, una tontería sin importancia, por lo tanto la persona siente que no es amada ni respetada.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?

El tabaco es madre y territorio.

Resentir:
🔹 “Me siento apartado del territorio, me siento apartado de mi madre”.
🔹 “Me siento invadido en el territorio, invadido por mi madre”.

Los pulmones: simbolizan la idea de libertad y comunicación, y las personas intentan crear esa libertad (que no tienen con su madre) y esa comunicación (que no tienen con su madre), fumando.
Pero como esas creaciones no son reales, y como la persona ve que no logra ese real acercamiento materno, continúa fumando.

¿Cuál es la emoción biológica oculta?

-Huyo de mí mismo.
-Tengo miedo de fracasar.
-No sé amarme y mucho menos expresarlo.

Marta Susana Duca.

Analfabetismo emocional, usando más el cerebro que nuestro corazón

Muchas personas han aprendido, debido a infancias difíciles, familias disfuncionales, ambientes de trabajo altamente competitivos o eventos traumáticos, que las emociones son una vulnerabilidad. Son una debilidad, un callejón sin salida que le quita tiempo y energía a actividades más productivas, son incontrolables, nunca apropiadas y algo que se debe controlar o evitar de manera rígida.


Hay muchas maneras de evitar enfrentar nuestras emociones. Es decir, cuántas veces hemos escuchado, “Estaré bien mientras tenga algo que hacer para distraerme“. Bueno, tu mente no es realmente el problema, ¿o sí? La idea es usar la mente como un medio para ocupar toda nuestra atención y energía para que no podamos sentir.
Por qué tenemos tendencia al analfabetismo emocional

Todo esto, ya sea anestesiando nuestras vidas mediante el alcohol o el tabaco, o siendo severamente prácticos, mediante la adicción al trabajo o comiendo demasiado o poco, nos aleja de nuestras emociones en la medida en que nos volvemos funcionalmente analfabetos con respecto a nuestras emociones.

Esto es común para los veteranos que regresan de múltiples recorridos en zonas de guerra o fuerzas especiales en cualquier capacidad. Las emociones, además de aquellas formas muy atrofiadas, útiles para la unidad de cohesión y la finalización de una misión, son prácticamente extirpadas a través del entrenamiento y la experiencia. Cuando regresan a la vida civil, muchos no pueden simplemente reencontrarse con sus emociones y seguir adelante.


No tienen conexión con el espectro completo de las emociones y deben volver a aprender cosas tan simples como el hecho de que están experimentando una emoción, cuál es el espectro completo de las emociones.

Lo que es sorprendente es cuántas personas que nunca han ido a una guerra tienen exactamente los mismos problemas. Han reprimido sus emociones durante tanto tiempo que ya no reconocen cuándo las están teniendo o cuando lo hacen las niegan inmediatamente y las reemplazan por otra cosa.

No reconocer las emociones impide que nos liberemos


Las emociones son “tu alma” que te habla acerca de las verdades profundas y contienen asombrosos dones de sabiduría en ellas. La única forma de recibir esos regalos y alcanzar la verdad es sintiendo, no solo razonando.
Liberar las emociones nos libera

Es altamente productivo dejar de estar en un programa de productividad cuando surge una emoción porque la emoción va a ofrecer más sabiduría y bienestar y salud que cualquier otro proyecto.

Las emociones te llevarán a liberar equipaje, a resolver misterios, a iluminar el camino que debes seguir y a aprender qué significa vivir la vida que te mereces. Entonces, ¿cómo se accede a ellas? No es necesario, ellas tendrán acceso a ti. La idea es dejar de bloquearlas a través de mecanismos de afrontamiento y eso significa que la primera sensación con la que te enfrentarás es la que conoces mejor: el miedo. No te preocupes, lo único que tienes que temer es al miedo mismo.


Las actitudes y los estados de ánimo son contagiosas

Tanto las actitudes como los estados de ánimo resultan ser contagiosos, y más aún cuando permanecemos expuestos a ellos durante mucho tiempo. Gran parte de la responsabilidad depende de las neuronas espejo o cubelli, fundamentales para la empatía y para poder ponernos en el lugar de los demás. Esta habilidad es positiva, pero también tiene un impacto negativo, porque podemos propagar fácilmente la negatividad de quienes nos rodean.


La negatividad genera más negatividad

Aunque no siempre estamos dispuestos a admitirlo, un estudio realizado por la Universidad de Indiana ha revelado que las opiniones de los demás nos afectan e influyen en nuestro comportamiento. Estos psicólogos han encontrado que las opiniones negativas tienen un mayor impacto y generan un cambio de actitud en comparación con las opiniones positivas.

En el experimento, los participantes examinaron varios productos. Luego compartieron sus opiniones con los demás, tanto positivas como negativas. Los investigadores encontraron que las opiniones negativas influenciaron las actitudes de los participantes hacia los productos, haciéndolos sentir aún peor. Y lo peor es que aquellos que anteriormente tenían una actitud positiva eran los más susceptibles a la influencia de las opiniones negativas de los demás.

Además, cuando la gente tenía la oportunidad de interactuar cara a cara con aquellos que tenían estas opiniones negativas, era más probable que fortalecieran su actitud negativa y se apreciaba una polarización aún mayor. Este experimento lanza un mensaje claro: la negatividad genera más negatividad.
La tristeza se propaga como un virus

Los psicólogos de la Universidad de Harvard han analizado el vínculo entre los estados emocionales y los modelos relacionales. No tuvieron en cuenta las emociones espontáneas o compartidas que a menudo experimentamos cuando compartimos las mismas experiencias con otras personas, sino que se centró en el impacto de los cambios emocionales que afectan los estados afectivos de las personas más cercanas a nosotros.

Han descubierto así que existe un “patrón de propagación”, como para los virus, y que las fuentes de contagio son mayores en el caso de la tristeza que la felicidad. En otras palabras, cada amigo feliz aumenta nuestras posibilidades de ser felices en un 11%, pero solo necesitamos un amigo triste para duplicar nuestras posibilidades de ser infelices.


Estos psicólogos concluyen que las emociones negativas son como la gripe: cuantos más amigos tengas que padezcan gripe, mayores serán las probabilidades de infectarse, lo mismo se aplica a la tristeza y la desesperación.

También la hostilidad y el mal humor son contagiosos


Rápidamente percibimos el mal humor y la hostilidad, y tan pronto como lo hacemos, algo cambia en nuestro cerebro, cambia nuestra forma de percibir el mundo. Interpretamos las interacciones más groseramente, y esto nos hará asumir la misma actitud que terminará difundiéndose.

Esto fue demostrado por psicólogos de la Universidad de Florida que pidieron a un grupo de personas que asistieran a una reunión con un compañero asignado al azar. Descubrieron que aquellos que habían estado expuestos a actitudes groseras eran más propensos a ser groseros con su próxima pareja. Y lo interesante es que esta actitud podría durar toda una semana.

En un segundo momento, pidieron a los participantes que identificaran las palabras en una serie de letras confusas. Vieron de esta manera que aquellos que habían sido expuestos a una actitud grosera eran más propensos a encontrar palabras relacionadas con emociones negativas. Esto muestra que las interacciones que mantenemos actúan como un filtro, por lo que si estamos expuestos a interacciones negativas, tenderemos a analizar todo desde un punto de vista más negativo y eso es exactamente lo que veremos.
Rodéate de personas que sacan lo mejor de ti

Incluso si no lo queremos, los estados de ánimo de las personas que nos rodean pueden terminar teniendo un gran impacto en nuestras emociones y actitudes. Es por eso que es importante tener mucho cuidado al elegir a quién dejamos ingresar en nuestro círculo íntimo.

Estar constantemente expuestos al mal humor y la negatividad terminará presentando una factura para pagar, por lo que es crucial estar rodeado de personas que puedan sacar lo mejor de nosotros. Por supuesto, también tenemos que asegurarnos de convertirnos en personas con quienes los demás puedan percibir una energía positiva.

La buena noticia es que cuando somos conscientes del hecho de que existe un contagio emocional, podemos actuar como equilibradores de jugadores al alentar a los demás a centrarse en el lado más positivo de las cosas. Es cierto que las emociones positivas son mucho menos contagiosas, pero sigue siendo el mejor regalo que podemos hacerle a alguien cuando está pasando por un mal momento.



La libertad infinita es nuestra naturaleza.

Si estás durmiendo con el enemigo.
Noche tras noche.
Es porque así lo has elegido.
La libertad infinita es nuestra naturaleza.
Porque somos infinitos.
El enemigo no quiere tu felicidad.
Sólo le interesa su propia felicidad.
Y te usa a ti para alcanzar sus fines.
Te destrata y luego te pide perdón.
Y como te pide perdón le das una oportunidad.
Y vuelve a destratarte y vuelve a pedir perdón.
Y volverá a destratarte porque sabe que lo perdonarás.
La educación religiosa que hemos recibido nos ha inculcado que es necesario perdonar una y otra vez.
Porque el que ama mucho perdona mucho.
Pero una cosa es perdonar y otra es darle nuestro amor a alguien que no lo merece, que sólo quiere aprovecharse de nuestra debilidad.
No se debe confundir amigo con enemigo.
Nuestra intuición nos avisa cuando estamos en la cama equivocada.
Pero nuestros hábitos son tan fuertes que nos llevan al mismo sitio donde nos espera el maltrato.
Hasta que un día nos cansamos.
Ese día decimos "basta"......
He aprendido.
Usaré mi libertad infinita para compartir mi corazón con otro ser que quiera mi felicidad tanto como la suya.
No se trata de más o menos inteligencia.
Sino de un lento y gradual aprendizaje que todas las formas de vida deben experimentar para alcanzar la maestría suprema de la vida.

- Martín Macedo-

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Cuando te vuelves consciente, aparece tú Yo Interno


Cuando dejas de sentir carencias, todas las cosas vuelven a ti.
Cuando cesas de pelearte con el mundo, todos se acercan para hablarte de amor.
Cuando aceptas, transformas.
Cuando te atreves a intentar lo nuevo, desaparecen los condiciona-mientos y el mundo te sorprende.
Cuando te vuelves blando como el agua, penetras todos los poros de la tierra.
Cuando comienzas a mirarte, desaparece el mundo.
Cuando dejas ir lo que no es para tí, ese vacío atrae lo que realmente te pertenece.
Cuando te pierdes, te encuentras.
Cuando te decides, esa determinación encuentra a quién eres, y te susurra lo que quieres.
Cuando renuncias a la guerra, ganas la batalla.
Cuando aquietas tu mente, todo un universo se pone a tus pies.
Cuando no te apresuras, todo se acerca hacia tí.
Cuando dejas de querer controlar, el mundo se acomoda a sí mismo.
Cuando eliges no reaccionar, cambia el resultado .
Cuando aceptas los cambios y la incertidumbre, dejas de sufrir.
Cuando te vuelves humilde, el mundo te pertenece.
Cuando te encuentras a tí mismo, cesa la búsqueda.
Cuando abrazas tu dolor, lo conviertes en amigo.
Cuando te vuelves consciente, aparece tú Yo Interno.