domingo, 8 de abril de 2012

El Tao de los líderes por John Eider

El Tao de los Líderes, que es el Tao Te Ching de Lao Tse adaptado a la nueva era. El original es del siglo V a.C. y estaba destinado a los sabios de la época.  Se basa en tres temas:

1. La ley natural, o cómo se generan los eventos.
2. Una manera de vivir, o cómo vivir en armonía consciente con la ley natural.
3. Un método de liderazgo, o cómo dirigir o educar a otros de acuerdo con la ley natural.

  • El líder sabio no presiona para que las cosas ocurran, sino que permite que el proceso se despliegue por sí mismo.
  • El líder enseña más con el ejemplo que predicando a los demás cómo deberían ser.
  • El líder sabio no busca ni mucho dinero ni mucha alabanza. Sin embargo, halla bastante de ambas.
  • La gente aprende mucho cuando está abierta a todo y no sólo a imaginar lo que agrada al maestro. 
  • Una persona con los pies en la tierra hace lo que se requiere y lo hace con mayor eficacia que la persona que sólo está ocupada.
  • El liderazgo lúcido es servicio, no egoísmo
  • De mirar el movi-miento del agua, el líder aprende que, en la acción, el momento propicio lo es todo.
  • Cuando los miembros de un grupo tienen tiempo para reflexionar, pueden ver con mayor claridad lo esencial de sí mismos y de los demás.
  • Mientras más te liberes de tu empeño, y mientras más abierto y receptivo estés, con más facilidad sabrás qué está ocurriendo. 
  • Recuerda que tu deber es facilitar el proceso de otros. No controles.
  • El líder esmeradamente educado tiende a actuar según tal o cual modelo teórico. Mejor es una respuesta directa a lo que ocurre aquí y ahora.
  • La mayoría de la gente busca estímulos y novedades, pero el líder sabio prefiere lo común y natural.
  • El líder centrado y aterrizado (centro y tierra) puede trabajar sin peligro con gente voluble y con grupos en situaciones críticas.
  • El líder centrado y aterrizado tiene estabilidad y conciencia de sí.
  • Los miembros de un grupo necesitan al líder para guiarse con facilidad. El líder genera gente con la cual trabajar y a la cual servir. Si unos y otros no reconocen la mutua ganas de amarse y respetarse, unos y otros se perderán. 
  • El líder sabio sabe que es mucho más importante estar satisfecho con lo que está generando que enfadarse por lo que debería ocurrir y no ocurre.
  • Si el líder pierde de vista lo que está generando, las querellas y el miedo devastarán el grupo.
  • El líder no juzga a nadie y atiende tanto a la buena persona como a la mala persona. No siquiera importa si la persona miente o dice la verdad. Estar abierto y atento es más importante que juzgar.
  • El líder no se deja tentar por ofertas desleales ni amenazas. La integridad del líder no es idealista, sino que descansa en una evolución pragmático de cómo funcionas las cosas.
  • Cuantas menos reglas, mejor. Las reglas disminuyen la libertad y la responsabilidad. Imponer reglas es coercitivo y manipulador, lo cual merma espontaneidad y consume la energía del grupo.
  • El líder sabio tiene respeto por toda persona y tema que se dirija a él. No desecha ningún encuentro por considerarlo insignificante. Siempre dice la verdad.
  • El buen liderazgo consiste en motivar a la gente hacia sus más altos niveles mediante la oferta de oportunidades, no de obligaciones. Así es como ocurren las cosas naturalmente. La vida es una oportunidad, no una obligación.
  • Nadie te puede decir qué hacer. En esto consiste tu libertad. En esto consiste tu responsabilidad.
  • El líder sabio sigue el orden natural de las cosas y no toma como modelo la sociedad de consumo.
  • Si quieres ser libre, aprende a vivir con sencillez.
Tomado del libro "El éxito fue la confianza" de Koldo Saratxaga y Jabi Salcedo


 

    domingo, 1 de abril de 2012

    El halcón que aprendió a volar


    Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara.

    Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.

    El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó, entonces, la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces, decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.

    A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte, “Traedme al autor de ese milagro”. Su corte rápidamente le presentó a un campesino.

    El rey le preguntó: - ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?

    Intimidado el campesino le dijo al rey: 

    - Fue fácil mi rey. Sólo corte la rama, y el halcón voló. 
    - Se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.

    Muchas veces tenemos que romper nuestra propia rama para poder DESPERTAR. Nuestra rama nos da seguridad, a pesar de que en verdad deseemos volar. Queremos volar, pero no te sientes capaz, temes dar ese salto y abrir tus alas. Por eso, muchas veces deseas ser feliz, pero no haces nada para cambiar porque, realmente, estás muy a gusto en tu rama, en tus excusas para no hacer nada.

    Atrévete a soltar esa rama e intenta abrir tus alas. Olvida tus miedos e inténtalo...una, dos... diez... mil veces... hasta conseguir lo que deseas. Abre tus alas y empieza a sonreír. Tu felicidad te está esperando... tan sólo tienes que confiar en ti mismo/a.


    viernes, 23 de marzo de 2012

    Cuando me amé de verdad

    Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
    circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
    correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

    ... Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”

    Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
    mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
    contra mis propias verdades.
    Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”

    Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
    diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
    mi crecimiento.
    Hoy eso se llama…”MADUREZ”

    Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
    ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
    para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
    momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
    Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”

    Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
    no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
    que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
    egoísmo.
    Hoy se llama…”AMOR PROPIO”

    Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
    de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
    Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
    y a mi propio ritmo.
    Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”

    Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
    con eso, erré menos veces.
    Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”

    Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
    preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
    donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
    Y eso se llama…"PLENITUD”

    Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
    decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
    tiene una gran y valiosa aliada.
    Todo eso es…"SABER VIVIR!"

    "No tengamos miedo: 
    …los planetas también chocan, y del caos, nacen las estrellas."

    Charles Chaplin

    "La gente que me gusta"


    Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. 

    Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios. 

    Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio. 

    Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. 

    Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. 

    A estos los llamo mis amigos. 

    Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. 

    Me gusta la gente que con su energía, contagia. 

    Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. 

    Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. 

    Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. 

    La gente que lucha contra adversidades. 

    Me gusta la gente que busca soluciones. 


    Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. 

    Me gusta la gente que tiene personalidad. 

    Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón. 

    La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE. 

    Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.


    Mario Benedetti

    jueves, 22 de marzo de 2012

    Recibir para compartir versus recibir solo para si mismo

     

    Kabbalah significa RECIBIR, el principio y postulado que marcan la esencia de esta gran propuesta para la humanidad. Se basa en la comprensión de que los seres humanos venimos a este mundo a RECIBIR PARA COMPARTIR Y NO A RECIBIR SOLO PARA SI MISMO. 

    La kabbalah muestra con fundamentos inteligentes, específicos y pragmáticos: 
    • que todo lo que genera y causa el ser humano es a partir del legítimo derecho que tenemos los humanos de "recibir",
    • qué generamos cuando compartimos,
    • y qué generamos cuando no lo hacemos y solo "recibimos" para nosotros mismos.
    El deseo de Recibir lo atraemos, por ejemplo, cuando vemos la posesión material o espiritual de otra persona y se despierta en nosotros un deseo por poseer algo similar. Entonces vamos y la adquirimos. Es loable, hasta aquí no hay problema.

    El Deseo de Recibir Sólo para Sí Mismo lo atraemos cuando poseemos algo material y aún así nos resentimos y envidiamos al vecino por haber comprando lo mismo, aunque esto no afecte a nuestras posesiones. En otras palabras, cuando pensamos que sólo nosotros deberíamos poseerlo.

    El cuerpo humano, con todos sus deseos intensos, es una expresión pura de lo que la Kabbalah llama “inteligencia reactiva”. Si no se supervisa, el cuerpo se convierte en un agujero negro, su propia atracción gravitatoria (también conocida como el deseo de recibir para sí mismo) se vuelve tan grande que succiona todo lo que está a su alrededor.

    El alma, sin embargo, es la manifestación de la inteligencia proactiva de la Luz. Quiere estar en control, no bajo el control, de las circunstancias externas. Quiere probar la esencia espiritual de la vida.

    Allí yace la mayor decisión en cada vida, decidir entre el cuerpo y el alma, entre el deseo reactivo y el deseo proactivo, entre la Luz y la oscuridad.

    lunes, 12 de marzo de 2012

    Indignados y "ocupas" por Leonardo Boff

    El tema central era «democracia ya». Se reivindicaba otra democracia, bien diferente de esta a la que estamos acostumbrados, que es más farsa que realidad. Quieren otra democracia que se construya a partir de la calle, de las plazas, el lugar del poder originario. Una democracia desde abajo, articulada orgánicamente con el pueblo, transparente en sus procedimientos y no corroída nunca más por la corrupción. Esta democracia, de entrada, se caracteriza por vincular justicia social con justicia ecológica. 

    Curiosamente, los indignados, los ocupas y los de la primavera árabe no se remiten al clásico discurso de las izquierdas, ni siquiera a los sueños de las distintas ediciones del Foro Social Mundial. Nos encontramos en otro tiempo y ha surgido una nueva sensibilidad. Se postula otro modo de ser ciudadano, incluyendo poderosamente a las mujeres antes invisibilizadas, ciudadanos con derechos, con participación, con relaciones horizontales y transversales facilitadas por las redes sociales, por el móvil, por el twitter y por los facebooks. 

    Nos encontramos ante una verdadera revolución. Antes las relaciones se organizaban de forma vertical, de arriba abajo. Ahora lo hacen de forma horizontal, hacia los lados, en la inmediatez de la comunicación a la velocidad de la luz. Este modo representa el tiempo nuevo que estamos viviendo, el de la información, del descubrimiento del valor de la subjetividad, no aquella de la modernidad, encapsulada en sí misma, sino la de la subjetividad relacional, la de la emergencia de una conciencia de especie que se descubre dentro de una misma y única Casa Común, que amenaza ruina a causa del excesivo pillaje practicado por nuestro sistema de producción y de consumo. 

    Esta sensibilidad no tolera ya más los métodos del sistema para superar la crisis económica y derivadas, saneando los bancos con el dinero de los ciudadanos, imponiendo una severa austeridad fiscal, el desmantelamiento de la seguridad social, el abaratamiento del empleo, el recorte de las inversiones, suponiendo ilusamente que de esta forma se reconquista la confianza de los mercados y se reanima la economía. 

    Tal concepción se ha vuelto dogma y en muchas partes se oye la estúpida muletilla \"TINA: there is no alternative”, no hay alternativa. Los sacrílegos sumos sacerdotes de la trinidad nada santa formada por el FMI, la Unión Europea y el Banco Central europeo han dado un golpe financiero en Grecia e Italia, y han impuesto allí a sus acólitos como gestores de la crisis, sin pasar por el rito democrático. 

    Todo es visto y decidido desde la óptica exclusiva de lo económico, rebajando lo social y aumentando el sufrimiento colectivo innecesario, la desesperación de las familias y la indignación de los jóvenes porque no consiguen trabajo. Todo esto puede desembocar en una crisis de consecuencias dramáticas. 

    Paul Krugmann, premio Nobel de economía, pasó unos días en Islandia para estudiar la forma como ese pequeño país ártico salió de su crisis avasalladora. Siguieron el camino correcto que otros también deberían haber seguido: dejaron quebrar a los bancos, pusieron en prisión a los banqueros y especuladores que practicaron desfalcos, reescribieron la constitución, garantizaron la seguridad social para evitar el colapso generalizado y consiguieron crear empleo. Consecuencia: el país salió del atolladero y es uno de los países nórdicos que más crece. 

    El camino islandés ha sido silenciado por los medios de comunicación de masas mundiales por temor a que sirva de ejemplo a los demás países. Y así el carruaje, con medidas equivocadas pero coherentes, corre veloz hacia el precipicio. Contra este curso previsible se oponen los Indignados. Quieren otro mundo más amigo de la vida y respetuoso de la naturaleza. Tal vez Islandia les servirá de inspiración. ¿Hacia dónde irán? Quién sabe. Seguramente no en la dirección de los modelos del pasado, ya agotados. 

    Irán en dirección de aquello que decía Paulo Freire de lo «inédito viable» que nacerá de ese nuevo imaginario y que se expresa, sin violencia, dentro de un espíritu democrático-participativo. En cualquier caso, el mundo ya nunca será como antes, y mucho menos como a los capitalistas les gustaría que fuese. 


    Leonardo Boff 

    viernes, 9 de marzo de 2012

    Del ficticio gen egoísta al carácter cooperativo del genoma humano

    Los tiempos de crisis del sistema como los que vivimos favorecen una revisión de conceptos y el ánimo para proyectar otros mundos posibles que hagan realidad lo que Paulo Freire llamó lo “inédito viable”.
    Es sabido que el sistema capitalista imperante en el mundo es consumista, visceralmente egoísta y depredador de la naturaleza. Está llevando a toda la humanidad a un impasse pues ha creado una doble injusticia: ecológica, por haber devastado la naturaleza, y social, por haber generado una inmensa desigualdad social. Simplificando, aunque no tanto, podríamos decir que la humanidad se divide entre aquellas minorías que comen hasta hartarse y aquellas minorías que se alimentan insuficientemente. Si en este momento quisiéramos universalizar el tipo de consumo de los países ricos para toda la humanidad, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a la actual.
    Este sistema pretendió encontrar su base científica en la investigación del zoólogo británico Richard Dawkins que hace treinta y seis años escribió su famoso El gen egoísta (1976). La nueva biología genética ha demostrado que ese gen egoísta es ficticio, porque los genes no existen aislados, constituyen un sistema de interdependencias formando el genoma humano, que obedece a tres principios básicos de la biología: la cooperación, la comunicación y la creatividad. Es, por lo tanto, lo opuesto al gen egoísta. Esto es lo que han demostrado nombres notables de la nueva biología como la premio Nobel Barbara McClintock, J. Bauer, C. Woese y otros. Bauer denunció que la teoría del gen egoísta de Dawkins «no se funda en ningún dato empírico». O peor, «sirvió de justificación biopsicológica para legitimar el orden económico anglonorteamericano» individualista e imperial (Das kooperative Gen, 2008, p.153).
    De esto se deriva que si queremos conseguir un modo de vida sostenible y justo para todos los pueblos, aquellos que consumen mucho deben reducir drásticamente sus niveles de consumo. Esto no se conseguirá sin una fuerte cooperación, solidaridad y una clara autolimitación.
    Detengámonos en esta última, la autolimitación, pues es una de las más difíciles de alcanzar debido al predominio del consumismo, difundido en todas las clases sociales. La autolimitación implica una renuncia necesaria para respetar a la Madre Tierra, para tutelar los intereses colectivos y para promover una cultura de la sencillez voluntaria. No se trata de no consumir, sino de consumir de forma sobria, solidaria y responsable con nuestros semejantes, con toda la comunidad de vida y con las generaciones futuras, que también deben consumir.
    La limitación es, además, un principio cosmológico y ecológico. El universo se desarrolla partir de dos fuerzas que siempre se autolimitan: las fuerzas de expansión y las fuerzas de contracción. Sin ese límite interno, la creatividad cesaría y seríamos aplastados por la contracción. En la naturaleza funciona el mismo principio. Las bacterias, por ejemplo, si no se limitasen entre sí y una de ellas perdiese los límites, en muy poco tiempo ocuparían todo el planeta desequilibrando la biosfera. Los ecosistemas garantizan su sostenibilidad por la limitación de los seres entre sí, permitiendo que todos puedan coexistir.
    Pues bien, para salir de la actual crisis necesitamos sobre todo reforzar la cooperación de todos con todos, la comunicación entre todas las culturas y gran creatividad para diseñar un nuevo paradigma de civilización. Hay que dar un adiós definitivo al individualismo que sobredimensionó el “ego” en detrimento del “nosotros”, que incluye no sólo a los seres humanos sino a toda la comunidad de vida, a la Tierra y al propio universo.
    Leonardo Boff