jueves, 16 de marzo de 2017

Resaca emocional

Muchas veces recordamos momentos o situaciones sin saber muy bien por qué. Otra veces, no sabemos que nos acordamos de un instante concreto hasta que algo o alguien nos despierta ese recuerdo.


En otras ocasiones nos gustaría olvidar un hecho y no lo conseguimos y, al revés, queremos acordarnos de algo y nos quedamos ‘en blanco’. Nuestra memoria funciona como un sistema de interconexiones neuronales que” tiene relación con nuestro mundo externo y con el interno”.

Lila Davachi es profesora asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York y del Centro de la Ciencia Neural. Es también la investigadora principal del estudio que se presenta en el artículo “Los estados emocionales del cerebro mantienen y mejoran la formación de la memoria futura” publicado por la revista Nature Neuroscience en diciembre de 2016. Los resultados de la investigación indican que “las medidas neuronales de una experiencia emocional pueden persistir en el tiempo” e influyen en cómo nueva información “es codificada y recogida”.

Es decir, las experiencias emocionales se recuerdan mejor que las experiencias no emocionales, y el estudio demuestra que “incluso las experiencias no emocionales que suceden inmediatamente después de eventos emocionales se recuerdan mejor”. Lo que pone de manifiesto que “nuestra cognición está muy influenciada por las experiencias anteriores y, específicamente, que los estados emocionales puede persistir durante largos periodos de tiempo”. Además la forma en que recordamos las situaciones que hemos vivido está fuertemente influenciada por nuestros estados internos que permanecen durante el tiempo y colorean las experiencias futuras.

Para realizar la investigación se tomaron dos grupos de individuos y se les mostraron dos conjuntos de imágenes. La combinación de estímulos visuales relacionados con estados emocionales dio como resultado una clara relación entre la memoria y la carga emocional puesto que “los sujetos que fueron expuestos a los estímulos evocadores primero tuvieron un mejor recuerdo a largo plazo”. Las personas participantes fueron monitorizadas para medir la excitación fisiológica, la conductancia en la piel y la actividad cerebral, es decir, para obtener datos concretos de que el impacto emocional había existido y que permanecía latente hasta unos 30 minutos más tarde de haber sucedido.

A este efecto lo llaman “resaca emocional” y se refiere a los estados cerebrales provocados por la actividad emocional que persiste durante unos 20 o 30 minutos después de la experiencia y, por lo tanto, afectan la forma en que los sujetos de la prueba se relacionan y recuerdan acontecimientos no emocionales que siguieron poco después. En otras palabras, constatan que existe una especie de inercia emocional que persiste después de un impacto y que influyen en la capacidad de memoria de los eventos siguientes en el tiempo.

Desde la Bioneuroemoción® sugerimos que la emoción es un vehículo que nos permite adentrarnos en el laberinto de nuestras vidas. A través de las emociones vividas podemos bucear en nuestra experiencia y reinterpretar situaciones concretas para alcanzar el bienestar emocional.

Como nos dice Enric Corbera en el libro Yo soy tú: la mente no dual: “Sin emoción no hay vivencia, no hay experimentación, no hay recuerdo; la emoción relaciona mi inconsciente con mi consciente, une ambos aspectos de mi psique; en el ámbito del tiempo, une mi pasado con mi presente y me impulsa a la vivencia de un futuro”. Y nos invita a poner atención a lo que sentimos cuando nos dice “sentir nuestros estados emocionales, es lo mismo que ser conscientes de nuestras emociones y sentimientos, nos ofrece la flexibilidad de la respuesta basada en nuestra historia particular”.

lunes, 13 de marzo de 2017

Victimismo Crónico: Personas que funcionan en "modo queja"

Todos, en algún que otro momento, hemos asumido el papel de víctimas. Sin embargo, hay personas que se convierten en víctimas permanentes, sufren lo que podríamos considerar como un “victimismo crónico”. Estas personas se disfrazan de falsas víctimas, ya sea de forma consciente o inconsciente, para simular una agresión inexistente y, de paso, "culpar" a los demás, liberándose de toda responsabilidad.

En realidad, el victimismo crónico no es una patología, pero podría desembocar en un trastorno paranoide, cuando la persona insiste en "culpar" continuamente a los demás de los "males que padece". Además, esta forma de afrontar el mundo, de por sí, conduce a una visión pesimista de la realidad, que produce malestar, tanto en la persona que se queja como en quien recibe la "culpa".

En muchos casos, la persona que abraza el victimismo crónico termina alimentando emociones limitantes, como el resenti-miento y la ira, que desembocan en un victimismo agresivo. Es el típico caso de quien no se limita a lamentarse sino que ataca y acusa a los demás, mostrándose intolerante y vulnerando continuamente sus derechos como personas.

- Deforman la realidad. Este tipo de personas creen firmemente que la "culpa" de lo que les "sucede" es de los demás, nunca es suya. En realidad, el problema es que tienen una visión deformada de la realidad, poseen un locus de control externo, y creen que tanto las cosas que suman como las que restan que se generan en su vida no dependen directamente de su voluntad, sino de las circunstancias externas. Además, sobredimensionan los aspectos "negativos", desarrollando un pesimismo exacerbado que les llevan a centrarse solo en las cosas que limitan, obviando las que suman.

- Hallan consuelo en el lamento. Estas personas creen que son víctimas de los demás y de las circunstancias, por lo que no se sienten responsables de nada de lo que generan. Como resultado, lo único que les queda es lamentarse. De hecho, suelen encontrar placer en el acto de quejarse porque así asumen mejor su papel de "pobres víctimas" y logran llamar la atención de los demás. Estas personas no piden apoyo para superar los quiebres, solo se lamentan de sus desdichas en la búsqueda desenfrenada de compasión y protagonismo.

- Buscan "culpables" continuamente. Las personas que asumen el papel de víctimas eternas, desarrollan una actitud recelosa, suelen creer que los demás siempre actúan de mala fe, solo para ponerles la zancadilla. Por eso, suelen tener un afán casi morboso por descubrir agravios nimios, sentirse discriminados o maltratados, solo para reafirmar su papel de víctimas. Así, terminan desarrollando una hipersensibilidad y se convierten en especialistas en formar una tormenta en un vaso de agua.

- Son incapaces de realizar una autocrítica sincera. Estas personas están convencidas de que no tienen responsabilidad de nada, por lo que no hay nada que criticar en sus actitudes y formas de comportarse. Como la responsabilidad es de los demás, no aceptan las críticas constructivas y, mucho menos, realizan un examen de conciencia a fondo que les lleve a cambiar su actitud. 
Para estas personas, los errores y defectos de los demás son intolerables, mientras que los propios son una simple sutileza. Después de todo, las víctimas son ellos.

Para que una persona pueda asumir el papel de víctima, tiene que haber un "culpable". Por tanto, debe desarrollar una serie de estrategias que le permitan lograr que la otra persona asuma la "culpabilidad" en el asunto. Si no somos conscientes de estas estrategias, es probable que caigamos en sus redes y que incluso estemos dispuestos a cargar con toda la responsabilidad sobre nuestras espaldas.

1. Retórica victimista. Básicamente, la retórica de esta persona se dirige a descalificar los argumentos de su adversario. Sin embargo, en realidad no refuta sus afirmaciones con otros argumentos que sean más válidos, sino que se encarga de que la otra persona asuma, sin darse cuenta, el papel de atacante. 

¿Cómo lo hace? Simplemente asume el rol de víctima en la discusión, de forma que la otra persona quede como alguien autoritario, poco empático o hasta agresivo. Es lo que se conoce en el ámbito de la argumentación como “retórica centrista” ya que la persona se encarga de mostrar a su adversario como un extremista, en lugar de preocuparse por refutar sus afirmaciones. De esta manera, cualquier argumento que esgrima su adversario, será solo una demostración de su mala fe. 

Por ejemplo, si una persona se atreve a contrastar una afirmación con un hecho irrefutable o con estadísticas provenientes de fuentes fiables, la víctima no le responderá con hechos sino que dirá algo así como: “Siempre me estás atacando, ahora dices que miento” o “Estás intentando imponer tu punto de vista, haz el favor de disculparte”.

2. Retirada victimista. En algunos casos, el discurso de la víctima está dirigido a eludir su responsabilidad y evitar tener que disculparse o reconocer su error. Por eso, intentará escabullirse de la situación. Para lograrlo, su estrategia consiste en desprestigiar el argumento del vencedor, pero sin llegar a reconocer que estaba equivocado.

¿Cómo lo hace? Una vez más, asume el rol de víctima, juega con los datos a su antojo y los manipula a su conveniencia con el objetivo de sembrar la confusión. Básicamente, esta persona proyectará sus errores en el otro.

Por ejemplo, si una persona le responde con un dato comprobado, que niega su afirmación anterior, la víctima no reconocerá su error. En todo caso, intentará hacer una retirada digna y dirá algo así como: “Ese hecho no niega lo que he dicho. Por favor, no cree más confusión y caos” o “Me está culpando de confundir a los demás, no tiene educación, es evidente que es inútil discutir con usted porque no atiende a razones”, cuando en realidad quien crea el desconcierto es él mismo. 

3. Manipulación emocional. Una de las estrategias preferidas de las víctimas crónicas es la manipulación emocional. Cuando esta persona conoce bastante bien a su interlocutor, no dudará en echar mano al chantaje emocional para poner el tablero a su favor y adoptar el rol de víctima. De hecho, estas personas son muy hábiles reconociendo emociones, por lo que utilizan cualquier resquicio de duda o culpa en su beneficio.

¿Cómo lo hacen? Descubren el punto débil de su adversario y explotan la empatía que este puede sentir. De esta forma, terminan envolviéndole en su tela de araña, para que esa persona adopte toda la responsabilidad y el papel de verdugo, mientras ellos se quedan cómodos en su rol de víctimas y pueden seguir lamentándose.

Por ejemplo, una madre que no quiere reconocer sus errores, puede poner la culpa en el hijo diciendo cosas del tipo: “Con todo lo que he hecho por ti, y así me pagas”. Sin embargo, este tipo de manipulación también es muy común en las relaciones de pareja, entre amigos e incluso en el ámbito laboral.

El primer paso consiste en darse cuenta de que estamos ante una persona que asume el rol de victima. Luego, se trata de resistir el embate y no dejar que nos enrede en su juego. Lo más sensato es decirle que no tenemos tiempo para escuchar sus lamentaciones, que si quiere apoyo o una solución, con gusto le apoyaremos, pero que no estamos dispuestos a perder tiempo y energía escuchando continuamente sus quejas.
Recuerda que lo más importante es que estas personas no te arruinen el día descargando en ti su dosis de negatividad y, sobre todo, que no te hagan sentir culpable. No olvides que solo te puede herir emocionalmente, aquel al que le des suficiente poder.

La libertad es un regalo que tenemos todos desde el momento de nacer.

La libertad es un regalo que tenemos todos desde el momento de nacer. Pero no la usamos siempre de una manera constructiva. 

  • Podemos elegir libremente qué palabras vamos a usar para comunicarnos con los demás y con nuestro ser supremo.
  • Podemos elegir libremente las palabras exactas para cimentar las creencias que nos impulsarán a la grandeza o nos convertirán en desgraciados.
  • Cuando vamos al mercado a comprar nuestros alimentos usamos nuestra libertad infinita para seleccionar los ingredientes de nuestra próxima comida.
  • Volvemos a usar nuestra libertad cuando elegimos los tipos de ollas y las técnicas para guisar.
  • Cuando tenemos el alimento en la boca tenemos la posibilidad de engullirlo ansiosamente o hacerlo luego de una cuidadosa masticación.
  • Elegimos el tema de conversación durante la comida, y bendecir o no los alimentos antes de tomarlos.
  • Usamos la libertad infinita para apagar o prender el televisor durante la comida.
  • O navegar por internet mientras tomamos ansiosamente el almuerzo.
  • Nacimos libres. Y usamos la libertad infinita, ese gran regalo del creador. Todo el tiempo.
  • Y nuestra libertad es hermosa pero cada acción genera una reacción, un efecto.
  • Es una ley.
  • Podemos gozar de la libertad infinita.
  • Y podemos gozar de los efectos que nuestras decisiones generan.
  • Podemos crear un tumor o disolverlo.
  • Podemos crear una fortuna o experimentar la carencia más penosa.
  • Podemos crear un entorno lleno de amor y amabilidad o un campo de batalla en el hogar.
  • Pero sólo somos verdaderamente libres cuando estamos presentes, conscientes del aquí y ahora.
  • En un estado de ausencia funcionamos en piloto automático.
  • Esclavos de nuestros hábitos y de nuestros condicionamientos culturales y educativos.
  • Por eso es tan importante meditar.
  • Tomar conciencia del aire que respiramos.
  • De las palabras que elegimos.
  • De las comidas que tomamos.
  • De las rutinas de ejercicio y descanso que practicamos.
  • El sabio usa su libertad infinita para experimentar una felicidad cada vez más grande.
  • Pero muchos aún duermen y están gobernados por programas subconscientes que los impelen a la autodestrucción en forma de estilos de vida autocomplacientes que llevan inevitablemente al dolor y a la enfermedad.
  • En el mundo de la dualidad es normal que unos duerman y otros estén despiertos.
  • Y debe ser así por toda la eternidad.
  • Y no hay nada erróneo, porque este es el mundo de yin y yang.
-Martín Macedo-

martes, 7 de marzo de 2017

Quien no se equivoca no aprende.


- Los peores errores son cometidos por quienes sienten pánico de equivocarse.

- Los peores decisiones se toman cuando se experimenta un miedo intenso.


- Ohsawa decía que debíamos cometer muchos errores porque son la fuente del saber. Quien no se equivoca no aprende. 

- El niño se equivoca mucho cuando intenta caminar o hablar o usar los cubiertos para comer. Pero no se queda inmovilizado por el miedo al ridículo o a las críticas o las burlas de los más experimentados. Sigue intentándolo y aprende de sus errores como si fueran los peldaños de una gran escalera hacia la sabiduría.

- Los errores son peldaños. Los niños son sabios, porque no temen el error. Sus errores son deliciosos de contemplar. 

- Pero los adultos a veces tenemos tal pánico de equivocarnos. Creemos que atraemos los mayores errores y tomamos las peores decisiones.

- Frente a la duda abstente reza el adagio. Entonces nos quedamos paralizados por la duda. Y el tiempo sigue pasando y nosotros quedamos varados en la ruta. Mientras el mundo sigue girando y todo se mueve sin cesar en este universo de cambios.

- A veces dudar puede salvarnos la vida. Pero quedarse siempre en la duda es como convertirse en una momia que descansa siglos en su sarcófago donde se encuentra segura y fuera de peligro.

-Martín Macedo-

sábado, 4 de marzo de 2017

Las 15 mejores frases de Séneca




Tal día como hoy, hace 1948 años, moría uno de los más grandes filósofos del Imperio romano: LUCIO ANNEO SÉNECA.


1) No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
2) La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
3) La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere.
4) Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.
5) La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada requiere menos esfuerzo que estar triste.
6) No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
7) Igual virtud es moderarse en el gozo que moderarse en el dolor.
8) Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse a hacer un ingrato.
9) No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.
10) Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.
11) Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.
12) El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio.
13) Los espíritus fuertes disfrutan de las adversidades como los soldados intrépidos triunfan en las guerras.
14) El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.
15) Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos ese reino.

Este es el gran secreto del Poder de la Atracción





Tienes un gran poder en tu interior…Sólo hace falta una persona para cambiar tu vida: tú. – Ruth Casey

Hace algunos años ya que la frase “eres lo que piensas” viene haciendo un fuerte eco en nuestras vidas. Las tradiciones espirituales afirman que aquello que damos, es lo que recibimos de vuelta. De este modo, los maestros nos enseñan que todo lo que "sucede" en nuestra vida, lo que “atraemos”, es un reflejo de nuestro mundo interior: es un reflejo de nuestra forma de pensar.
Si lo meditas por un momento, te darás cuenta que esto significa que tienes un gran poder en tu interior, el conocido Poder de la Atracción. Este poder te permite dejar atrás el victimismo y asumir la responsabilidad de lo que generas en tu vida. Su importancia radica en que demuestra que hacer un cambio siempre es posible y que alcanzar el éxito que tanto anhelas también.
El CEO del GrupoNeuroBusiness, Srinivasan Pillay, cuenta que las regiones de nuestro cerebro involucradas en la “intención” están íntimamente conectadas con aquellas involucradas con la “acción”. Esto significa que, si queremos llevar a cabo una acción, requerimos que nuestra intención sea fuerte y sostenida.

Hay personas que es como si la vida los llenara de regalos, uno tras otro. Los miras con algo de recelo preguntándote cómo lo hacen. ¿Cuál es su secreto? Ellos creen que pueden. En su pensar ellos están seguros que conseguirán lo que quieren y esto los lleva a realizar acciones certeras. Su intención y seguridad les permiten atraer a su vida todo lo que sueñan.

Para llegar al éxito que tanto anhelas, el esfuerzo y las ganas no son suficientes. Hay otro complemento esencial que debes incluir y cultivar en tu vida: requieres confiar en ti mismo.
La psicóloga de la Universidad de Stanford, Carol Dweck, realizó un estudio en el cual confirmó que aquellas personas que “creen que pueden”, consiguen sus objetivos; mientras que aquellas que piensan que “no lo lograrán”, efectivamente fallan.
Haz la prueba y te darás cuenta del poder de la atracción, pero siempre mantén en mente algo clave: confiar en tus habilidades. Cuando logras creer en ti mismo, cuando logras cambiar la forma en que piensas, el éxito toca a tu puerta. Antes de realizar cualquier acción, es muy importante que te enfoques en tu intención.
Revisemos a continuación algunas técnicas, que te permitirán creer más en ti mismo y te acercarán mucho más a tus sueños:
1. Cambia tu foco: Deja de pensar en tus errores o en las cosas que te faltan, y enfócate en todo lo que suma en tu vida. Piensa en las personas que amas, y en los pequeños logros de tu día a día.
2. ¡Nada de comparaciones!: Uno de los errores más grandes que cometemos es compararnos con las demás personas. Para creer más en ti mismo, requieres dejar a un lado las comparaciones. Eres una persona maravillosa y única.
3. Visualiza: Tómate un momento cada día para visualizar el éxito. Imagina y siente que todo lo deseas ya es tuyo, en este mismo momento. Recuerda: el 50% del éxito lo alcanzas con solo creer que puedes. Confía en tus habilidades, ¡y cumplirás tus sueños!
-Marcela Sáez-

En el universo nada ocurre al azar


La quimioterapia es violencia.

La radioterapia es violencia.


La cirugía disminuye y nunca aumenta los recursos físicos.


La violencia nunca soluciona los problemas.

La violencia profundiza y agrava los problemas.

Si se tiene un hijo problemático y se lo trata con mano dura. Lo harás más agresivo y los problemas serán cada vez más graves.

La salud no se consigue con violencia.

La salud se consigue corrigiendo la errónea percepción de lo que somos.

Quien le teme al cáncer no podrá vencerlo.

Quien le teme al cáncer intentará destruirlo con los recursos de la "ciencia".

Medidas violentas, que parten y sólo pueden partir desde el miedo.

Somos máquinas biológicas prodigiosas. Creadas por una inteligencia infinitamente avanzada.

Cada célula se repara sola y se limpia sola. Tiene el programa y la inteligencia para hacerlo.

Pero si está embebida en un caldo tóxico, su capacidad de adaptación podrá verse superada y se volverá "maligna" en un intento de continuar viviendo. Todo depende del grado de toxicidad.

Si cambia nuestra percepción y creamos un entorno sano para la vida celular a través de la nutrición, el amor y una inquebrantable convicción.

El cáncer deja de tener un sentido biológico.

Se esfuma porque ya no se requiere.

Porque en el universo nada ocurre al azar.

Ni siquiera en la ruleta del casino, donde si sale un número es porque alguien lo ha imaginado antes.


-Martín Macedo-